La semana siguiente fue bastante rara. Habíamos tenido la grabación de tres eventos más, los últimos antes de que Liam y yo volviéramos a España para pasar lo que quedaba de Navidad con nuestra familia, bueno, con una de ellas. Después de lo que los chicos habían hecho por nosotros en Nochebuena sentía que ya formaban parte de mi vida de una forma mucho más profunda.
Mi hermano y yo no pasamos mucho tiempo juntos después de ese día. Félix y él pasaban todo el tiempo que podían juntos, exprimiendo cada momento, cada caricia, cada beso, cada sentimiento... Porque, efectivamente, mi hermano cayó. Algo que él mismo creía imposible que sucediera en tan sólo dos semanas, estaba ocurriendo.
Las atenciones del rubio, junto con su cariño y forma de ser habían hecho que empezara a enamorarse de él. No había hablado con Félix sobre el tema porque me era imposible verlo solo pero, sabía por su mirada que estaba en la misma situación.
Verlos juntos me hizo tener sentimientos encontrados.
Por una parte, verlos todo el día demostrándose el cariño y amor que tenían el uno por el otro me hacía estar melancólica. Melancólica por un amor que no llegaba, que había quedado suspendido en el aire mientras aguantaba la respiración buscando una salida que no encontraba y que me estaba consumiendo. Y, por otra, no podía evitar pensar que cada noche que tenían era la última, que cada caricia tenía fecha de caducidad porque el 1 de Enero mi hermano volvería a España y después a Vancouver. Veía cómo consumían cada momento juntos y que cada vez tenían menos tiempo y, me reafirmaba en la idea de que eso mismo me pasaría con Bang Chan. Un día, seguramente no muy lejano, cogería mis maletas y volvería a Los Ángeles para no volver a verlo.
Era uno de mis grandes miedos.
***
Después de una Navidad en conjunto, los chicos habían decidido pasar el año nuevo con sus respectivas familias. A pesar de que cada miembro nos había invitado a pasarlo en su hogar, habíamos ideado nuestro propio plan.
Como Chan, Félix, Liam y yo no teníamos dónde ir esa noche, habíamos decidido celebrarlo juntos, en su casa.
A diferencia de Nochebuena estaba realmente nerviosa, aunque no sabía muy bien el por qué.
— Pues porque es una noche especial —decía mi hermano mientras caminábamos las últimas dos calles antes de llegar a nuestro destino.
— Nochebuena también es especial —intentaba refutar yo.
— Pero no tanto como año nuevo... AÑO NUEVO Lucy, es un nuevo principio para todo —se giró mostrándome una sonrisa ladeada, a lo que yo simplemente contesté poniendo los ojos en blanco.
Seguimos caminando en silencio durante un rato. Mi hermano había tenido el humor cambiante los últimos dos días, estaba bien, tranquilo y, de repente, veía cómo se iba apagando de pena.
Para él no era el principio de nada, era el final.
— ¿Estás bien? —pregunté después de un rato en silencio.
— Sí, no quiero hablar del tema, Lucy. Sólo quiero pasar una noche memorable contigo y con Félix.
— Y con Chan.
— Él no me va a hacer ni caso —rio— La que le importa eres tú.
— Estoy segura de que se preocupa por la pareja de uno de sus mejores amigos.
— No somos pareja —era difícil no responder siempre poniendo los ojos en blanco.
***
Nos abrió la puerta un Félix deslumbrante y guapo a rabiar. Habíamos quedado en vestir elegantes pero informal, para no emperifollarnos mucho. Félix se había peinado hacia atrás, dejando libre un mechón rubio que le caía por la frente hasta sus redondos ojos. Llevaba una camisa blanca, vaqueros y un delantal negro. Una visión cautivadora. Así estaba mi hermano, atónito en la puerta, quieto, sin dejar de mirarlo.
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Sin Remedio
FanfictionCuando dos personas se atraen, no pueden evitarse. Lucy estaba emocionada por ser la nueva directora de los MV de Stray Kids. En cuanto conoció a Bang Chan, sabía que algo no iba bien en su corazón, pero su mente le decía otra cosa. La profesionalid...