CAPÍTULO 57

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A la mañana siguiente desperté en la cama de Chan estirada de lado a lado. Había dormido plácidamente más horas de las que recordaba haber dormido en dos semanas. Me había sentado de maravilla aunque tenía la cabeza algo embotada. Ni siquiera había oído a Chan levantarse e irse, pero vi un pequeño posit sobre mi móvil dónde ponía que me quería y que volvería a casa por la tarde. Literalmente "lo más rápido que pueda volver a tus brazos".

Sonreí pegando la pequeña nota sobre mi corazón sintiéndome querida.

Me levanté restregándome los ojos y, cuando abrí la puerta del cuarto me encontré a Han hecho una bolita en el sofá viendo la televisión.

Sus ojos volaron rápidamente a los míos y nos quedamos en silencio mirándonos durante unos segundos.

—¿Qué haces tú aquí? —preguntamos exactamente a la vez.

Nos callamos, totalmente confundidos por lo que estaba pasando.

—Pensaba que no había nadie más.

—Pensaba que no había nadie más.

Volvimos a decir al unísono. En ese momento teníamos ya el ceño tan fruncido de no entender nada que parecíamos unicejos. Seguimos mirándonos hasta que explotamos a reír.

La risa duró bastante ya que, cuando uno parecía terminar, el otro volvía a pegársela.

—Ah, ya vale, ya vale —dije como pude—. Me duele la tripa.

—Sí, sí, relax, por favor —Han se cogía la tripa y se secaba las lágrimas como podía.

Algo más tranquila me acerqué al sofá. Han me hizo algo de hueco y me senté junto a él.

—Pensaba que te habías ido al hotel.

—No, he dormido mucho, la verdad. Lo necesitaba. ¿Y tú? Pensaba que hoy teníais cosas que hacer para el comeback.

—Sí... Pero no me encuentro muy allá, así que he preferido quedarme a descansar.

—¡Lo sabía! Sabía que al final os pegaría algo.

—No no, no es físico es... —su dedo subió hasta señalar su cabeza.

—Ah, lo siento amor, ¿hay algo que pueda hacer por ti? ¿Quieres hablar sobre ello?

—No no, estoy... Bien. Creo que he comprendido que cuando me siento abrumado por todo es mejor parar, aunque sea un sólo día, me ayuda mentalmente.

—Me parece una decisión genial, Hannie —comenté acariciándole el brazo con cariño.

—Sí, aunque luego me siento mal por no cumplir con mi agenda, por ser débil.

—Ya lo hemos hablado, no eres débil, cada persona tiene unas necesidades diferentes.

Han asintió, aunque no lo vi muy convencido de mis palabras.

Levantó la mirada y me miró con esos ojos redonditos.

—¿Puedo preguntarte por lo de anoche?

Suspiré pasándome la mano por el pelo.

—Por supuesto. ¿Hay alguna pregunta específica que tengas?

—Bueno... Entiendo lo de JYP... Ese puto viejo —masculló levantando un puño.

—Si te digo la verdad, nuestra relación ha sido tan mala que creo que lo ha hecho aposta. Ósea, sabía que era lo único que le había pedido en el anterior contrato y es lo único que no quiere concederme.

—Por desgracia, yo creo que también lo ha hecho aposta... Lo conozco. Además, como fue Chan hyung quien pidió que te contrataran, creo que no las tenía del todo consigo sobre ti y, cuando vio lo que eras capaz de hacer... Se lo vino todo abajo —rio—. Y ahora te quiere todo para él. Es un viejo avaro.

Sin RemedioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora