5- Tarjeta de visita

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- ¿Pero ha entrado al trapo? -le
preguntó incrédula Salma al teléfono-.

- ¿Tú qué crees? -se rió Violeta-. Tú y
Denna me debéis una pedazo de cena de las que hacen historia, lo digo en serio, y esta vez elegiré a lo grande.

- ¡Eres una guarraaaaaaaaa! ¿cómo lo
consigues?.-

Salma no daba crédito a lo que le
decía su amiga. Después del trabajo
de Denna habían decidido ir al bar
de una antigua amiga, entre pitos y
flautas, la loca de Salma había retado
a su amiga a hacerse pasar por una
de las prostitutas de la calle baja. Ella
al principio no había entrado en el
juego, pero Salma bajó los requisitos
y simplemente la retó a ligarse a la
primera que pasara, con la condición
de que no podía utilizar ni su lenguaje
fino ni sus armas de acompañante
cotidianas, y que además debía
de sacarle dinero. Aunque estaba
cansada, aceptó con tal de darle
un escarmiento, con tan buena o
mala suerte, que entre risas había
terminado casi siendo atropellada
por la "buenorra de la moto" como la
había bautizado recientemente Salma. Sin saber por qué, Violeta vio en aquel encuentro una oportunidad y decidió que ella también podía divertirse.

- Seguro que has hecho trampas ¿Has
sacado tus encantos? -le preguntó
amenazadoramente-.

- No -se rió entre dientes la pelirroja,
aquello al final había sido entretenido-.

- ¿Y te vas a quedar con ella toda la
noche?-se extrañó Salma, pues aquella no era su forma de actuar-. Hay algo que no me has dicho, sino no te hubieras quedado con ella ni loca.-

- Tienes razón, hay algo que no te he
dicho -confesó-

- ¿El qué? -quiso saber Salma intrigada-.

- Cumple las dos normas, es todo lo que puedo decirte de momento -concluyó ella-.

- ¡Diossss... las putas dos normas! ¡Esto
es la leche! ¿La primera tía que pasa
por la calle, resulta que es guapa, rica,
bollera y encima cumple tus dos putas
normassssss? la malagueña puso los
ojos en blanco, Violeta había nacido con una estrella pegada al culo porque sino era inexplicable-. Te juro que me voy a meter a monjaaaa... porque contigo creo en los putos milagros.

- jajajajajja... Ya te contaré cómo termina esto, voy a seguir esperándola. Un besito y buenas noches-se despidió de su amiga-.

- Buenas noches, y ten cuidadooooo -le dijo ella y luego colgaron el auricular-.

Violeta trató de permanecer despierta
el máximo tiempo posible viendo una
película, pero la realidad era que aquel día se había levantado muy temprano, como siempre le sucedía en sus días libres, y no pasó mucho tiempo hasta que se quedó dormida con el mando en la mano.

Cuando Chiara llegó a la habitación,
vio que la luz estaba apagada y
escuchó la televisión de fondo. Al
acercarse a la cama una sonrisa
se dibujo sin querer en su rostro,
ver a aquella mujer en albornoz
plácidamente dormida y con el cabello enredado, era la guinda de luz que necesitaba su dia oscuro. Apagó el
televisor y se puso de nuevo el pijama, agradeciendo enormemente que aquella criatura no se despertara
cuando le quitó el albornoz y la metió
en la cama. Aquello era todo lo que
había necesitado, un cuerpo tibio junto al suyo sin la tensión que le producía el sexo. Sintiéndose nuevamente humana, se aferró a aquella piel cálida que abrazó como a una tabla salvavidas. El olor del cabello de la chica acariciando su nariz, la ayudó a conciliar sueños agradables.


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Los primeros rayos de sol empezaron
a colarse por la cortina. Los ojitos
perezosos de Violeta se quejaron por la intromisión del día y con acto reflejo estiró su cuerpo entre las sábanas. Pronto se dio cuenta de que no estaba sola, abrió los ojos y se vió desnuda y rodeada por unos brazos de mujer fuertes y gráciles. Volvió la cabeza para mirar, aquella guapa mujer permanecía a su espalda con la nariz pegada a su nuca mientras dormía. "Dios, eres un encanto. ¿Qué te habrán hecho para estar tan a la defensiva?", pensó para sí. Como si la hubiera escuchado, ronroneó de un modo muy gracioso y estrechó su abrazo. Ella tuvo que contenerse para no reír pues parecía una niña aferrándose a su osito, pero pronto su sonrisa inicial desapareció cuando notó como la mano de Chiara había encontrado por casualidad uno de sus pechos y jugaba con él distraídamente. "Mierda,
mierda...mmm...oh, por favor...".
Violeta estaba a punto de poner los ojos en blanco, estaba dormida pero la acariciaba con deseo y precisión. La
morena volvió a ronronear,
apretándose contra su espalda. Ella
por su parte no sabía como zafarse de
aquella preciosidad sin despertarla.
Temía que si seguía deslizando
sus manos más abajo iba a tener
problemas para controlarse, pues
aquella mujer la excitaba aunque no
quisiera. Un gemido de Chiara en su
oído cuando consigió alcanzar el calor
de sus muslos, hicieron que ella misma también gimiera sin poder contenerse. Los ojos de la chica se abrieron como platos, cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo retiró sus manos con delicadeza.

SEX EDUCATION // KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora