The Loud House - La luz de mi Vida [Ronniecoln/Lobby]

Capitulo XLIV: Sombras entre tu vida y mi vida

Pasaron la noche bebiendo y festejando con los mariachis del Maguey. Los mariachis les ofrecieron ir de serenata con ellos y continuar la celebración en otros lugares. Y a pesar de que ambos mexicanos habían aceptado con gusto, ahora tenían que cargar con la resaca de la noche anterior.

Ambos se encontraban durmiendo en la habitación del motel de Bobby, con una mezcla de dolores de cabeza y recuerdos borrosos. Y aunque ninguno parecía querer levantarse debido al dolor de cabeza, ya se encontraban conscientes.

Eddie se frotó la frente y bostezó, tratando de recordar los eventos de la noche anterior.

— ¿Qué diablos pasó anoche, Bobby?

Bobby, que aún tenía los ojos cerrados, gimió en respuesta.

— No estoy seguro, pero creo que terminamos cantando con los mariachis en medio de la calle. Y luego... creo que alguien nos invitó a un afterparty. ¿Recuerdas algo?

Eddie frunció el ceño, tratando de recordar.

— No mucho. Pero parece que nos divertimos.

Eddie trató de cerrar los ojos y descansar un poco más, cuando sintió como algo comenzaba a caminar sobre brazo. Al abrir los ojos, rápidamente se levantó de la silla donde estaba descansando y dio un grito al ver que se trataba de una cucaracha. Bobby al escuchar el grito, se incorporó rápidamente, mirando a Eddie con confusión.

— ¿Qué pasa Eddie? ¿Por qué gritas?

— ¡Una cucaracha Wey! ¡Una maldita cucaracha! — exclamo el mexicano en su idioma.

Bobby se levantó con cuidado de su cama, sintiendo el dolor de su resaca. Miró hacia donde Eddie señalaba y vio a la cucaracha. Dio un suspiro y se acercó tranquilamente.

— Tranquilo, Eddie. No es para tanto.

Eddie miró con incredulidad a Bobby.

— ¿No es para tanto? Wey, esas madres son un foco de infección. Además de ser asquerosas.

Bobby arqueo una ceja ante la reacción de su amigo.

— Me estás diciendo que Eddie Guerrero, el mil amores, el llamado charro de oro, ¿le tiene miedo a una pequeña cucaracha?

Eddie frunció el ceño y cruzó los brazos.

— No es miedo, Bobby, es... precaución. Estas cosas pueden llevar enfermedades y son asquerosas. Además, nadie quiere despertar con una cucaracha caminando sobre su cuerpo. ¿Cómo poder dormir en un lugar así?

— Bueno, Recuerda que llegue a esta ciudad a mitad de la noche pensando que sería deportado y sin mucho dinero. No tenía muchas opciones de alojamiento. Además, unas cuantas cucarachas en la habitación es el menor de mis problemas.

Eddie frunció el ceño mientras observaba cómo Bobby se agachaba y atrapaba la cucaracha con un vaso.