Lo Prohibido Sale Caro

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Alexandra Danvers

No arruinaré de nuevo mi vida y mucho menos permitiré que vuelva a perder a mi familia por ti Verónica García.- dije mirando el atardecer.- Si, necesitas mi perdón te lo daré, pero no iré a visitarte y espero que lo sepas o lo intuyas.

Porque hace más de diez años que perdí más de lo que me hubiera gustado ganar como amar a Sam.- murmuré.- Así que no me vuelvas a buscar más porque no quiero saber nada de tu persona, García.- dije en un tono más decidido.

Tomé las llaves de mi coche y fui en busca de mis dos pequeñas ¿Deben estar en la casa de su mamá o la de su hermana?.- pensé.- Diosito ayúdame a salir de su hermana porque es capaz de castrarme por hacer sentir mal Samantha.

Buenas noches, señora Lisse.- dije nerviosa. Su mirada al igual que su hija me intimidan.

Lisset: Buenas noches, hija pensé que no venias porque Samantha está aquí con Cassy.

Si, pero tuve unas cosas pendientes por resolver.

Lisset: Pasa, estamos en el patio.

¿Están las tres nada más?.- dije ingresando a su casa.

Lisset: No, Fernanda también.

Mierda, ya valí con Fernanda Arias.- pensé nerviosa mientras la señora Lisse me llevó hasta su patio trasero, dónde ellas estaban conversando.- Samantha podemos hablar un momento, por favor, pero a solas.- dije un poco esperanzada.

Fernanda: ¿Qué le hiciste a mi hermana mocosa?.- dijo seriamente.

Cassy: ¡MAMIII! ¡MAMIII!.- gritó feliz.

Hola, mi amor.- dije dándole un beso en su cabeza y la tomé en mis brazos.

Sam: No puedes cargarla y eso lo sabes muy bien.- dijo molesta.

Al menos conseguí que me hablarás.- dije con una pequeña sonrisa por mi victoria.

Fernanda: Ahora desembucha porque mi hermana esta triste por tu culpa.

Sam, por fa.- dije suplicante.- Hablemos y debo hablar, sólo con ella y no seas metiche.- dije acercándome con cautela.

Sam: Sólo porque estas embarazada de mi hijo no te pateo el trasero.

Acepto todo lo que quieras, pero hablemos, por favor.

Sam: Está bien.- dijo parándose.- Vamos al despacho.

Mi amor quédate un rato con la abuela y la pesada de tu tía.

Fernanda: Oye más respeto a tus mayores.

No molestes vieja.- dije molestándola.- Ve mi amor, me la cuida un ratito por favor.

Lisse: Está bien, no te preocupes.

Ven siéntate en mis piernas, por favor.- dije mirándola con mi mohín.- Por favor, no seas malita.

Sam: ¿Qué te hizo cambiar de opinión?.- dijo finalmente sentándose en mis piernas.

Simplemente siendo tú.- dije acariciando su mejilla.- Perdóname, si en algún momento te hice sentir mal y acepto que mi culpa no fue conversarlo contigo, pero no quiero hacerlo porque también te quiero proteger de lo mierda que puede ser la vida y no es justo para ambas.- dijo despacio.- Me importas mucho Samantha Arias y eso te quede muy claro.

Yo te amo a ti como a mi hija también a mi hijo, eso nunca lo cambiaré y me lo harán cambiar porque son mi mundo.

Sam: Hasta ahora no entiendo ¿Por qué te encerraste por tanto tiempo en la habitación? Ni siquiera dormías bien.

Lo Prohibido Sale CaroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora