61- El Yo inconsciente

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El desayuno se terminó convirtiendo
en un tentempié antes de volver a encontrarse cuerpo a cuerpo y quedarse dormidas de nuevo,
agotadas. No fue hasta casi las cinco de la tarde que pudieron ponerse en pie y bajar hasta la cocina para improvisar, si no una elaborada comida, si una lo suficientemente nutritiva para saciar aquel hambre desgarrador que ambas tenían. Entre conversaciones triviales, risas, provocaciones y besos, ambas
consiguieron terminar de comer cuando Laura y Bea las llamaron
para anunciarles que sobre las ocho
estarían en casa y saber como estaban.

- No, nosotras bien... -le decía Violeta
a Bea mientras Chiara terminaba
de recoger la mesa-... sí, sí, todo
bien, acaba de entrar en la cocina
-le susurraba bajito para que no la
escuchara-... jajaj...dile a Laura que
la oigo... jajaja... desde luego siempre
piensa en lo mismo... jajaj... que si,
que sí lo hemos hecho, ala ¿ya
está contenta? -empezó a reírse tras
escuchar como Laura suspiraba y decía "alelullaaa" repetidas veces-.... Está loca.

- ¿Quién está loca? -preguntó la
morena sentándose de nuevo a su lado y mirándola con una sonrisa-.

- Quién va a ser, Laura... -le dijo ella
que empezó a recolocarle el cabello
y acariciarle la cara distraídamente
mientras terminaba de hablar por
teléfono-... pues no sé qué haremos...
ah, pues no sé, espera... -se apartó el
teléfono para hablar con su compañera-, Me pregunta Bea qué si sabes conectar lo del equipo de cine, Qué Laura nos ha dejado algunas pelis en el mueble por si nos apetece ver algo.

- Sí, creo que sí sabré, si quieres
ahora lo miramos -le contestó ella-.

- Que sí, que cree que sí... no, no la
verdad es que a mí mucho bañarme
no me apetece, estoy molida... jajajaj..
-se rió Violeta tras escuchar a la mujer
decir por detrás "¿Pero no tuvieron
bastante con lo de anoche, qué se han
pasado también el día follando?"-...
dile que no sea envidiosa, que yo no
tengo la culpa de que mi chica tenga
tanta energía -miró a Chiara que la
contempló con timidez, enrojeciéndose por lo que había escuchado desde el otro lado de la línea, pero también por que había contestado aquella mujer sobre ella-... Bueno, a las ocho más o menos ¿no? Sí, claro, cuando queráis... sí nosotras bien, no os preocupéis más... Ah, Bea... Gracias, muchos besos, adiooos.

Violeta pulsó el botón de colgar y dejó
el móvil a un lado en la mesa, luego
apoyó el codo en el respaldo de la silla
y descansó la cabeza sobre su mano
mientras miraba ladeada a la morena
con una profunda sonrisa.

- ¿Qué? -le preguntó esta
finalmente, nerviosa por el modo
que la pelirroja la estaba mirando en
silencio. Pues cientos de mariposas
habían empezado a aletear en su
interior bajo aquella candidez-.

- Estás guapísima... Eres, guapísima-
le dijo Violeta y ella se puso roja de
inmediato-.

- Gra.. gracias, tú también -atinó a
responderle-.

Violeta observó como la chica agachaba la mirada tímidamente, aquella dulzura en una mujer de aspecto tan "integro" y "seguro" era arrebatador, al menos a ella le estaba robando el corazón. Despacio enlazó los dedos de su mano liberada con los de la morena, la cual empezó a acariciarlos con ambas manos.

- ¿Violeta? -la llamó sin mirarla-.

- ¿Sí? -respondió sin dejar de mirar como su mano era acariciada y
contenida por las de aquella mujer que tenía frente a sí-.

- Mañana tenemos que regresar a la
ciudad, y se acerca el fin de mes y yo...
-no salbía como iba a decirle lo que le
tenía que decir-... yo necesito decirte...
necesito que sepas que...

Violeta se removió nerviosa en cuanto
vislumbró por donde les conduciría
aquella conversación, se incorporó
en la silla y con la otra mano que le
quedaba selló los labios de la morena.

SEX EDUCATION // KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora