Estaba en un campo, un campo lleno de flores moradas y blancas que desprendían un aroma que me tranquilizaba. Al fondo podía ver un frondoso bosque con árboles altos y anchos. Me agaché a coger unas cuantas flores para poder olerlas desde más cerca. Sonreí mirando al cielo y me tiré al suelo para poder disfrutar del sosiego que recorría mi cuerpo.
Una mano se deslizó por mi cintura y mis ojos fueron directos a ella sin mover la cabeza. No podía verla, pero su tacto estaba lleno de cariño, así que cerré los ojos y dejé que la sensación inundara mi cuerpo. Cuando volví a abrirlos vi una sudadera negra, en la que mi cabeza reposaba, que se mecía al compás de la respiración. Volví a cerrar los ojos para volver al sueño pero, antes de ni siquiera poder pensarlo, el aroma de mi ensoñación estaba por todas partes. Miré hacia arriba y vi a Chan con los labios apretados, casi haciendo un puchero, descansando plácidamente. Sin duda prefería quedarme aquí a volver al sueño, era mil veces mejor.
Estábamos en la misma posición que cuando nos fuimos a dormir pero me sentía descansada por lo que ya tendría que estar amaneciendo. Como si de una invocación se tratara la alarma de un móvil comenzó a sonar.
Chan arrugó la frente, abrió un ojo aún muy dormido y, con una mano muy patosa, apagó la alarma. Cerró los ojos y suspiró pesadamente. Con la mano que tenía rodeando su cintura empecé a acariciarle el abdomen para que se fuera despertando poco a poco.
Miró hacia abajo rápidamente cruzando su mirada con la mía y sonriendo al instante.
—Mornin' —su voz grave de recién despierto vibró en mi cabeza, que aún estaba en su pecho.
— Mornin' —susurré sin parar de acariciarle.
— ¿Has dormido bien?
— Como un bebé en brazos, ¿y tú?
— Increíblemente bien. Me quedé frito poco después de que te metieras en la cama. De normal me cuesta horas conseguirlo.
— A mí muchas veces también.
Me separé un poco de él, llevaba no sé cuántas horas invadiendo todo su espacio, y me dejé caer en el lado libre.
— Es increíble que me haya quedado quieta en la misma posición toda la noche. Normalmente me muevo muchísimo.
— Pero, ¿has dormido bien? La cama es algo pequeña.
— Sí sí, es simplemente que me sorprende.
— ¿No te han molestado mis ronquidos? —preguntó con algo de preocupación.
— Mmmm no, no recuerdo haberte escuchado y no me he despertado, pero cuando consigo dormirme es como si me desmayara jajaja.
— Me alegro, es algo que me da mucha vergüenza, creo que tengo sinusitis o algo y acabo siempre respirando por la boca.
— Que no te de vergüenza, roncar es de lo más normal. Incluso mi hermano, cuando aún vivíamos con mis padres me decía que alguna vez roncaba, aunque... Ahora no sé si lo hacía para meterse conmigo —comenté mirando al techo con los ojos entrecerrados pensando. Seguro que lo había hecho para molestarme.
Una mano se deslizó por mi cintura como si estuviera volviendo a vivir mi sueño. Bajé la vista y vi la mano de Chan subiendo por ella con cariño. Me quedé un segundo observándola sintiendo lo mismo que cuando estaba soñando, ¿seguiría durmiendo? Mi mirada voló a la suya. Sus ojos estaban fijos en los míos, se había girado poniéndose de lado en mi dirección y sonreía tenuemente. Cuando Chan sonríe es como un virus, tienes que sonreír, es algo que no se puede controlar.
No hacía falta ninguna palabra más. Acercó lentamente su cara a la mía y mi corazón se disparó.
De repente oímos unos ruidos provenientes de la cama de Changbin, como unos quejidos y, entonces, volvió a sonar la alarma del móvil de Chan.

ESTÁS LEYENDO
Sin Remedio
FanfictionCuando dos personas se atraen, no pueden evitarse. Lucy estaba emocionada por ser la nueva directora de los MV de Stray Kids. En cuanto conoció a Bang Chan, sabía que algo no iba bien en su corazón, pero su mente le decía otra cosa. La profesionalid...