Cuidado

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Parado entre el marco de la puerta, con una presencia que se sentía pesada, estaba Hirving, mirando con curiosidad a Raúl.

-¿Hirving?

Hirving lo miró confundido. ¿Por qué no tenía miedo? ¿Por qué no gritaba por ayuda? ¿Por qué no lo apuntaba con pánico? ¿Qué acaso no recordaba todo lo que le había hecho sufrir?

-¿Qué? ¿No me recuerdas? -se apuntó a él mismo, mostrándose, pero Raúl seguía mirándolo con normalidad.
-¿Sí? Hirving.

Entonces Hirving sonrió. Raúl no lo reconocía cómo el asesino que lo había tenido durante días en el sótano de su casa, no lo reconocía cómo ese monstruo del que tuvo que sobrevivir.

No estaba perdido. Al final, Hirving siempre salía ganando absolutamente todo lo que se proponía ganar... lo que era, por cierto, una gran pena.

-. ¿Quién te hizo esto? -exclamó con la voz demasiado chillona -. Tú no mereces esto, ay, Raúl.

Se acercó y le regaló un abrazo pesado. Raúl lo recibió con tranquilidad, aunque en ese momento la cabeza empezó a dolerle. Hirving daba una sensación rara.

-¡Él lo hizo, es él! ¡Abre los ojos!

Se sostuvo la cabeza. Hirving se separó cómo alarmado cuando notó el dolor. Vio de nuevo imágenes sin sentido y el rostro de Hirving, pero todo volvió a olvidarse.

-Tú...
-¿Qué?
Lo miró fijamente. Y hubiera seguido ese duelo de miradas raras si Kevin no hubiera interferido, quien se asomó por la puerta de la habitación.

-¿Raúl?
Hirving y él se giraron para verlo. Él les sonrió un poco nervioso.
-Oh, lo siento. S-si están en algo... yo puedo irme... -retrocedió.
Hirving le regaló una sonrisa dulce y tranquila y se adelantó hacia Kevin.

-¿Viniste a verlo? Si es así puedes pasar, yo también vine a verlo.
-¡Ah! Sí, claro.

Kevin entró algo apenado a la habitación. Se encontró muy sorprendido de ver a su amigo de vuelta. Es que ya hasta había llegado a considerarlo cómo una víctima más.

Se acercó lentamente con los ojos cristalinos. Verlo así era hasta cierto punto deprimente. Pero... Al menos estaba vivo, ¿no?

-Es una alegría tenerte de vuelta. Todos nos preguntábamos que era lo que te había ocurrido.
Abrazó con mucho cuidado a su amigo. Hirving mejor apartó la mirada.
-Nisiquiera y-yo sé lo que sucedió, n-no importa ya.
-¿Cómo?
-P-pues parece que me golpeé mucho y ahora n-no recuerdo nada...

Kevin lo miró con pena. Las preguntas llegaron a su cabeza pero mejor decidió no decir nada más al respecto.

-No pasa nada, Raúl. Lo bueno es que estás con vida. Ya descubriremos quién nos hizo esto y recibirá su castigo.

<<Ay, Kevin. Por eso me gustas tanto. Tu actitud tan decidida es cómo un completo ridículo, pero de alguna forma la haces ver menos graciosa.>>pensó divertido Hirving. Que descubrieran sus acciones no estaba en sus planes.

-E-eso espero.
Kevin trató de sonreírle. Estaba tan cómodo de tener a su amigo de vuelta que olvidó que Hirving estaba ahí.

-¡Lo siento, Hirving! ¿Quieres hablar con él? Perdóname.
-Está bien. Sólo quería saber cómo estaba -negó Hirving con la cabeza -Ya debo irme -luego se dirigió a Raúl -. Ya te estaremos esperando.

Se despidió y salió de la habitación. Ya no quería verlos. A duras penas se contuvo para no hacer una tontería.

Ya las había hecho con otras personas y habían resultado en muertes de las cuales ahora se preguntaba si realmente hubiera querido que sucedieran.

Letal Love (Kerving)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora