Ése mismo día, luego de que culminara la última clase de ciencias, Hirving salió al patio principal, seguido de Uriel, quién le contaba quién sabe qué cosa. No le importaba.Sonreía, consumido por las ganas e ilusión de seguir eliminando a sus competencias. Se alimentaba de la extrañez y el creciente miedo con el que Raúl lo miraba. No paraba de hacerlo, no disimulaba, sólo observaba; consumido por la curiosidad. Hirving no lo culpaba, la mano pálida de Raúl aún estaba marcada y teñida de un rojo carmín, gracias a la hostilidad con la que Hirving lo trató.
Aguantaba las ganas de reír, ya que podía sentir la desesperación de Raúl al no comprender su comportamiento tan hostil, que luego pasaba a ser uno pasivo y tranquilo.
Pese a que Raúl ya sospechaba, no podía dar nada por sentado porque no tenía pruebas para llegar a deducirlo. Era sólo un planteamiento, o una teoría formulada a raíz de su comportamiento. De ahí en fuera, no tenía otra prueba.No tenía de otra que observarlo, muy de cerca.
De momento, siguió escribiendo en su libreta. El cielo gris y la sensación deprimente le estaban dando más ideas.
-¿Quién podrá ser? -soltó Uriel. Con las anteriores muertes, no había estado tan preocupado, pero ahora con la muerte de Erick, hasta temblaba. Parecía inseguro.
Hirving se encogió de hombros.
-¿Quién podrá ser de qué?
-. El asesino.
-. Ah. No sé.Raúl entonces, pareció molestarse. Lo miró fijamente, y con tono serio, decidió hablar.
-Hirving, ¿Por qué parece que esto no te importa?
Uriel abrió mucho los ojos. César, que estaba a lado de él comiendo, levantó la vista. Hirving intentó mantener la calma, ahora con tantas miradas fijas en él.
-¿Importarme? ¡Por supuesto que me importa! -defendió fingiendo una risita. No fue suficiente para que Raúl cayera en su juego.
-. ¿Entonces, por qué no parece interesarte el tema cuándo Uriel te habla de eso?Uriel y César se miraron entre sí. Pese a que Raúl le habló con calma al principio, su voz pareció tensarse. Hirving fue bajando la intensidad de su sonrisa.
-Sí me importa.
-No parece.La mirada de Raúl acosaba a Hirving sin necesidad de que él hablara más. Hirving, con la furia ya instalada en las venas, sintiendo cómo ésta corría por su sangre, bajó la mirada y siguió escribiendo algo en su cuaderno, aceptando tal duelo cómo una derrota momentánea.
Escribió en la libreta:
Cortar garganta.
No quería compartir su hipótesis con Uriel, porque seguramente iba a irse en su contra, y defendería a Hirving, como siempre.
La justificación que ponía, era que estaba <<traumatizado>> por lo que había vivido cuando era más pequeño, con la pérdida de su madre. Y quizás tenía razón, pero, en realidad, eso no justificaba su comportamiento, que después del suicidio de Henry empezó a cambiar con creces.
Se dirigió a las canchas de la misma escuela. Estaba seguro de que Carlos sí le creería. Bueno, más que seguridad, esperaba que le creyera.
Lo divisó jugando fútbol con otros compañeros del mismo salón, hasta mismos amigos.
-¡Carlos!
Aprovechó que el balón se les había ido para llamarle la atención.
Carlos volteó de inmediato. Se acercó, por la expresión que tenía en el rostro, parecía algo extrañado.
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Letal Love (Kerving)
FanfictionUn intento de suicidio lleva a Hirving a conocer a Kevin, un muchacho estudioso y alegre de su instituto. Es entonces, cuando se enamora de él y no podrá permitir que alguien más se lo arrebate. Por lo que, entonces, decide asesinar a todo aquel que...