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— ¡Paciente femenino! ¡Inconsciente! ¡Veintitrés años! ¡Envestida por un auto!

— Traumatismo craneoencefálico, fractura múltiple en pierna derecha, tres costillas rotas. Perdió mucha sangre en el lugar. No responde a ningún estímulo — explicaron los paramédicos al llegar a la sala de urgencias mientras un mar de enfermeras se iba sobre el cuerpo de la chica.

Diana recibió al equipo en la entrada, yéndose de inmediato sobre ella para atenderla. La paciente estaba grabe. Con solo verla podías darte cuenta.
Su trabajo, era mantenerla con vida. De primera vista, no la reconoció. Solo había visto a la joven una vez, y la sangre, heridas y signos vitales lo mantenían distraído en cuanto a su identidad.

Enfermeras y médicos comenzaron a cortar la ropa, a conectar los electrodos, analizar las heridas.

— ¡Cuatro unidades de "0 negativo"! — ordenó Diana a una de las enfermeras mientras trataba de intubarla. Lo primero era asegurar la respiración, puesto que por las heridas en las costillas, los pulmones estaban a punto de colapsar.

Levantó las pupilas de la chica y las iluminó con una lamparilla, pero las pupilas estaban dilatadas y no respondían al estímulo como lo habían comentado los paramédicos.

— ¡Pulso cardiaco cayendo! — informo una de las enfermeras.

— ¡Hay que llevarla de emergencia al quirófano! — en cuanto terminó de decir la frase, Iris llegó a la sala, alterada.

— ¡¿Alex?! — se quedó muda al ver a la joven sobre la camilla. Palideciendo al instante.

Diana supo entonces que la conocía. No le dio tiempo de preguntar, porque el monitor de pulso comenzó a sonar.

— ¡Entró en paro!— aviso una enfermera y todos se pusieron de nuevo a trabajar.

Trajeron el carro azul, Iris lo recibió mientras Diana comenzaba con las compresiones. Era muy probable que con ese procedimiento, las costillas rotas sufriesen más daño, pero si no lo hacía, el paciente iba a morir.

— ¡Carga! ¡Despejen!

Diana se apartó para que Iris colocara las paletas cargadas sobre el pecho de la paciente. La carga eléctrica recorrió todo el tórax de la joven herida, haciendo que el cuerpo se contrajera y saltara sobre la camilla. Pero el corazón seguía sin latir. Volvieron a repetir el procedimiento un par de veces, aumentando la carga en cada una hasta que tuvieron pulso en el monitor de nuevo.

Sin esperar un segundo más, la llevaron al quirófano.

°°°

La sala de espera estaba llena. Kara y Lena, habían llegado con Alex en la ambulancia. Luego llegaron Cat, Fredr, Barry e Imra.

Los padres de Alex y los de Cat, llegaron media hora después.

Nadie entendía lo que pasaba, pero la desesperación e incertidumbre los ahogaba a todos.

Kara seguía en shock y no había dicho ni una sola palabra desde que habían llegado al hospital. Así que fue Lena quien tuvo que dar explicaciones, relatar hechos y hablar con los padres preocupados de Alex para darles la escasa información que los médicos les habían dado cuando legaron al hospital.

No estaban seguros de nada. Pero Alex estaba en el quirófano, debatiéndose entre la vida y la muerte.

La cirugía duro horas.

Casi eran medio día del día siguiente, cuando por fin vinieron a dar noticias.

Los tres doctores que se acercaron a ellos, donde incluidas estaban Diana. Sus expresiones no eran muy alentadoras. Se acercaron al tumultuoso grupo. Todos, ansiosos por noticias, se acercaron a ellos. El padre de Alex fue el primero en recibir a los médicos.

¿Verdad o reto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora