49- Oportunidades

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El domingo pasó raudo y veloz, Laura
les había llamado para anunciarles
que a las 10 de la mañana del lunes
pasarían a por ellas para emprender
el camino, pues había al menos tres
horas de auto hasta el chalet en la
sierra y querían llegar a la hora de la
comida.

Chiara había estado muy nerviosa
durante todo el día tras la llamada,
pensando en qué iba a hacer y cómo
sobreviviría a aquella mandíbula de lobo a la cual estaba dispuesta a
entregarse, así que se refugió en el
despacho haciéndole ver a Violeta que
tenía trabajo que terminar, para evitar situaciones comprometidas. Esta por su lado, no estaba mucho mejor, le tenía nerviosa aquella escapada, el querer hacer que la morena quedara bien con su trabajo y ante aquellas dos, le daba miedo que se les notara que no eran pareja, le daba miedo acercarse demasiado a ella no sólo porque le podía volver a dar un jamacuco, sino porque cuando lo hacía ella misma ya no estaba muy segura de permanecer mucho en pie. Y es que la visión de su útima incursión en la dụcha aún la perseguía por la noche, se notaba
tensa, tensa sexualmente, ni las horas
de sofá apacibles ni las buenas noches
cándidas con aquella preciosidad a su
lado, le devolvían la serenidad ni el
equilibrio perdidos.

Eran las nueve de la mañana del lunes, cuando salió de la ducha y encontró a Chiara haciendo su equipaje.

- ¿Qué haces? -le preguntó al ver
dos maletas sobre la cama-.

- El equipaje, te he sacado a ti una
de mis maletas para que llenes lo
que necesites -le explicó tratando
de no levantar la vista de sus que
haceres, sabía que seguía allí de pie en albornoz-.

- Kiki, tenemos que hacer solo una
maleta, sería ridiculo que una pareja
que convive junta apareciera con dos
maletas pequeñas independientes, lo
normal es que llevemos junta la ropa
en una mayor, ¿no te parece?- le decía
ella con una sonrisa, le hacía gracia
aquella mujer y su meticulosa manía
del respeto hacia lo propio-.

- Eh! -alzó la vista para mirarla,
quedando turbada por su imagen y por su razonamiento, siempre acertado-. ¡Tienes razón! Quedaría raro sí.

Chiara se giró nerviosa y sacó del
fondo del armario otra maleta mucho
mayor, guardando las dos pequeñas en su lugar.

- Espera que te ayude -le dijo la pelirroja, y se colocó a su lado ayudándole a doblar la ropa, al pasarle una camiseta se rozaron y notó que la morena retiraba la mano con avidez.

Violeta se le quedó mirando, estaba muy tensa, aquello no podía ser bueno, atajó el problema de cara.

- Kiki, ¿qué te pasa?- le preguntó-.

- ¿A mí? ¡Nada! ¿por qué? -se
defendió torpemente con prisa-.

- Vale, deja eso -le quitó la ropa y la
cogió de las manos, luego tiró de ella
para que se sentara en la cama-. ¿A
ver, qué pasa? Te noto muy nerviosa,
y desde que vinimos de casa de Denna
apenas hemos hablado porque tenías
que terminar lo del trabajo. Así que
venga... dispara, dime que te tiene agitada -se lo puso fácil-.

- ¡Esto es un error! ¡Un gran error!
-suspiró mientras decía aquello-.

- ¿El qué? -tiró del hilo-.

- Pues esto de la semama en la sierra
con Laura y Bea, ellas creen que tú y
yo somos pareja, y yo soy tan torpe
que ni la maleta se hacer en forma de
camuflaje... en cualquier momento
meteré la pata y se darán cuenta, y
quedaremos como dos idiotas -dijo-.
Además, es que no veo porqué tienes
que pasar tú este mal trago de hacer
este paripé por mi culpa...

- Un momento, por mí no te preocupes, porque para mí no supone
ningún problema sino te lo diría. Y
en cuanto a lo de Laura y Bea, no
tienen porqué darse cuenta de nada
como tampoco lo hicieron el día de
la comida. Nos vamos a tomar esto
como unas minivacaciones para tomar aire punto y listo, tú trabajarás, yo me desharé en halagos por mi chica ante ellas... y todas tan contentas ¿vale? -la
trató de tranquilizar Violeta, aunque ella no las tenía todas consigo sabiendo que Laura estaba por en medio, menos mal que su entrenamiento de años con Salma de algo le servirían-.

SEX EDUCATION // KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora