77- Gata callejera

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- Laura, no le digas nada de esto a
Chiara ¿vale? -le pidió Violeta antes de que entraran a la sala donde su novia inevitablemente había tenido ya que entrar con el resto de invitados-.

- Violeta, tiene que saberlo... -se
sorprendía la mujer de que le pidiera
algo así-.

- ¿Crees que es el momento de
decirle que su madre ha tratado de
impedir que la acompañe esta noche?
¿De verdad crees que eso puede
beneficiarla, beneficiaros en algo esta
noche?- la detuvo la pelirroja con una
actitud firme como un muro de acero-.

-Vale, llevas razón... pero se lo dirás,
¿verdad? Ella tiene derecho a saber
quien está en medio del camino, Violeta- le aconsejó Laura preocupada por ellas, no se merecían aquello-.

La joven le regaló un apretón en el
hombro y una sonrisa
tranquilizadora.

- Joder, es que no me lo creo... -resopló
la mujer que no salía de su asombro-, Será mejor que entremos, menuda
nochecita nos espera.

Y allí fueron, la puerta se abrió y la
mujer entró en la habitación seguida
de Salma y de Violeta. Chiara se giró
inevitablemente al verla, sabía por Bea que habia ido a recoger a su chica pero no sabía la causa de aquello.

- ¿Me disculpan? -preguntó sin esperar respuesta, y rápidamente empezó a esquivar a invitados en busca de una única figura-.

Tras las espaldas de Laura apareció
Violeta. Ella se quedó sin aliento, la pelirroja se tuvo que detener tras encontrarse con aquella mirada en la distancia. Como si fuera la primera vez, sus corazones empezaron a golpear, el resto de la sala dejó de existir mientras sus sonrisas se reconocían y se ensanchaban. Los pasos fueron cancelando la distancia, hasta que se encontró frente a ellas.

Laura fue raptada rápidamente por unos invitados, y arrastró consigo a Salma después de que Chiara y ella se
saludaran.

- Estás guapísima -le dijo la morena
tras contemplarla-.

- Y tú me quitas el aliento -le contestó
Violeta que viéndola en aquel traje de
noche negro, se había olvidado de todo lo demás-.

- No más que lo que tú me lo quitas a
mí... -le respondió ella y sin espera, se
lanzó a las profundidades de la boca
de la chica que se agarró a aquella piel para no caer mareada-.

La escena no pasó desapercibida por
los invitados, ni mucho menos por
cuatro ojos que desde distintas puntas
de la sala presenciaron aquel beso con ira y rechazo.

- Nos están mirando...- susurró Violeta
avergonzada por primera vez, tras
escapar de la suavidad de la boca de
aquella mujer-.

- No me importa, llevaba todo el día
deseando hacerlo -le contestó-, No
vuelvas a desaparecer un día entero
¿de acuerdo?

A ella le halagó que Chiara la hubiera
extrañado de aquel modo, la miró y le
sonrió.

- De acuerdo... pero que sepas que
empiezo a pensar que eres una gatita
posesiva -le bromeó-.

- ¿Sí?, pues me la trae floja lo que
pienses de mí, siempre que no te me
escapes- le contestó ella también
sonriente, con la pelirroja a su lado se
creía capaz de todo-, Ven, te quiero
presentar a un par de personas...

Y la siguió anclada de dedos a su mano, que se apoderó de ella como si fueran solo una.

Durante largo rato, los compromisos
con los invitados las mantuvieron a
salvo. Salma fue arropada por Laura y
Bea, mientras Chiara se relacionaba
con los clientes presentando a Violeta
como su pareja. Juntas todo era fácil,
las conversaciones se forjaban amenas y la luz que desprendían encantaba a todo el que se acercaba a ellas. Se olvidó por completo de que Virginia seguía en la fiesta, y Violeta omitió totalmente el incidente sufrido en la entrada, hasta que finalmente la
realidad se impuso inexorablemente.

SEX EDUCATION // KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora