The Loud House - La luz de mi Vida [Ronniecoln/Lobby]

Capitulo LVI: Entre la Confusión y la Emoción.

Las lágrimas empezaban a empañar sus ojos. La emoción y la confusión se entrelazaban en su voz mientras miraba a Ronnie Anne con una mezcla de incredulidad y esperanza.

Ronnie Anne la miró fijamente, sintiendo que el tiempo se detenía a su alrededor. No podía creer lo que estaba viendo y escuchando. Después de tantos meses de búsqueda y preguntas sin respuesta, ¿era posible que finalmente hubiera encontrado a su madre?

— Mamá... —repitió Ronnie Anne, esta vez con más fuerza, dejando que todas las emociones que había guardado se manifestaran en su voz.

Uno a uno los fragmentos de la memoria de María comenzaron a encajar en su mente. La imagen de aquella noche en que había perdido todo, ahora se hacía más clara. Recordaba la urgencia de huir, las voces que le pedían que se cuidara y las sombras que la perseguían. Su corazón latía con fuerza mientras miraba a Ronnie Anne, sintiendo una mezcla de incredulidad y esperanza.

— Ronalda... — susurró María, extendiendo una mano temblorosa hacia su hija, anhelando el contacto físico que había estado buscando durante tanto tiempo.

Todas aquellas emociones eran demasiado para María y su embarazo, sintió como sus piernas empezaban a flaquear. Se aferró al hombro de Lincoln para mantenerse de pie, su corazón latía con fuerza y sus ojos se llenaron de lágrimas al escuchar a Ronnie Anne llamarla mamá.

Afortunadamente en esos momentos, Alex llegó a tiempo para sostener a María antes de que cayera al suelo. Lincoln y Ronnie Anne miraron con preocupación mientras Alex ayudaba a María a recuperar el equilibrio.

— María, cariño. ¿estas bien? ¿Qué sucedió?

La voz de Alex se escuchaba lejana y distantemente, como si estuviera en un túnel. María apenas podía escucharlo sobre el latido acelerado de su propio corazón y el zumbido en sus oídos. Todo a su alrededor parecía difuminarse mientras su mente luchaba por procesar lo que acababa de suceder.

— Ronalda... —murmuró de nuevo, como si el nombre fuera una súplica, una esperanza que había creído perdida para siempre.

María cayo inconsciente en los brazos de Alex, quien la sostuvo con cuidado, su rostro se llenó de preocupación ante la situación. Lincoln y Ronnie Anne observaron con horror cómo María se desvanecía en los brazos de Alex.

— ¡María! —gritó Alex, su voz estaba llena de pánico—. Tenemos que llevarla al hospital de inmediato.

Ronnie Anne, con lágrimas en los ojos, se acercó a su madre y tomó su mano.

— No te preocupes, mamá. Estoy aquí —susurró, tratando de mantenerse fuerte, aunque el miedo la invadía.

— ¿Acaso dijiste mamá? — pregunto Alex con sorpresa.

Ella asintió lentamente, sin soltar la mano de María. Todavía estaba abrumada por la situación, pero se preguntaba quien era ese hombre y la relación que tenía con su madre.

Aunque a Alex quedo sorprendido por aquella revelación, su preocupación principal era el bienestar de su amada y no había tiempo que perder. Necesitaban llevar a María al hospital de inmediato.