Letal Love (Kerving)

Bombeas mi corazón

—¡¡¡Ahhh!!! —chilló amortiguando su grito con la almohada sobre su cara.

El beso con Hirving fue el que imaginó antes, el que esperó venir del indicado. Era muy temprano pensar que Hirving era lo que durante mucho tiempo esperó, pero en su mente ya estaba ese hecho.

Con un novio ahora, olvidó todo aquello que lo estresaba. Una neblina desapareció para abrir paso a un sol radiante en su corazón.

No puede esperar para que mañana vayan a cenar a su casa, muere de ganas de decirle a su padre que ya tiene pareja. Espera que Hirving en serio le agrade como antes pareció.

Por primera vez Kevin no esperó a que su padre llegara. Ya mañana le pedirá permiso para la cena, sabe que persuadirlo es sencillo.

Durmió sobre su cama planteándose durante unos minutos antes de caer rendido que era lo que pasaría después de eso. Un noviazgo lindo y sano era lo que más anhelaba ahora.

Su celular sonó unas dos veces cuando él ya estaba dormitando. Su padre no era, y no quiso en realidad saber de quién se trataba. Se dispuso a dormir, emocionado por el día de mañana.

Y pues ahí estaban, en la entrada, lidiando con abrirse el paso entre todos sus compañeros, tomados de las manos.

Sí, aferrados a la mano del otro. Si bien Kevin era un penoso que no soportaba la atención, fue él quién le insistió a Hirving llegar así y presentarlo a sus amigos cómo su novio.

Hirving no dudó en aceptar. Ayudará a que se mantengan alejados de Kevin, pero le encanta pensar en la reacción que tendrá Luis cuando los vea juntos.

Por ello una sonrisa iba dibujada en su rostro. Una ansiosa por melancolía ajena.

—Momento, ¿estás bien? —se detuvo Kevin—. No quiero que te sientas presionado. Podemos mantenerlo en secreto.
  Hirving negó con la cabeza.
—Tranquilo. Es necesario que me conozcan cómo tu novio en estos tiempos. Así cómo haremos con tu padre.

Kevin asintió deleitado por las palabras de Hirving. Él acarició suavemente su piel con el pulgar y Kevin sonrió.

Nadie se puede atravesar en su camino ahora que ha conseguido lo que le pertenece. Tenía ganas de asesinar a cualquiera que los viera en el momento.

Pero eso no era lo más grave con lo que batallaba. Por fin se cumplió lo que tanto tiempo estuvo esperando. Lo consiguió, lo que merecía, lo que necesitaba.
  Las muertes que provocó no fueron en vano, han funcionado y de gran manera, piensa que cualquiera de ellos pudo haberle arrebatado a Kevin. Pero ahora no deberán hacerlo, sin embargo, deberá estar alerta en todo momento, vigilando al montón de perros que hay detrás de su novio.

Espera que esto no sea un sueño. Uno de esos engañosos y que te hacen ver la vida miserable al despertar. Kevin ahora es suyo, y planea que para siempre, que nadie más se atreva a tocarlo siquiera.

No sabe cómo es que está caminando sin caerse por la emoción que le provoca su logro.

—¡Muchachos! —saludó Kevin, quién agitó la mano frente a sus amigos, pero no abandonó la mano de Hirving.
—Hey —dijeron Ángel y Jude al unísono. Ángel fue el primero en sorprenderse cuando vio a la pareja tomada de la mano.

Jude mantuvo una mirada perdida hasta que notó las manos. Una media sonrisa se formó en su rostro, al igual que la de Ángel.

—Yo sabía que iba a pasar esto —rió Ángel—. Felicidades.
—Estoy perdido en esto, pero en fin. Felicidades, Kevin. Me alegro por ti —sonrió Jude, verdaderamente feliz por su amigo.