Pequeña realidad

15 1 0
                                    

Samantha Arias

Sabía de sobra que no se levantaría de mi cama, por ende, mi día se hizo más largo que nunca por llegar a mi casa y verla, pero culmine mi horas de trabajo y regresé lo más rápido para encontrarla dormida. Espere que despierte y logré hablar cosas puntales porque andaba cerrada, pero me conto que volvió a denunciarlo en la comisaría más cerca.

A los días de lo ocurrido fue conectando conmigo como también con las chicas y me da gusto porque vuelve a ser mi Alex de antes. Ahora nos encontramos en mi casa acostadas en mi cama besándonos.- Amor calma esa mano.- hablé.

Alex: Quiero probarte.- dijo acariciando mi nalga.- Déjame beber de esa laguna especial que tienes entre las piernas.

Hoy te has levantado muy caliente.

Alex: Que mujer no se calentaría con semejante, hermoso y delicioso cuerpo que tiene a su lado.

Tú sí, porque andas en la edad de las hormonas alborotadas.

Alex: Lo acepto ya que contigo si o quieres me voy con otra para que me calme.

Eso ni de loca, tu cuerpo es solo mío.- dije seria.

Alex: Se jugar mis cartas.- dijo acercándose a besarme.

Profundizamos el cálido beso a uno más intenso por su boca apetecible ya que no sé como me aguanto en no besarla en el colegio. Pide permiso para adentrarse a mi boca y deliciosamente el permiso es concedido apoderándose de mí.

Va directo al nudo de mi bata y me desnuda por completo, con cuidado se coloca sobre mí. Desciende sus besos por mi mentón para morderlo suavemente.- Eres hermosa, vida mía.- susurró al hacer su parada en mi cuello que lo muerde.

Tantea un poco, mientras sus manos van acariciando otras partes de mi cuerpo, baja por mi torso besándolo y dejando sus marcas impregnadas en mí hasta llegar a mis pechos, los acune en sus manos y al derecho lo acuna con su boca para saborearme con gusto.- No me hagas esperar.- dije jadeante. Ella sonríe por mi desesperación por su cara lo dice.

Alex: Amor sabes que me gusta saborearte, primero.- dijo burlona.

Una vez que dejó mis senos se aventuro por mi cuerpo y llegó a mi intimidad, abre con delicadeza mis pliegues y eso solo produjo que me estremezca y mi piel este más erizada por completo. Deseosa de probar más, se sumerge en mi vagina inundada de mis fluidos, provocando que su lengua nade en mis líquidos y yo gima como una loca de placer.

Complace todas las exigencias que mi cuerpo demanda porque mi orgasmo está muy exigente y mis caderas se mueven ansiosas por ella.- ¿Quieres más amor?.- susurró sobre mi intimidad enviando vibraciones a mi cuerpo.- ¡SHIT!.- gruñí.

Alex: ¿Sigo o paro?.- dijo en un tono juguetón.

Más.- dije jadeante.

Alex: No te escuchó, dilo más fuerte.

No te burles y sigue chupándome.- dije cabreada. Escuché su maldición y risa, su boca se mueve dentro de mi intimidad, ya estoy por llegar al límite de mi orgasmo y su lengua sigo trabajando sobre mí, apegue su cabeza para sentirla más.

Más.- gemí. Tomo mi clítoris jugando dentro de su boca, mientras que, a mi cuerpo se hace trizas, con una de sus manos tomó mi pecho y siguió estimulando mi cuerpo por inercia mis caderas empezaron a restregarse sobre su cara.

¡ALEX!.- grité viniéndome en su cara, siguió besando mi cuerpo hasta mi boca.

Alex: Deliciosa como siempre y quiero una segunda ronda.

Solo asentí porque no podía hablar por mi agitación debido a mi orgasmo y a los minutos retome el ritmo de mi respiración.- Si habrá otra ronda, pero está vez será en tu delicioso cuerpo.- dije besándola probándome a mí misma.

Lo Prohibido Sale CaroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora