CAPÍTULO 36

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Una mano suave me acariciaba la espalda desnuda. Oía repetir mi nombre con una mezcla de cariño y urgencia. Restregué la cara por la almohada antes de ser consciente de lo que estaba ocurriendo. No quería despertarme, quería seguir durmiendo, había sido una noche larga o corta, según cómo se mirase. La cosa es que estaba demasiado cansado como para levantarme.

- Liam, Liam... Liam -gruñí contra la almohada como respuesta -.Es tu hermana, está en la puerta, creo que viene a buscarte -fruncí el ceño, ¿mi hermana?

- Oh, shit -me giré pesadamente para encontrarme una de las mejores visiones que había tenido nunca. Félix, cubierto únicamente con una de las mantas de la cama. El sol de media mañana le daba con cariño en la cara haciendo que sus pecas resaltaran en su cara de preocupación- Había quedado con ella para ir a pasear por Seúl esta mañana y ver la decoración.

- Me ha visto, ¿pasa algo?

Sin duda estaba preocupado, ¿por qué mi hermana lo había visto? ¿Y qué? Subí una mano a su cara para acariciarle la mejilla y le sonreí.

- No pasa absolutamente nada.

Su rostro se relajó al instante, sin dejar de mirarme a los ojos. Bajé la mano hasta la parte de atrás de su cuello para acercarlo hasta mí y poder besarlo. Sus labios estaban esponjosos y algo hinchados. Joder, quería que este momento durase más.

- Entonces, ¿tienes que irte? -preguntó separándose brevemente de mi boca.

- Sí, quiero pasar el día con mi hermana -apretó los labios asintiendo y alejándose más de mí. Como aún tenía la mano en su cuello, volví a acercarlo a mis labios- Pero esta noche nos vemos, ¿no? -Asintió con una sonrisa que me hizo besarlo de nuevo.

***

Nos arreglamos rápidamente compartiendo una ducha demasiado corta, recogí a mi hermana y salimos del hotel. Veía la mirada de ilusión de Lucy, pasando entre los dos. Sinceramente, a mí me daba igual pero sabía que a Félix lo estaba haciendo ponerse nervioso. Eran amigos, por lo que sabía que no iba a molestarse, pero le eché una mirada de odio para que parase, cosa que por supuesto, no hizo.

Nos despedimos lo más formal que pudimos de Félix en la puerta del hotel y cada uno hizo su camino.

Lucy y yo habíamos decidido ir al centro andando para aprovechar que viera lo máximo posible de Seúl en el poco tiempo que iba a estar allí. Sabía que mi hermana se moría por preguntar pero estaba en silencio mordiéndose los labios. Sabía que si no se lo decía, reventaría.

- Bueno -empecé- ¿has dormido bien? -pregunté dejándoselo a huevo para que empezara. La vi girarse con media sonrisa ladeada.

- ¿Y tú? -me giré con la misma sonrisa y empezó a dar saltitos emocionada. A veces parecía más niña que yo.

- ¡Aaahh! No quiero saber detalles pero, porfa, porfa, porfa, porfa, dime cómo ha ido en general.

- Mira que eres cotilla.

- Dijo el que me preguntó a los cinco minutos de llegar y no verme en meses que qué pasaba con Chan.

- Vendrá de familia entonces...

- ¡VA, deja esas tonterías y cuéntame!

- Pues, no sé, no tengo palabras...

- Pero, ¿fue bien?

- Fue tan bien que ni siquiera sé qué decir. Después de bailar con I.N todo escaló muy rápido.

- Dime la verdad, ¿bailaste con I.N aposta?

- Bueno... No fue una estrategia súper programada pero, sí que es verdad que, en este tipo de situaciones, suele dar el empujoncito que falta.

- ¿Qué situaciones?

Sin RemedioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora