En está boca

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Alexandra Danvers

Sin importarme nada y ni nadie, me acerqué a revisar a Samantha como a la pequeña Cassy.- Ya están a salvo.- dije abrazándolas.- Salgamos de aquí.- dije tomando a Cassy en mis brazos para que Sam pueda caminar tranquilamente.

Oficial: ¿Quién es dueña o dueño de la casa?

Es Samantha Aria, mi novia con mi hija, pero no estamos en condiciones de hablar oficial.

Oficial: Deberán ir a la comisaria a rendir su declaración.

¿Puede ser mañana? Y no hoy.

Oficial: No, acompañen señoritas.

Ok, vamos cariño.- dije en dirección a la salida de la casa.

Nos encontramos con el espectáculo de luces por doquier tanto de los autos de policía, de un helicóptero, como la prensa televisiva y también de las personas que son muy curiosas por saber de lo que está pasando en dicha casa.

Sam: Quiero estar con mi mamá.- dijo aferrándose a mi mano.

Lo estarás fuera de aquí, lo estarás.- dije susurrando.- Ingresa primero.- dije abriendo la puerta.

Sam: Dámela, por favor.- dijo limpiando su rostro.

Toma.- dije entregándola a su hija.

Sam: Ya no llores, cariño.- dijo susurrándole.

Está muy asustada y estresada.- dije acariciando su espaldita.

Sam: Sí, pero al menos no le paso nada y a ti tampoco.

Por mí no tanto es por ti y por ella, porque por mi culpa esos llegaron a tu casa.

Sam: No te disculpes por algo que tu no deberías haber hecho esto, si no yo.

Te defendí, pero me salió mal el plan.

Oficial: Llegamos, bajen señoritas.

Vamos.- dije bajándome del auto. Le ayudé a bajarse, nos encaminamos adentro de la delegación como en los años anteriores, ¿Cuánto tiempo que paso? Cuando vine aquí por ella y ahora venimos las dos por causas similares.- Vida.

Oficial: Van a ir por separado, usted por aquí.- dijo señalando a la puerta gris a Samantha.- Y usted aquí, señorita.- dijo señalándome la que está en mi enfrente.- Que empiece la condena porque el día de hoy no se va a dormir por ellos.

El interrogatorio duro las cuatro horas exactas, con la misma candeleta para asegurarse si lo que digo es verdad o no, y si es coherente la historia, revise mi hora y son tres de la mañana de las cuales termino mi declaración y me encamine buscándolas por la delegación, pero por lo visto, que no la quieren soltar, fui por un café para despertarme.

Lisset: Alex ¿Dónde está mi hija y mi nieta?

Ellas están bien y ya deben salir la están interrogando.

Fernanda: Hola, Alex y mamá allí vienen.

Un mes después...

Diablos un mes que no la veo y no sé nada de ella por temas de mi trabajo por esté nuevo proyecto que quieren hacer estos nuevos productores no hemos parado por nada y en el poco tiempo para darle unos retoques fotográficos.

¡Por fin!.- dije feliz.- Terminé todas sus fotos.- dije contenta.- Ahora debo imprimirlas en el estudio de mi trabajo también debo pensar en comprarme una casa para tener todo mi estudio de fotografía y edición para no estar viniendo aquí.

Teniendo el paquete listo de sus fotos impresos me traslade a mi casa para descansar de todos mis esfuerzos de mis trabajos.- Vaya sorpresa con la que me di.- dije suspirando.- Está vendiendo su casa ¿Y ahora cómo te encuentro Sam?

Lo Prohibido Sale CaroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora