CAPÍTULO 44

35 7 24
                                    

Esa noche, hice caso a Chan y me acosté pronto después de haber hecho un plan de rodaje diferente con Suyeon por si Han no venía. Me desperté fresca y motivada. A diferencia de los demás rodajes todo estaba bajo control, incluso teníamos plan B. El que fuera mi tercer rodaje con el mismo equipo y con los chicos había calmado bastante mis nervios.

 El que fuera mi tercer rodaje con el mismo equipo y con los chicos había calmado bastante mis nervios

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Una hora después me encontraba en el set. Como era la canción main, JYP había decidido gastarse bien el dinero y me había dado bastante manga ancha con lo que quería hacer. El primer día empezábamos en el plató con los sets de la calle normal y la "boca abajo".

Estaba admirándolos cuando Suyeon apareció a mi lado.

— ¡Morning, Lucy! —dijo dándome mi típico vaso enorme de té negro con leche.

— Oh gracias, Suyeon —se lo cogí y le di el primer sorbo. Lo mejor de la mañana.

— ¿Te han dicho lo de Han?

— Sí sí, ya lo sé —preferí ahorrarme que había sido Chan a las 5 de la mañana— No hay problema. Vamos con ventaja, tenemos nuestro plan B. ¿Cómo va todo por aquí?

— De maravilla, en media hora empezamos.

— Ay, quiero llorar, no me puedo creer que todo vaya TAN bien. Bueno, sería todo genial si estuviera Hannie, pero necesita descansar. Voy a ver a los chicos.

Estaba llegando a los camerinos y ya se escuchaban los gritos típicos.

— ¡Noona! —chilló Hyunjin nada más verme.

— Pero... ¿Qué coño?

El pelo rubio de Hyunjin estaba rojo, pero no uno tranquilo y oscuro, rojo sangre.

— Oh, sí, me lo he cambiado, ¿qué te parece? —dijo girándose y moviendo mucho su pelo enlacado.

— ¿Qué qué me parece? Es... es...Estás tan potente... Quiero decir...

Hyunjin comenzó a reírse de mi falta de vocabulario. Sin duda le sentaba muy muy muy muy bien. En un movimiento sutil se movió ligeramente para dejar ver a Minho, que se encontraba a su espalda mirando el móvil.

— ¡Oh Dios Santo! —se me escapó y me llevé las manos a la boca lo más rápido que pude.

Minho se sobresaltó y me miró confuso.

— ¿Qué te pasa? —preguntó sin moverse del sitio.

— Tu... tu... tu pelo.

— Ah, sí, ahora es morado.

No podía dejar de mirarlo. Aquel tono y el corte de pelo que le habían hecho le daba un toque algo más afilado a sus facciones ya perfectas.

— Creo que es el mejor tono de pelo con el que te he visto nunca, o sea, estás guapísimo Minho.

Sin RemedioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora