Sin Remedio

CAPÍTULO 19

Jamás había visto esa mirada en él. Se acercaba con paso firme y sus ojos decían que no estaba para gilipolleces. Se plantó a su lado y los dos nos quedamos mirándolo.

— Disculpe señor... —comenzó muy serio.

— Chan, ahora no... —dije yo igual de seria mirándolo con los brazos cruzados. Siguió hablando como si no me hubiera escuchado.

— Sólo quiero decir que me parece de muy mala educación...

— Chan, de verdad, para —la paciencia se me estaba agotando y no quería que aquello se transformase en una discusión descomunal. Chan me miró llevándose la lengua al interior de la mejilla. El señor iba cambiando su mirada de él a mí con media sonrisa ladeada.

— Déjalo hablar, es el líder del grupo, tiene peso aquí —contestó el señor.

Vi a Bang Chan apretar la mandíbula. En otra ocasión habría tenido que cogerme un par de días libres para superar aquello pero en esta ocasión sólo significaba que la cosa se iba a poner peor y no iba a tolerarlo.

— ¡Eh! —exclamó Chan— No voy a tolerar...

— ¡Christopher, para!

Dí un paso al frente subiendo una de mis manos indicando al rubio que se detuviera. Giró su mirada a mí, con los ojos medio cerrados por la rabia y los labios apretados. Nos quedamos mirando durante unos instantes en los que veía cómo intentaba leer lo que estaba pensando.

Finalmente, se mordió un poco el labio inferior, dio un paso atrás y asintió un par de veces con la cabeza antes de empezar a volver a donde estaba.

Respiré hondo un par de veces mirando cómo se alejaba intentando calmarme un poco, pero oí cómo el señor se reía por lo bajo. Volví la vista hacia él y dejó de reírse.

— Para empezar, los papeles con los que juego es el guión del MV en el que USTED trabaja y sin los cuales no estaría aquí ahora mismo. Esos papeles significan que YO soy la directora de este rodaje el cual, dada a su laaaaaarga trayectoría, no tendré que explicarle que me hace la jefa del rodaje y, por lo tanto, todas las personas que están aquí tienen y deben de hacerme caso. Veo que, a pesar de sus años, no tiene la educación que esta niña, su jefa, tiene. No me queda otra que decirle que, si va a seguir comportándose así, abandone este set ahora mismo. Me da igual tener que cancelar el rodaje porque es algo que no pienso tolerar, ni conmigo, ni con ninguna otra persona. Si, por el contrario, quiere entrar en razón, me enseñará ahora mismo el esquema de luces y continuaremos cada uno con su trabajo, ¿qué le parece?

El señor fue abriendo la boca poco a poco y mirándome fijamente. Si aquello se iba a convertir en un duelo de miradas podría estar así todo el día: tengo un hermano pequeño.

La gente de nuestro alrededor había dejado de hacer lo que estaba haciendo. Notaba sus miradas en nosotros. Era un momento decisivo para el resto de, no solamente este rodaje, si no para todos los demás. Si la gente veía que podían decir o hacer lo que quisieran sin que hubiera consecuencias, sería un desastre para el orden de jerarquías, sumamente importante en rodaje.

El señor fue poco a poco desenredando sus brazos cruzados, se movió un poco a su derecha y levantó la mano indicando un camino.

— Los tengo en una de las salas, si quieres acompañarme —se inclinó un poco mientras lo decía.

— Gracias —contesté aún con tono firme.

Avanzamos por el set hasta la entrada de los camerinos. Conforme íbamos andando, la gente iba poniéndose a trabajar sin que hiciera falta que nadie dijera nada.

Cuando llegamos a los camerinos pensaba que me diría algo más pero, lejos de aquello, sacó diligentemente todos los esquemas de luces de ese día y del siguiente y los comentamos durante un rato.