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Kara estaba sentada en una de las mesas-desayunador del jardín de la universidad.

Apretaba el tenedor que tenía en la mano derecha con conta fuerza que en cualquier momento iba a romperlo.

Había un plato de fruta a medio comer frente a ella. Le había dejado de prestar atención desde que Imra y Ben Lockwood, aparecieran en su campo de visión.

La joven pareja iba tomada de la mano. Ben cargaba la bolsa de Imra, mientras ella se balanceaba de un lado a otro como una tonta, sin soltarle de la mano. Él sonreía, evidentemente feliz por la actitud infantil de la joven.

Cualquiera que los mirará; cualquiera que pasara por lo menos cinco minutos junto a ellos, podía darse cuenta de lo enamorados que estaban.

- ¡Hola Kara! - Cat llegó junto a ella; o, mejor dicho, sobre ella.

Dejó caer la pesada mochila sobre la mesa y se sentó.

- ¿Qué comes? - sin esperar respuesta de su amiga, metió los dedos entre la fruta, y tomó un gran trozo de piña que se llevó de inmediato a la boca.

Eso era algo que siempre molestaba a Kara. Sobre todo, porque Cat siempre tenía las manos sucias por los materiales que utilizaba en sus clases de mecánica. No era común ver a una chica como Cat inscrita en una carrera como esa. Nadie pensaría que era un prodigio con las maquinas. Generalmente toda ella era un desastre, botas de trabajo, overoles, manchas de aceite por todos lados. Y qué decir de su mochila, que pesaba como si todo el tiempo cargara medio motor dentro de ella. Era la combinación perfecta para siempre hacer enfurecer a Kara.

Sin embargo, esta vez no dijo nada.

Con lentitud, Cat volvió a repetir su movimiento. Tomando esta vez un trozo de mango que saboreó ruidosamente, salpicándose la mejilla con unas gotas de yogurt.

Pero Kara ni siquiera la miraba.

Su amiga tenía la vista clavada al frente. Apretaba los dientes, al igual que los puños. Estaba tan molesta, que había doblado el tenedor metálico que sostenía en una mano. Pero parecía que no lo había notado, ya que seguía apretándolo.

Entonces Cat buscó lo que Kara estaba viendo.

Al principio no sabía de lo que se trataba, pero después de analizar el panorama con cuidado, se dio cuenta de que estaba mirando a Imra y Ben.

Miró de nuevo a Kara, luego a la pareja que parecía divertirse, sonrió con tristeza, suspiró y comenzó a sacar algunos manuales y cuadernos de su mochila.

- Hacen una linda pareja, ¿no crees? - fue lo primero que preguntó Cat una vez que estuvo instalada sobre la mesa, entre libretas, libros, su calculadora y sus lápices.

Y claro, cuando Imra y Ben se habían ido.

Fue hasta entonces que Kara se enteró que su amiga estaba ahí.

- ¿A qué hora llegaste? - miró todo el material regado sobre la mesa.

- Como quince minutos- respondió Cat tecleando algunos números en la calculadora.

- No puede ser.

- Estabas tan ocupada peleando con ese pobre tenedor que no te diste cuenta cuando llegué y me acabe tu fruta.

Kara miró el tenedor destrozado en su mano, luego el plato donde estaba su desayuno encontrándolo vacío. Finalmente miró a Cat, que sonreía con todos los dientes.

- ¿Qué era lo que estabas mirando? - le cuestionó Cat mientras escribía el resultado en su cuaderno.

- Nada.

- Sí, como no ¿Y por eso torturaste ese pobre tenedor?

Kara no quiso responder.

Entonces Cat dejo sus cosas y la miró directo a los ojos.

- Mira, Kara. Sé que quizá no tenga el derecho de decirte esto, pero creo que deberías de hablar con Imra.

- ¿Hablar con ella? ¿De qué?

- De lo que sientes.

Kara comenzó a reír. Hasta que las palabras de Cat la silenciaron.

- Ríete todo lo que quieras. Pero yo sé lo que vi. Sé lo que veo. Puede que para Imra, ese beso no significara nada. Pero me temo que para ti significó... demasiado.

- Eso no es...

Cat levantó la mano para que guardara silencio.

- No es a mí a quine debes convencer. Si no a ti misma -la miró con intensidad - Solo quiero que entiendas... que no tienes oportunidad. A Imra... no le interesas, y no quiero verte sufrir con este tonto enamoramiento que crees tener por ella.

- Yo no...

- Tú no la quieres, Kara. Solo estás confundida por lo que pasó. Solo estás... celosa porque eres su mejor amiga. Así que te sugiero que pongas en orden tus sentimientos antes de que lleves la amistad de todos nosotros a la mierda.

Kara y Cat se miraron en silencio por algunos minutos.

- Tienes razón. -dijo Kara luego de un rato - No tienes derecho de decirme esto.

La más alta se iba a marchar, pero antes de poder hacerlo, Alex llegó abrazándola por el cuello.

- ¡Chicas! -gritó la recién llegada - ¿Listas para esta noche?

- ¡Como un calcetín! -respondió Cat sonriendo con alegría.

- No estoy segura de poder ir. - dijo Kara separándose de Alex.

- ¡¿Qué?! ¡Pero es mi cumpleaños!

- Lo sé. Pero... tengo algunas cosas que hacer. Con permiso.

Fue lo único que dijo y luego se marchó dejando confundida a Alex.

- ¿Y ahora que mosco el picó? - pregunto a Cat, que suspiró en respuesta.

- Alex... me temo que metimos la pata... horriblemente.

¿Verdad o reto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora