Dolores de cabeza

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Samantha Arias

Después de que ella me rechazó esa noche en mi propia casa, me juré a misma y esa misma noche agarré todo mis sentimientos y los metí en una caja para guardarlo muy en el fondo de mi cerebro donde yo no pueda recordarlo por nada del mundo más cuando ella se cruce en mi camino porque yo no puedo cambiarme de institución por mi contrato.

Ya que por desgracia firme mi contrato de renovación con la institución cuando "tenia una buena relación con ella" y ahora las cosas cambiaron completamente, a raíz de eso me he vuelto alcohólica y callejera ya que regresé a mi rutina en las noches y no volver a mi casa al día siguiente de los clubs también de alguna cama de mujeres desconocidas.

Solo para poder olvidar su persona de mi vida por completo, pero siento que no lo estoy logrando porque el alcohol me la recuerda constantemente, eso me duele un montón y debo de afrontarlo como una mujer adulta, pero no sale.

Fernanda: Ya, Sam.- dijo moviéndome bruscamente.- Despierta que debes ir a trabajar.

No quiero.- dije tapándome con el edredón de mi cama.

Fernanda: Desde hace más de dos semanas te vas de fiestas y no regresas a casa sino esta borracha o que te hayas metido con una mujer, a parte no me quieres decir, ahora ni siquiera quieres ir a trabajar ¿Qué está pasando contigo?

El sermón de mi madre no lo quiero escuchar contigo, ahora cállate porque me duele cabeza.

Fernanda: Que no te va a doler si, paras tomando y hazlo o te echare agua.

No me jodas Fernanda y déjame a solas.

Fernanda: Tú lo pediste.- dijo sonriendo malvadamente.

Sentí agua fría sobre mi cabeza.- Pero ¡¿Qué mierda te pasa?!.- dije cabreada.- Mojaste mi cama.

Fernanda: Levántate que vas tarde al trabajo.- dijo moviéndome.

Déjame en paz, antes que te parta el trasero.- dije saliendo de mi cama molesta por no poder a mis horas. Como pude llegué a la ducha para darme una ducha rápida.- Odio está mierda, pero que se le va a hacer ya que debo continuar.- hablé y mi cabeza que va a explotar en solo segundos con estos dolores por mi resaca de hace unas horas atrás.

Al salir de la ducha ya tengo escogida mis prendas de hoy por mi hermana también mi maletín, al bajar a la primera planta para irme de salida, me estaba esperando con una taza de café.- Gracias.- dije tomando la taza que me preparo.

Fernanda: ¿Qué pasa contigo hermanita? Me preocupas y mamá esta preguntando por ti.

Escogí mal y ahora me arrepiento.- dije sin mucha importancia.- Con respecto a mi madre iré a su casa a visitarla.

Fernanda: ¿Qué elegiste mal?.- dijo sonriendo.

Algo que no me conviene, nos vemos.- dije regresándole la taza de café en sus manos.

Fernanda: Iremos a cenar solo las dos esta noche en nuestro restaurante y no intentes escapar que te recogeré.

No hice caso lo último que me dijo porque no pretendo rendirle cuentas a nadie menos a mi hermana en una cena que no estaré cómodamente, por solo verme tomar algunas noches fuera de mi hogar, me encaminé al colegio para ver definitivamente las horas que debo de cumplir ya que no revisé nada referente a la institución, me dejó de interesar.

Buenos días, señorita ¿Me puede decir donde consigo mis horarios?

Secretaria: El director los dejo en sus escritorios en la sala de profesores.

Gracias.- dije sonriendo mientras me alejo de ese lugar.- Solo ruego al planeta que no me toque impartir en su curso.

Buenos días.- dije a modo general.- Dios, mi cabeza.- dije mordiendo mi labio por los hincones de dolor que recibo hoy. Revisé el sobre que contenía mi condena durante todo el año y por desgracia el karma como la vida me quieren jugar una mala pasada.- Grandioso, me toca con ella.- dije revisando mi horario.- Además me aumentaron todas mis horas.

Lo Prohibido Sale CaroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora