Alexandra Danvers
Que estúpida que soy.- murmuré fastidiosa conmigo misma.- Debo pedirle perdón.- susurré mientras me revuelto la cama.
Me salió varios trabajos para despejar mi mente porque sinceramente no sé lo que voy a decirle, además esos días en lo que yo estaba trabajando por la calle me la llegué a ubicar sola comprando sus cosas o con su hija también con su madre y hermana, y en muchas ocasiones quise hablarle, pero no pude porque parezco adolescente delante de ella.
Sumándole nuestro conflicto de la otra vez y la verdad no sé ¿Cómo pedirles a ambas una disculpa? ¿Cómo lo hago?.- dije admirando a la luna.- De milagro que hoy no me fui a embriagarme o estar buscando mi siguiente presa de placer.- En la hora que probé su boca, Dios mío.- suspiré.- No quiero que las cosas se me compliquen porque estoy bien sola.
Tomé las llaves de mi departamento y salí a caminar para poder despejar mi mente hasta que me di cuenta que llegué a su casa.- ¿Vivirás en casa?.- murmuré.- Bueno, hay que probar suerte.- sonreí. Toque la puerta no tan fuerte porque ya es muy tarde y dudo mucho que ella esté despierte, sin embargo, me sorprendí cuando su puerta se abrió con ella.
Hola.- sonreí.- Es tarde para estar molestándote, pero solo venía a pedirte disculpas por lo idiota que fui con contigo y tu hija, esa tarde o noche porque no la recuerdo muy bien, sin embargo, quiero pedirte perdón y tengan buenas noches.- dije dándole la última mirada para irme.- Ojalá con esto ya pueda dejar de pensar en ella también sentirme tranquila.
Sam: ¿No quieres un poco de chocolate caliente?
Gracias, por ofrecimiento, pero disfrútalo con tu pareja.- dije con una pequeña sonrisa. Empecé a caminar más rápido de lo acostumbrado para llegar a mi departamento en cuestión de minutos y sintiéndome más relajada de lo que estuve.
Luego de ese episodio de pedirle perdón a su persona como su hija, retomé mis cosas como también mis fiestas porque necesito salir a despejar mi mente, no obstante, ya no me siento bien estar embriagándome todas las noches o estar con una mujer en sus camas dándoles placer porque siempre se viene a mi mente su recuerdo y no puedo estar así
Me di una ducha para irme a una fiesta o un bar donde pueda quitarme del pensamiento a esa mujer porque desde nuestra coincidencia en ese parque cuando su hija se perdió nuestros encuentros no han parado, así no nos hayamos visto, siempre tenemos que encontrarnos, aunque ella no me hablé porque respeta mi espacio y eso me gusta de ella.
Chico, dame otro trago.- dije barman.
Chico: A la orden..
Gracias.- dije sonriendo. Observe que una chica me sonrió de lejos y me guiño el ojo, le hice un gesto de que me venga y lo hizo meneando sus curvas tan bien, provocando que los demás hombres la observarán al caminar.- Delicia.
Chica: ¿Bailamos?.- dijo cerca de mi oído.
Por su puesto.- dije tomándola de la cintura y en mi otra mano mi trago. Empezamos a bailar como a beber también ya que ella escoge unos tragos deliciosos, independiente de un whisky o ron que acostumbro a tomarme cuando voy a tomar porque esas bebidas son fuertes, el ambiente se colocó muy sexual y caliente.- ¿Vamos a un lugar lejano?
Chica: Acepto.- dijo sonriéndome.
No sé a dónde fuimos a parar, pero lo único que sé es que estamos encima de una cama y ella sentada mi regazo meneándose, me acerqué a besar su cuello.- Que bien te mueves, Samantha.- dije apretando sus nalgas fuertemente.
Chica: ¿Quién es Samantha?.- dijo parando de moverse.
Allí caí en cuenta de que la mencioné sin querer.- Perdón, perdón no quise hacerlo, solo no quise.
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Lo Prohibido Sale Caro
FanfictionEn un mundo donde el dolor y los secretos tejen una red oscura alrededor de las vidas de quienes se atreven a amar, emerge la historia de Alexandra Danvers y Samantha Arias. Alexandra, atrapada en un torbellino de abusos y silencios, encuentra un ra...