Capítulo 33

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— Por aquí — le indicó el ama de llaves a Cat para que bajar por las escaleras.
Había llegado veinte minutos antes de lo que Kara le había pedido a la casa de Alex y se preguntaba, preocupada y ansiosa por lo que iba a decirle. Eso que era tan importante que no podía contárselo por teléfono.
Le había parecido que Kara sonaba muy feliz. Muchísimo más de lo que había sonado durante las últimas semanas. No estaba muy segura de que la repentina alegría y buen humor de Kara, fuera a traerles buenas noticias. Mucho menos después de tantas teorías que habían armado con Alex luego de la información que Eve les había proporcionado.
— Gracias, Elizabeth — dijo a la joven cuando llegaron al final de las escaleras.
La chica asintió, se despidió con una sonrisa y en silencio regreso escaleras arriba.
En cuanto abrió la puerta del centro recreativo que Alex tenía en el sótano de la casa, se sorprendió de ver no solo a su prima, sino a todos sus amigos allí.
Bueno, casi todos. Kara e Imra no se veian por ningún lado. Y mirando un poco más, se dio cuenta de que tampoco estaba Mike.
— ¡Eso es trampa! — gritó Alex desde el centro de la habitación. De pie y con el control del playstation en la mano.
— ¡No es trampa! — se defendió Fred, sentado desde su lugar. Le encantaba hacer enfurecer a Alex, y más si se trataba de video juegos — Gane limpiamente.
— ¡Eso no fue limpiamente!
— Claro que sí.
— ¡Trabarme con el mismo movimiento una y otra vez no es jugar limpio!
— No existe ninguna regla que diga que no puedes hacerlo.
— Eres… — llevando la discusión a otro nivel, Alex se fue sobre su amigo para pelear.
Ninguno de las presentes les hizo caso ya que se trataba de una escena típica en sus reuniones. Barry comenzó a lanzarles palomitas u¿intentando sin muchos ánimos de detenerlos.
— ¿Qué hacen todos aquí? — preguntó Cat deteniendo la pelea y atrayendo la atención de sus amigos — ¿Qué es esto?
— Por fin llegas — le dijo Alex soltando a Fred.
— No sabía que había reunión.
— ¿No te llamó Kara? — preguntó Eve desde el otro lado de la habitación.
— ¿A ustedes también?
— Dijo que tenía algo muy importante que decirnos. Y nos sitó aquí — le explico Iris, acomodando los controles de la consola de videojuego sobre la mesa.
— No sé porque siempre eligen mi casa para estas cosas — se quejó Alex fingiendo indignación al mismo tiempo que se ponía en pie e iba a saludar a Cat con un abrazo.
— Siempre tienes la mejor comida — la animó Barry, levantando la charola con quesos que estaba devorando.
— Voy a comenzar a cobrarles.
Cat entró y dejó sus cosas mientras los chicos seguían jugando y disfrutando de la enorme pantalla. Pero al ver la expresión seria en su rostro, Alex la tomó del brazo y la alejo un poco.
— ¿Qué es lo que te preocupa? — preguntó a su prima.
— No lo sé.
— Relájate. No creo que Kara vaya a llegar junto con Imra, tomadas de la mano para decirnos que todo el drama de las últimas semanas las llevó a terminar juntas y que ahora son pareja.
— ¿No escuchaste lo que dijo  Eve?
— Sí. Pero se te olvida que estamos hablando de Imra. La misma persona a la que la semana pasada le encantaba el helado de fresa y hoy lo odia. Imra — Alex recalcó el nombre — la chica a la que no le gusta compartir sus cosas y mucho menos a sus amigos. Imra, a quin le aterra más que otra cosa, el estar sola. La misma Imra que está enamorada de…
— Kara.
Como dos relámpagos, las chicas miraron a la entrada de la habitación al escuchar a Eve pronunciar aquel nombre.
De pie, sobre las escaleras de acceso, estaban Kara e Imra, tomadas de la mano, con los dedos entrelazados, justo como Alex pensó que “no” se presentarían.
Kara se veía decidida, pero Imra parecía muy asustada y preocupada.
Con un golpe en la barbilla, Cat trató de cerrar la boca abierta de Alex que miraba a las recién llegadas.
— Te lo dije — le susurró, antes de avanzar al centro de la habitación junto a los demás.
Kara bajó los últimos dos escalones y le dio un pequeño jaloncito a Imra que se había quedado congelada en la entrada.
Todos las miraban sorprendidos.
Nadie dijo una palabra. Apenas y respiraron.
Y no porque no tuvieran en la cabeza un millón de preguntas y cosas que decir. Sino por temor a decirlas.
Eve sonrió tratando de alejar sus temores y fue la primera en dirigirles la palabra intentando evitar mirar sus manos entrelazadas.
— ¿Significa eso… que ya se han reconciliado?
— ¡Qué bueno! — gritó Barry, regresando a su lugar en el sofá con un control en la mano y poniendo a andar de nuevo el juego en la pantalla. Él también estaba nervioso y quería olvidarse de la incomodidad que estaba flotando en el ambiente — Ya estaba comenzando a enfadarme sus tonte…
— ¿En dónde está Mike? — preguntó Kara sin prestarle atención al comentario de Barry.
— Aun no llega — respondió Alex.
— ¿Qué es eso que ibas a decirnos? — Cat fue directo al grano.
Kara la miró con intensidad algunos segundos. Parecía enojada, pero al final sonrió.
— Bueno, me hubiera gustado que estuvieran todos, pero ya que Cat no sabe esperar. Se los diremos— miró a Imra detrás de ella. Parecía demasiado asustada, pero no le dio importancia y siguió hablando — Imra y yo…
Mike entró corriendo y se detuvo de golpe al ver a Kara e Imra.
Tenía la frente llena de sudor y la respiración agitada. Parecía que había ido hasta allí corriendo.
Se acercó a ellas y con rudeza las obligó a soltarse de las manos.
— ¡¿Qué te pasa?! — preguntó Kara.
— ¡¿Entonces es verdad?! — gritó Mike dirigiéndose a Imra
— ¿Qué…? — pregunto Kara con recelo.
— ¡¿Terminaste con Ben para estar con ella?! — Mike volvió a ignorar a Kara.
— ¿Cómo lo…? — preguntó Imra horrorizada.
— Vengo de hablar con él ¡Esta destrozado!
— ¿Él sabe que…?
— ¡No! ¡Dios! ¡Claro que no! ¡No tiene idea! ¡No deja de preguntarse qué hizo mal para que decidieras terminar con él!
Imra se tapó la boca con las manos ahogando un grito y dio un par de pasos atrás.
Mike la miraba lleno de rencor. Con odio. No era posible que ella, que su amiga… que fuera tan egoísta.
No se había detenido en ningún momento a pensar en todo lo que causaría. Todo el dolor que iba a provocar eligiendo a Kara.
Pero el miedo, la duda y la preocupación se veían reflejada en los ojos de cada uno de sus amigos.
— ¿Están…? — Eve no quería decirlo. En verdad que no quería preguntar — ¿Son pareja?
— Lo preguntas como si fuera un problema— dijo Kara.
— ¿Qué pasó con Lena? — pregunto ahora Alex.
— ¿Qué tiene Lena? — Kara regrasó la pregunta.
— ¿Qué que tiene…? — Alex soltó una pequeña risa — Estabas saliendo con ella, ¿no?
— Eso… — Kara se detuvo un segundo, con las palabras atoradas en la garganta — Es una historia aparte.
— ¿Entonces ahora son pareja? — insistió Iris, volviendo a sumir a todos en el silencio.
— Sí.
Todo se quedó suspendido.
Alex se llevó las manos sobre la cabeza sin poder dar credito.
Eve se cruzo de brazos negando energicamente, mientras que Barry miraba a cada uno de sus amigos buscando alguna señal que indicara que todo se trataba de una broma.
Cat, se dio la vuelta, se puso las manos sobre la cintura y miró al techo.
Iris fue la única que no expresaba ningún sentimiento.
Mike tenía los ojos llenos de fuego sobre Kara. Con Solo una mirada parecía estar a punto de destrozarla.
Fue la risa de Fred  la que rompió toda la tensión.
— Es una broma, ¿cierto?
Pero nadie se estaba riendo.
— ¿Por qué sería broma? — cuestiono Kara tratado de tomar de nuevo la mano de Imra, pero la chica volvió a apartarla.
— Ben no se merece…
— ¡Ese es un imbécil! — le gritó Kara a Mike.
— Cuidado. Estas hablando de mi primo — Mike apretó los puños y los dientes en un intento por contenerse. No estaba dispuesto a tolerar un insulto más.
— Por mí, que se vaya al infierno tu primo — soltó la rubia apretando los dientes sin dejar de mirarlo.
En un abrir y cerrar de ojos, Mike se abalanzo sobre ella en un intento caótico por golperarla.
Kara se defendió, y comenzaron a forcejear al mismo tiempo que los demás trataban de separarlos.
Todo se salió de control.
Todos gritaban y se empujaban para detener la pelea, pero lo unico que lograban era hacerla más grande.
Cat y Fre pudieron separar a Mike. Pero él logró empujarlos a un lado, miró a todos con una mezcla de desprecio y dolor y se fue echando lumbre por los ojos.
Imra estaba a un lado de la puerta como un ratón asustado, jugueteando con las manos mientras miraba la escena. Mike se puso delante de ella y la miró, no sabía si iba a gritarle más cosas.
— ¡Quítate! — fue lo único que dijo empujándola a un lado para liberar el paso.
Al salir, azotó la puerta.
— ¿Estas bien? — le preguntó Iris a Kara que simplemente asintió en respuesta.
— ¿Y tú? — Cat se lo pregunto a Imra.
Pero, Imra estaba tan asustada que lo sintió como un reproche, así que hizo lo único que se le ocurrió, se fue corriendo de la mansión dejando a Kara sola para que les explicara todo a sus amigos.
°°°
Mike llegó al único lugar en donde encontraría cerveza fria a esa hora del día. Y ni siquiera se molestó en atar su bicicleta con candado para evitar que se la robaran.
El restaurant de hamburguesas que le gustaba frecuentar estaba en una zona segura y lo último que le preocupaba en ese momento era que le robaran la bicicleta.
El local, estaba lleno de familias y niños que corrían por todos lados. No estaba de humor para soportarlos, así que eligió la mesa más apartada y escondida del lugar. Tomó asiento y esperó a que alguna mesera le tomara su orden.
Pudo ir a cualquier otro lugar, pero estaba seguro que alguno de sus amigos, iría tras él y no quería hablar con ellos.
— ¿Qué va a ordenar? — preguntó de pronto una chica de pie junto a él — Oh, no le han dado la carta. Deme un momento — sin darle tiempo a Mike de decir nada, la chica se fue corriendo y regresó un par de minutos después con la carta en mano para entregársela — ¿puedo ofrecerle algo de beber mientras decide?
— Una cerveza.
La joven sonrió y se retiró de nuevo.
Estaba tan furioso con Imra y con Kara. Se sentía de algún modo traicionado por las dos.
¿Cómo se atrevían a hacerle algo así a su primo?
Eran sus amigas, y en otro tipo de circunstancias estaría feliz por ellas, pero no ahora.
No así.
Lo mínimo que hubiera esperado de Imra, habría sido que le hablara con la verdad a Ben. Pero claro, ella nunca hablaba con la verdad.
— Idiotas — susurró a la nada.
— Una cerveza — anunció la mesera apareciendo de nuevo y colocando un vaso vacío y la botella de la cerveza en la mesa — ¿Listo para ordenar?
— Así está bien. Gracias — respondió Mike mientras serbia el líquido burbujeante en el vaso.
— ¿Disculpe?
— Solo quiero la cerveza.
— ¿No quiere nada de comer?
— No.
— Pero…
— Escucha. No quiero ser pesado, pero en este momento no tengo ánimos de discutir con nadie. Solo vine a este lugar porque es demasiado temprano para ir a alguno bar. Todos están cerrados. Así que tomare mi cerveza, o las que sean necesarias para desahogarme, ya que no puedo hacerle nada a ninguna de las dos imbéciles que… la verdad se lo merecen.
La joven miró con extrañeza a Mike, tratando de comprender sus palabras, hasta que finalmente, sonrió.
— ¿Mal de amores? — pregunto la chica.
— Algo así. Y lo peor es que ni siquiera son mi mal de amores. Es Solo que… tengo un par de amigas a las que quisiera… — apretó con fuerza sus puños y gruño demostrando lo frustrada que se sentía — ¿Entiendes?
La chica suspiró.
— A veces los amigos pueden llegar a ser más frustrantes, complicados y dolorosos que cualquier relación amorosa.
— Veo que me entiendes — Mike sonrió — Entonces… ¿podrías traerme otra por favor?
— Lo siento señor. Pero, para poder consumir bebidas alcohólicas dentro del local, bebe de pedir algo de comer. Son políticas del restaurante.
— Pero no tengo hambre. Cualquier cosa que entre a mi boca se atorara en mi garganta.
— Lo siento.
Mike estaba decepcionado, pero de inmediato pensó en algo que podía ayudarlo con esa situación y si lo conseguía, podría no solo disfrutar de la cerveza, sino que también podría sacar todo lo que estaba molestándolo.
— ¿A qué hora termina tu turno? — preguntó a la joven.
— A las tres, pero…
— Eso es en diez minutos — aseguro Mike mirando el reloj en la pantalla de su celular — Te propongo un trato. Tú pides algo, yo otra cerveza y me acompañas para que comas cuando salgas.
— Pero…
— Sé que es raro. No suelo hacer esto de hablar con un desconocido. Pero, tal vez alguien que sea totalmente ajeno y neutral pueda ayudarme a despejar mis ideas. A lo mejor, soy yo quien está exagerando y me estoy tomando demasiado personal algo que no debería de incumbirme.
°°°
La joven mesera lo pensó, no estaba segura de que aceptar la invitación de un extraño fuera lo más sensato del mundo. Pero el chico no se veía amenazador, y en todo caso, estaría rodeada de sus conocidos y en un hambiente seguro. Entonces, se dijo a ella misma, no representaba una amenaza real.
Miró el reloj en la pared mientras se debatia aceptar la invitación. Era verdad que de todos modos tenía que comer algo y le encantaba el chisme así que… decidió aceptar la propuesta de aquel cliente.
— Esta bien — dijo la joven — Solo espere unos quince minutos mientras me cambio y regreso con usted. Puede pedir cualquier cosa del menú. Todo me gusta. Mandaré a mi compañera para que le tome la orden y le traiga más cervezas.
— Genial, te espero. Eh… ¿Cómo te llamas?
— Andrea.

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