CAPÍTULO 1

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No llevo muy bien conocer a gente nueva. Los nervios se apoderan de mí y puedo llegar a decir muchas gilipolleces en muy poco tiempo. Eso era lo que más terror me daba: yo misma.

Me había pasado los dos últimos meses pensando en esta reunión. Después de hablar con los directivos de la empresa, con mi agente, mi agente con los directivos y yo con mi agente, por fin se estaba haciendo realidad.

La noticia me pilló un poco desprevenida.

Pero si fue idea tuya, ¿qué estás diciendo?

Ya, lo sé. Lo que quiero decir es que... para nada me esperaba que pasara lo que pasó.

Volví a hace apenas cuatro meses, cuando, después de deliberar mucho...

No tanto.

Bueno, quizá menos de lo que me gustaría reconocer. El caso es que había decidido plantarme y hacer lo que una chica poco inteligente y sin ningún conocimiento de causa debe hacer en algún momento de su vida: escribir en Twitter. Algo sencillo pero directo.

K-pop, soy toda vuestra.

En tan solo segundos, tenía miles de likes e interacciones de todo tipo. Intenté ignorar las negativas, ya que sabía que a mucha gente no le iba a gustar la idea, y me centré en los seguidores que me apoyaban y ponían miles de memes con los que estuve riéndome toda la tarde. Me la había despejado aposta porque quería pasarla tumbada en el sofá leyendo todo lo que decían.

De repente, el terror me invadió: HYBE comenzó a seguirte.

En ese momento, solo quise borrar mi cuenta, desinstalar la aplicación y tirarme en el suelo a mirar el techo y replantearme todas las decisiones que me habían llevado hasta ahí. Sin embargo, como mujer adulta que soy...

Bueeeno... Calla, estoy intentando explicar algo.

Como mujer adulta que soy, tuve que hacer lo que mejor se me da: dejar el móvil en silencio y prepararme una buena merienda.

Cuando volví a mirar el móvil, no solo me había seguido HYBE, sino también YG Entertainment y JYPE Entertainment. No había sido buena idea merendar. La tensión en el estómago me hizo estar mala lo que quedaba de día.

No sabía si era buena idea devolver el follow a todas las compañías por si quedaba como una chaquetera, interesada o flipada. Un poco flipada sí que estás.

Contacté con mi agente, un chico de 35 años que sabía muy bien lo que hacía y en el que confiaba ciegamente. Sin él, no habría sabido qué hacer con mi vida.

-¿Qué has hecho qué? -preguntó incrédulo desde la otra línea del teléfono.

-Eh... Bueno.. Ejem... Pensaba que lo sabías. Es TT en Twitter.

-He estado totalmente desconectado toda la tarde. Tenía cosas que hacer.

Los dos nos quedamos en silencio.

-Lucy.

-Ya, ya lo sé, pero quería hacerlo, ¿vale? No sabía muy bien cómo ibas a reaccionar y creo que es un paso muy inteligente por nuestra parte, ¿no? Quiero decir, el k-pop se ha extendido por todo el mundo y yo soy una gran seguidora: Tú lo sabes y...

-A ver, calla un segundo, que me estás agobiando. Sí, me parece una idea inteligente. ¿Hacerlo por Twitter? Mal. En fin, no sé muy bien en qué estabas pensando.

-Estaba pensando en mí, Hugo. En hacer lo que quiero hacer. Me hace tanta ilusión, que no te lo puedes imaginar...

-Sí que me lo imagino, sí. Y ahora, ¿qué vas a hacer? -sentenció dejándome un poco perpleja.

Sin RemedioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora