66- Lejos y cerca a la vez

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Violeta entró por la puerta de su
apartamento, movida por la petición
de Salma de que pasara el día con ella y Denna, había cedido a posponer su viaje hasta el día siguiente.

Colgó el abrigo, fue hasta la cocina y al levantar la mirada se topó con el reloj de pared. "La una de la madrugada...es tardísimo, seguro que está acostada" pensó instintivamente en Chiara, la echaba de menos. Abrió la nevera pero no vio nada que pudiera cerrar aquel agujero en el estómago, sabía que no era hambre lo que le rugía por dentro y la volvió a cerrar.

Se sacó el móvil del bolsillo y jugueteo
un poco con él, quería escucharla,
sólo escucharla... pero lo dejó en la encimera y lo miró desde lejos
tratando de aclararse. La morena no la había llamado, aquello le preocupaba y la aliviaba en cierta forma, pues no tenía fuerzas para decirle que desaparecería por algunos días de Madrid... sin embargo ver en qué se había convertido la relación de
Salma y Denna la tenía bailando con
las posibilidades.

Volvió a acercarse al móvil, pulso la llamada automática y escuchó el primer tono... "la voy a despertar, la voy a despertar..." pensaba cada vez más nerviosa, pero algo le impedía terminar la llamada.

Cinco tonos, silencio tras el auricular,
colgó. Se llevó el móvil al pecho y
se dejó caer suavemente contra los
muebles de la cocina hasta llegar al
suelo... le había costado tanto llamarla, y si la despertaba. Miró la pantalla, quizá debía volver a intentarlo... se lo pensó, quería escucharla... marcó. De nuevo aquel primer tono.. "uno, dos... tres... vamos... cuatro ... mierda".

- ¿Si?

Violeta se incorporó de un salto del
suelo, como si aquella voz le hubiera
pellizcado sin piedad.

- ¿Vivi? -preguntó Chiara al
percibir el silencio al otro lado-.

- Buenas noches gatita, pensé que
ya dormías... -reaccionó agarrando
el móvil con fuerza para que no se le
escapara-.

- No, no... espera un segundo.. -le
dijo ella-.

La pelirroja escuchó música y jaleo de
fondo, alguien había parado a Chiara
y ella se despedía amablemente
diciendo que tenía que atender una
llamada, empezó a pensar que la
había interrumpido en medio de algo
importante. De pronto las voces y el
ruido de fondo empezó a disminuir, un golpe seco, seguramente una puerta, y la tranquilidad del silencio se hizo...

- Ya, perdona... ¿qué me decías?
-le preguntó la menorquina que no había podido oírla bien-.

- Que pensé que ya dormías, pero
creo que te interrumpí en mitad de
algo importante... -le dijo ella, que
había sentado en el sofá-.

- No me has interrumpido, en
realidad acabas de salvarme de una
fiesta desquiciante... llevo todo el día
encerrada entre mi actitud de correcta hija y eficiente trabajadora... creo que podremos resolver el asunto de la exportación, al final -le comunicó-.

- Nunca dudé de ello siendo tú la
responsable del proyecto -le dijo Violeta con una sonrisa-.

- ¿Detecto un piropo en esas
palabras? -le preguntó alegre Chiara,
pues había decidido afrontar las
cosas entre ellas con paciencia y
determinación-.

- ¿Tú qué crees? -la esquivó más
relajada por su actitud-.

- Jajajaj.. ¿Cómo te fue a ti el día?
Cuéntame cosas... -le pidió la morena
que ya se había acomodado en el sillón de su padre-.

Violeta desechó la idea de contarle
su sueño y sus planes, y se limitó a
hablarle sobre el día que había pasado con sus dos amigas. Chiara recibió con gran alegría y sorpresa, la noticia de que estuvieran bien juntas y que pensaran en compartir piso.

SEX EDUCATION // KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora