Era bastante tarde, pasada la media noche y Chan había insistido en que fuera a su casa. Como todos los días, había estado ensayando y luego editando hasta tarde, normalmente esas eran las horas típicas en las que nos podíamos ver.
Había bastante gente por la calle, aún así decidí coger un taxi hasta su casa. Cuando llegamos le pedí al taxista que se esperara hasta que entrara por la puerta. No había vuelto a ver a aquel hombre, aún así había conseguido que estuviera asustada de una situación tan sencilla como bajar de un taxi y llegar hasta el patio de la casa.
Siempre que utilizaba la llave que me había dado Chan de su casa me la quedaba mirando y pensaba en el acto de amor que suponía aquello. La casa estaba casi en silencio. Casi porque se escuchaban los sonidos típicos de alguien cocinando. Oí como algo empezaba a freírse y el delicioso aroma me llevó hasta la cocina.
Allí estaba Chan, concentrado en la sartén.
—Algo huele muy bien —dije abrazándolo por la cintura.
—Ah, cariño, ya estás aquí. A la cena le quedan como 10 minutos —respondió sin girarse aún con la vista fija en la comida.
Seguí abrazada a su espalda y me puse de puntillas para poder descansar la barbilla en su hombro y ver lo que estaba cocinando.
—Uuuh, pollo frito y... Oh, ¿es eso ramen?
—Mhm.
Estaba serio, no era solamente que estuviera concentrado en lo que estaba haciendo. Algo le ocupaba la mente, podía notarlo.
—¿Todo bien cariño? —pregunté apoyando la mejilla en su hombro para mirarlo directamente.
—Si si, todo bien.
—No hacía falta que cocinaras... Quiero decir, te lo agradezco muchísimo, pero si estás cansado podía haber cocinado yo.
—Siempre me estás cocinando. Hoy quería cocinar para ti.
—No hay ningún problema con que cocine, ¿sabes? Es algo que me gusta y me relaja.
—Lo sé, babe, sólo quería hacer esto por ti.
—Vale...
Aún así sabía que algo estaba pasando.
—¿Babe?
—¿Mhm?
—¿Me das un beso? —pregunté intentando de verdad no poner un puchero.
—¡Oh! Sí, lo siento cariño —se giró rápidamente y dejó un beso cálido en mis labios.
—Por cierto, ¿dónde están los chicos?
La casa seguía en silencio y eso sólo significaba dos cosas.
—Pues algunos durmiendo y otros por ahí.
Poco después nos sentamos a cenar. La comida estaba deliciosa, Chan no cocinaba mucho sobre todo por tiempos, pero cuándo lo hacía... ufff. La mayor parte del tiempo la pasamos en silencio. Hablamos un poco sobre cómo nos había ido el día y poco más.
Su vista estaba fija en la comida y su pierna no había parado de moverse nerviosa de arriba a abajo. No sabía si volver a preguntarle porque sabía que era como yo y siempre prefería que saliera de mí, pero a veces necesitaba un empujoncito.
Alargué mi mano hasta la suya y se la estreché con cariño. Subió la vista donde mi dedo pulgar dibujaba círculos en su piel y luego a mi cara, donde una sonrisa dulce le esperaba. Estaba acostumbrada a que me sonriera de vuelta, pero esta vez no lo hizo. Lo único que pude ver era pena en su mirada.
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Sin Remedio
FanficCuando dos personas se atraen, no pueden evitarse. Lucy estaba emocionada por ser la nueva directora de los MV de Stray Kids. En cuanto conoció a Bang Chan, sabía que algo no iba bien en su corazón, pero su mente le decía otra cosa. La profesionalid...