CAPÍTULO 48

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Seguí andando con paso firme sin saber a dónde me dirigía. Los pensamientos se me agolpaban en la cabeza y la presión del pecho crecía. Había escuchado a Chan seguirme durante unos segundos, pero sus pasos se habían parado hacía ya varios pasillos.

Sin darme cuenta, entré en el primer baño que encontré, me encerré en uno de los lavabos y me senté en el suelo intentando procesar todo lo que había pasado.

La ansiedad empezaba a dominar mi cuerpo con demasiados pensamientos, demasiadas preguntas, demasiado futuro incierto. No sabía qué pasaría a partir de ahora, no sabía muy bien cómo tenía que comportarme. Nunca se me habían dado bien las convenciones sociales y menos las de un país que prácticamente desconocía.

No sabía si Chan querría volver a verme o a tocarme, si todo esto era demasiado para él o si era demasiado para mí. Mis miedos me nublaban la cabeza.

Intenté quitar todos esos pensamientos, no quería tener un ataque de ansiedad en el edificio sentada en un baño. Hice las técnicas que, hace años, me había enseñado mi psicóloga y, cuando noté que mis piernas podían sostenerme, salí. Me mojé la cara con agua fría y me miré al espejo dándome ánimos. Tenía que trabajar.

El resto del día lo había pasado prácticamente en silencio, trabajando sin descanso para tener todo listo para finales de semana. Era importante, no quería darle más motivos a JYP para estar enfadado. Seguro que si algo pasaba, le echaría la culpa a nuestra... ¿relación? Aún tenía volando en mi cabeza las palabras que había dicho "Nos estamos viendo".

Una notificación me sacó de mis pensamientos.

Resoplé bloqueando el móvil y levantándome para ir en su encuentro

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Resoplé bloqueando el móvil y levantándome para ir en su encuentro. Cuando llegué a la puerta había un pequeño alboroto formado (para sorpresa de nadie). Liam y Félix, con una sonrisa de oreja a oreja, estaban como en el centro de un círculo alrededor de los demás.

—Lu —me llamó mi hermano al verme entrar por la puerta. Salió del círculo y se me estrechó en sus brazos.

—¿Todo bien?

Liam me cogió de la mano y me acercó al pequeño círculo que habían formado. Todos estaban muy nerviosos, hablando entre ellos. Justo enfrente estaba Chan con las manos metidas en los bolsillos del pantalón sonriendo con dulzura a los demás. Sin embargo, esa sonrisa no llegaba a sus ojos. Desde la noche anterior, cuando lo había llamado "babe", no lo había vuelto a ver sonreír de verdad, de esa forma que sólo sabía hacer él.

Sus ojos se desviaron momentáneamente para cruzarse con los míos. Sentí culpa, como si fuera una niña a la que acaban de regañar y se siente mal por ello. Quité la mirada rápidamente de esos ojos, empecé a morderme el labio por dentro y mis dedos se aferraron a mi sudadera.

—Bueno, perdón por montar esta feria pero... Hay algo que Liam y yo queríamos deciros porque sois las personas más importantes en nuestra vida y nos gustaría compartirlo con vosotros.

Sin RemedioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora