Arresto

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Samantha Arias

Oye, te espero fuera de mi coche cuando termines tus clases.- susurré sonriendo.,

Alex: ¿En el mismo lugar de siempre?.- susurró sonriendo.

Nuestro hermoso lugar confidente.- dije sonriendo.

Alex: Bien, allí estaré puntal.

Está bien, ahora ve a tu clase o te regañaran.- dije apurándola.

Alex: Que más da un regaño de un profesor porque los problemas que afronto en casa ya se eliminaron.

Igual ve porque no me gusta que te estén regañando ya que ni siquiera lo hago yo.

Alex: Un pequeño beso y me voy.- dijo haciendo sus ojitos.

Eres bien manipuladora mujer.- dije sonriendo.

Alex: Vamos no seas malita.- dijo haciendo su puchero.

Quizás me anime a darte un beso si logras convencerme.

Alex: Y después dices que yo me hago la difícil.

La tomé de su rostro con cuidado para callarla con mis labios sobre los suyos y empecé a besarla con amor y con toda la ternura que puedo brindarle yo mientras acaricio sus mejillas, repasé mi lengua con lentitud por sus labios y me dio acceso a su boca para sumergirme y marcarla como mi mujer, por falta de aire nos tuvimos que separarnos.

Alex recuerda que desde dónde yo este te voy a seguir amando con todas mis fuerzas ¿Lo vas a recordar?

Alex: Lo sé, pero ¿Te pasa algo?

No, cariño.- dije negando con una sonrisa.- Solo quiero que lo sepas y siempre lo recuerdes.

Alex: Siempre lo haré y no te preocupes por eso.

Ahora si te puedes ir a tu sala que ya vas muy tarde a clase.- dije sonriendo.

Alex: Está bien, aburrida y no te olvides de ir a nuestro lugar confidente.

Obvio que no lo olvidaré, ahora ve.- dije sonriendo.

Alex: Te amo y adiós.- dijo sonriendo en grande.

Empezó a correr lejos de mí con una hermosa sonrisa, pero hay una sensación rara que gobierna mi pecho que no me está dejando nada tranquila desde que me levanté esta mañana y aumenta cuando Alex está cerca y se aleja de mí y no sé los motivos por más que los analice.- Solo espero que no pase nada malo hoy.- murmuré con muchas esperanzas.

Dejé a un lado mis pensamientos tormentosos para revisar los exámenes pendientes que tengo hasta el momento, los bloques pasaron hasta llegar al receso porque necesito un café, en el camino a la cafetería me encontré a lejos a mi pequeña solecito sonriendo y riendo con sus mejores amigas con las charlas que están teniendo ellas tres en el patio.

Portero: Profesora Arias, la están buscando unas personas.

¿Quién me busca?.- dije extraña.

Oficial: Nosotros señora Samantha Arias.- dijo serio.- Venimos a arrestarla por estupro de una menor de edad.

Ey, no esperen, pero ¿Por qué?.- dije asustada.

Oficial: Acompáñenos no queremos formar un espectáculo frente al alumnado de esta institución.

Lo sé, pero ¿Quién me está acusando?

Verónica Danvers: Yo, estúpida.- dijo dándome una fuerte cachetada provocando que mi rostro lo voltee.- Pensaste que mi hija es juguete y puedes hacer lo que quieras con ella, pues te equivocas porque tiene a su madre que la defienda.

Lo Prohibido Sale CaroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora