CAPÍTULO 34

49 5 49
                                    

Habían pasado unos días desde que Hugo se había marchado. No había encontrado mucha inspiración para seguir trabajando en el próximo MV así que me había dedicado a caminar por Seúl y a visitar algún pueblo con la moto. En algún momento, cuando los chicos estaban libres me avisaban y nos veíamos, a veces todos juntos y otras algunos de ellos.

Ese día me encontraba en la sala de ensayos viendo a los chicos e intentando pintar un poco. A veces, cuando la inspiración no te viene, lo mejor es dedicarte a otra cosa hasta que te vuelve. La maldición del artista.

— Luchi — Han se acercó a mí con una sonrisa que aventuraba alguna travesura.

— ¿Qué has hecho Han?

— ¿Yo? Nada, ¿por qué lo dices?

— Te conozco lo suficiente como para saber que esa cara no depara nada bueno, ¿qué has hecho?

No respondió, simplemente me sonrió todavía más.

— Noona —se acercó Hyunjin con la misma sonrisa.

— ¿Hyunjin? ¿Te ocurre algo?

Negó con la cabeza y se me quedó mirando como Han. Ambos estaban frente a la mesita donde siempre me sentaba a trabajar. Luego aparecieron Changbin e IN poniéndose a su lado.

— ¿Chicos? ¿Qué pasa?

Ninguno respondía y me estaba poniendo nerviosa. Félix, Seungmin y Minho se unieron a sus amigos.

— ¿Vais a raptarme? ¿¡QUÉ ESTÁ SUCEDIENDO!?

Se miraron entre ellos y se rieron ante mi desesperación. Me levanté para ponerme a su altura porque desde abajo parecía todo más intimidante. Chan apareció poniéndose entre medias de sus amigos con la misma sonrisa, me cogió de los hombros y me obligó a sentarme.

— Vale, ahora sí estoy asustada, ¿qué tramáis? Me estoy poniendo nerviosa.

Ellos también lo estaban, lo notaba en sus miradas cómplices y sus risillas.

— Lucy —comenzó a hablar Chan— Sabemos que han sido unas semanas duras para ti y, con no poder ir a tu casa para navidades y con la marcha de Hugo sabemos que te sientes sola y estás un poco decaída de ánimos —me quedé mirándolo pasmada. Sabía que podía leerme como un libro abierto, lo que no sabía era que se me notara tanto— Nosotros también estamos muy ocupados y no podemos pasar tanto tiempo contigo como nos gustaría. Así que, tenemos una sorpresa para ti.

Mi sonrisa se ensanchó casi hasta mis orejas. Me encantan las sorpresas.

— ¿Cómo? ¿Una sorpresa para mí? Pero chicos, de verdad que no hace falta, estoy bien.

— Calla y disfrútala —dijo Han.

— Está bien.

Seguía sentada, mirándolos desde abajo. Habían formado un semicírculo a mi alrededor y no podía ver más allá de ellos. Fui pasando mi mirada a cada una de sus cabezas esperando a que algo pasara. Pero nada pasaba, esperaba que alguien sacara algo de detrás, como una caja o algo por estilo, pero simplemente estaban ahí con risillas nerviosas mirándome.

Entonces, mientras miraba a Changbin, que estaba al final del semicírculo, noté cómo se movían un paso hacia la derecha. Fruncí el ceño sin entender qué estaba sucediendo. Volví a repasar sus cabezas. Tuve que mirar dos veces porque, entre Chan y Seungmin, vi algo que no podía ser real. La cabeza de mi hermano.

Me levanté como un resorte, tan fuerte que la silla se cayó hacia atrás. Me llevé una mano a la boca y me abalancé él llorando.

Mi hermano me abrazó con fuerza levantándome del suelo. Oí júbilos a mi espalda y aplausos. Me aferré a él con mucha fuerza, por si acaso era un sueño, que no se fuera. No podía dejar de llorar. Que estuviera aquí, simplemente haberlo visto, había hecho que todo lo que llevaba dentro saliera para no volver. Mi hermano era como el viento en mí camino, la fuerza de mis piernas y la entrega que tenía mi corazón.

Sin RemedioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora