¿Accidentes?

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Pasar el rato con las personas que mas apreciaba quizá si lo recondortaban.

Hace tiempo que no se sentía bien acompañado. Tenía a Jude y a Guillermo, pero ya tenía un tiempo que todo su grupo de amigos se reunía.

Los quería.

Lo habían hecho por él.

Estaba contento con ello. Esperaba que fuera una amistad duradera.

Ahora mismo, estaba en el sofá de su sala, riendo por las tonterías que sus amigos hacían.
Abrazado de Alejando, y con una débil sonrisa; allí estaba, mejor que antes.

-¿Qué les parece si nos quedamos a dormir aquí? -propuso Diego.
-¿Cómo una piyamada? -preguntó Ángel.
-Sí -asintió, acercándose a Kevin-. Mi Kevin necesita compañía... aquí, en esta casota, él solo...
Se sentó junto a Kevin pegándose a su cuerpo.

-Es buena idea -Guillermo sonaba entusiasmado.
-Antes que nada -advirtió Jude-, hay que pedirle permiso a nuestros padres -dijo con severidad.
-Tienes razón -dijo Alejandro sacando su celular y comenzando a teclear rápidamente en el.

Todos, casi como si estuvieran programados, sacaron sus celulares caros y empezaron pedir aquél permiso ahora tan deseado por el grupo de amigos.

-¿Kevin, tú no tienes problema de que sea aquí, verdad? -cuestionó Diego.

Kevin esbozó una sonrisa. ¿Por qué tendría problema? Sus padres no lo tendrían tampoco.
Es mas, ¿recordaban siquiera la mera existencia de Kevin? Era más importante hacer cuentas y viajar hasta la otra punta del país para entregar unos estúpidos papeles.

Por ellos estaba ahí, llorando en esa gran casa. Pero eso no importaba ya. Lo único que debía hacer era lo que ellos. Estudiar hasta que entrara en crisis y luego heredar la empresa.
Compraría una casa igual de grande. Pero temía estar solo.
Y si tenía hijos, ¿los dejaría abandonados igual que sus padres hacían con él?

-No hay problema -respondió sonriendo.

Luego de unos minutos, Alejando levantó la vista de su celular y observó a todos, uno por uno, y luego les llamó la atención.
-¿Dejaron quedarse a todos?
-Sí -respondieron con emoción todos al mismo tiempo.
Alejandro sonrió y volteó con Kevin, a quien tenía al lado.

Nisiquiera había atendido a su llamado. Nunca le hacía caso, ¿qué debía hacer para conseguir su atención?

Con una mano, acarició la mejilla de Kevin, llamando por fin su tan deseada atención.
Kevin lo miró con esos ojos cafés brillantes, que Alejandro quisiese observar todos los días, sin falta.

-Prometo que no cansaremos problemas aquí -dijo sin dejar en paz esa mejilla.
Kevin se limitó a sonreirle como a todos.
-Okey -respondió.

No iba a rendirse. Haría lo posible por sacar algo más en Kevin, aparte de su típica sonrisa que le regalaba a todos.

-¿Por que no vamos por comida?
Sus amigos asintieron. Kevin se negaría, pero siendo sincero, los dejaría hacer lo que quisieran.
Ellos, igual que el, necesitaban despejarse, hacer algo más que sólo lamentarse. No se negaría a nada.

Jude, Ángel y Alejandro fueron quienes salieron a comprar. Mientras que Diego y Guillermo se quedaron con Kevin, para no dejarlo solo, no de nuevo...

Diego se quedó junto a Kevin todo el tiempo. Incluso estuvo junto a él sentado, pegado a Kevin como si fuera un perro.
Mientras Guillermo se distraía en quién sabe qué, Diego tomaba el brazo de Kevin y se acercaba casi rozando sus narices.

Letal Love (Kerving)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora