Recuerdos que perjudican

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Richard se ofreció a tocar la puerta, cuando notó que Julián no se atrevía a hacerlo.

Tocó a la puerta de los Marquéz y se escondió detrás de Julián. Él lo miró raro antes de que Rafael abriera la puerta.

-Oficial -saludó-. Pase.
Julián y Richard se miraron antes de pasar a la sala de la casa.
-Debe saber que hacemos aquí, me imagino -dedujo Julián escudriñando la sala disimuladamente. Richard siempre estuvo a sus espaldas.

-Jonathan, antes de irse, me dijo que se había reabierto el caso. Tomen asiento por favor.

Julián y Richard tomaron asiento en uno de los sillones de la sala. A Julián le llamó la atención una foto que estaba sobre una mesita de cristal, de Rafael y Kevin juntos. <<Álvaro, Sarah.>>pensó.

-¿Les ofrezco agua? -preguntó Rafael.
-Sí, gracias -respondió Julián.
Richard lo miró mal-. No todo tiene porqué tener veneno, Richard -explicó. Seguramente Rafael lo oyó.

-¿Qué recuerda del tiroteo ese último día del instituto? -interrogó Richard.
-Puedo decirle exactamente cómo fue todo -dijo Rafael entregando vasos de cristal con agua a ambos oficiales y luego tomó asiento en un sofá frente al de ellos.

-Trate de explicarnos cómo fue todo. Debe tener cosas que hacer -dijo Julián. Si es sincero tiene mucha curiosidad acerca de cómo fueron las cosas para Rafael.
Los interrogatorios en ese entonces fueron por separado y después de aquello, casi dejaron de verse, pese a haber sido amigos en ese momento.

Pasaron muchas cosas en aquellos tiempos, y luego hicieron una especie de promesa, en la que nadie hablaría al respecto. Sin embargo es inevitable porque es necesario..., si quieren mantener a sus hijos cerca.

Rafael pareció incómodo al principio.
-Ese día llegué tarde a la escuela. Me había quedado dormido -rió-. Llegué antes de la primer clase, pero me encontré a Aldo en el pasillo y me convenció de saltar la primera hora -suspiró-. No me arrepiento de haber aceptado. Estuvimos por los pasillos platicando cuando nos encontramos a Julián y lo tuvimos ahí un rato hasta que se fue. Minutos después Aldo oyó gritos cerca de la entrada y nos dirigimos hacia ahí para ver que sucedía. Nos dimos cuenta de lo que pasaba y corrimos lejos de ahí. Corríamos cuando a Aldo lo dejó en el suelo un disparo en el pecho -su voz vaciló un momento-. Y recibió uno en la cabeza. Pero no me detuve, corrí entre la gente y estuve a punto de salir cuando nos cerraron las puertas. Me separé y me escondí entre los salones vacíos hasta que llegué a los sanitarios. Me mantuve encerrado en un cubículo al rededor de veintiséis minutos cuando oí a alguien más entrar. Hasta ese momento no tenía idea de que eran Julián y Jared y lo supe cuando Julián se pasó a donde yo estaba. Defendímos a Jared cuando el asesino entró y lo encontró, y peleé con él cuando el segundo asesino me llegó por detrás y me dejó en el suelo. Julián me ayudó y escapamos. La policía ya estaba ahí y Jonathan salvó a Julián cuando fue apuñalado. Salimos con ellos y nos atendieron en las ambulancias.

Julián se mordió el labio inferior. No bajó la mirada para no mostrarse débil, y esperó que sus ojos no estuvieran tan rojos.

Richard lo notó. Se aclaró la garganta cuando notó que Rafael parecía sufrir las mismas condiciones.

-¿Qué características tenían los sujetos? -interrogó con seriedad.-. ¿Las recuerda?
-Sí. Uno de ellos era bastante alto, quizá de 1.70, y el otro no lo era tanto, pero eran muy delgados y sus ojos eran marrones. Es lo único que recuerdo de ellos.
-¿Lo único?
-Así es.
-¿Sospecha hasta la fecha de algún individuo?

Rafael y Julián se miraron. Él negó con la cabeza, bajando la mirada. Si bien antes era fiel creyente de que el culpable era Andrés, jamás llegó a culparlo directamente cómo lo hicieron Julián y Jonathan antes.

Letal Love (Kerving)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora