Capítulo 31

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Lena caminaba a un lado de Diana por el parque. Estaba distraída mirando la graba blanca en el suelo mientras escuchaba el ruido que hacían sus pisadas.
— ¿Te gustó la película? — preguntó Diana después de un largo silencio.
— ¿Qué? — Lena estaba un poco confundida porque apenas si la había escuchado.
— La película — repitió Diana sonriendo.
— Oh, sí. Mucho.
— No estás pasándola bien ¿Cierto? — preguntó Diana deteniendo su caminar.
Diana era más alta que ella, así que para que Lena la pudiera mirar a los ojos, tenía que levantar un poco el rosro. El semblante alegre no se había borrado del rostro de Diana, aun cuando estaba recriminándole su falta de entusiasmo de una forma tranquila.
— ¿Por qué tienes esa impresión? — quiso saber Lena, ya que durante toda la cita había actuado normal.
Era hasta ahora que se le había permitido a su mente cuestionarse la situación con Kara. Era imposible que solo por cinco minutos de seriedad, Diana pensara que no estaba disfrutando.
— No pareces feliz — dijo la más alta — Te he estado observando.
— No he hecho más que sonreír.
— Tus labios sonríen, pero hay algo en tus ojos… pareciera que te preocupa algo.
— No me preocupa, eso solo que no entiendo… — Lena se llevó las manos a la boca segundos después de darse cuenta que las palabras habían brotado de sus labios — Lo siento. No es que no me esté divirtiendo. De verdad disfrute la película, y la comida fue deliciosa. Tu eres… — deliciosa no hubiera sido una palabra correcta con la que describirla, aunque para Lena parecía muy adecuada.
Sus ojos la atraían tanto como el sonido de su voz. Cada vez que Diana sonreía, ella soreia. Y su conversación, vaya, aun no era capaz de decidir si lo que le sorprendia más era su seductora voz, o la forma en la que se expresaba de temas tan interesantes. Todo eso la hacía sentirse muy atraida y la empujaba a acercarse un poco más para oler su perfume. Toda su atención y sus sentidos eran para Diana, hasta que Kara se asomaba desde el rincón más profundo de sus pensamientos y le robaba la atención.
— Bueno… — las mejillas de Lena se enrojecieron y tratando de ocultarlas bajó la mirada — Me gustas mucho.
Diana sonrío.
— Es bueno saberlo.
— Pero…
— ¿Pero? — repitió Diana divertida.
— Es… algo que me dijo una amiga hace un rato, y no puedo dejar de pensar en eso.
— Puedo preguntar, ¿qué es?
Lena dudó si contárselo o no.
Era algo tonto decirle que no podía sacarse de la cabeza a Kara, justo después de confesarle que le gustaba.
Si le decía que probablemente se había enamorado de Kara, la amiga a quien ayudó fingiendo ser su novia, para que otra chica de la que estaba enamorada se sintiera celosa y aceptara que también estaba enamorada de Kara... se escuchaba demasiado confuso. Y lo era.
Definitivamente eso se iba a escuchar muy mal. En la mente de Lena se esuchaba terrible. Sobre todo considerando que  era su primera cita.
Pero, la mirada de Diana era tan calida que no puedo evitar contarle toda la historia.
°°°
Cat lanzó el balón a la canasta y encesto tres puntos mientras que Eve y Alex simplemente se quedaron viendo la trayectoria del balón pasar sobre sus cabezas.
— ¡Sí! — celebró la bajita dando saltos alrededor de ellas.
Eve fue a recoger el balón para seguir jugando, aunque el marcador estaba 50 – 30 a favor de Cat.
— Esto es humillante — dijo Alex agitada, al acercarse a su compañera de quipo — Crei que jugando dos contra una sería más parejo, pero… ¿Cómo daiblos es posible que esa enana juegue tan bien?
— No soy muy buena en esto — declaró Eve sin dejar de botar el balón.
— Ya nos dimos cuenta.
— ¡¿Seguimos jugando o ya es suficiente sangre por hoy?! — gritó Cat desde media cancha.
— Terminemos aquí. — Alex tomó el balón, y lo lanzó a Cat. Caminó hacia fuera de la cancha y se tumbó boca arriba sobre el pasto, a un lado de donde estaban sus cosas.
Eve y Cat la siguieron.
Eve sacó una botella de agua de su mochila y le dio un gran trago ofreciendo después a Cat que se había sentado sobre el balón.
— Hay que ir a cenar algo — sugirió Cat antes de beber.
— Sí por favor. Tengo mucha hambre — dijo Alex.
— ¿Qué se te antoja? — preguntó Eve sentándose a un lado de Alex con las piernas cruzadas.
— ¡Hamburguesas!
— Sí — secundo Cat — Vayamos a las hamburguesas.
— Ok.
— ¿Creen que Kara haya terminado ya? Podemos invitarla.
— No lo sé. Háblale — dijo Cat.
— Pásame el celular.
Cat esculcó en la mochila de Alex y tuvo que meter la mano hasta el fondo para encontrar el teléfono.
Kara contestó al segundo timbre, y solo después de mencionar a donde irían a cenar y que solo estarían ellas cuatro, aceptó.
— Esta mujer hace muchas preguntas — se quejó Alex luego de cortar la llamada. El interrogatorio que tuvo que responder, le pareció una exageración. Solo había llamado para invitarle una hamburguesa, no para ofrecerle un seguro de vida o un negocio mayor.
— Supongo que lo que no quería era encontrarse con  Imra — comentó Cat cambiándose la playera. Las tres habían sudado, pero no demasiado, así tendrían que pasar a bañarse antes de ir a cenar.
— Ahora que mencionas a esas dos… — Eve hizo una pausa, dudando si era buena idea decirles sobre su conversación con Imra. Aunque por lo que le había dicho su amiga, tarde o temprano se darían cuanta. Sobre todo, si era verdad que iba a hacer todo por recuperar a Kara — Imra fue a mi casa el otro día. Quería hablar.
— ¿De qué? — preguntó Alex sin tomarle mucha importancia poniéndose de pie.
— Dice que ama a Kara.
Cat se paralizo con la camiseta a medio poner. Mientras que Alex se quedó con la boca abierta.
Ya no había marcha atrás.
Eve suspiró y comenzó a contarles todo lo que había hablado con Imra.
°°°
El silencio se había prolongado demasiado.
Era tan incómodo, que Lena no tenía el valor de levantar el rostro para mirar a Diana.
Ella no había dicho ni una sola palabra mientras Lena hablaba y trataba de explicarse lo mejor que podía. Ni siquiera había hecho un gesto de molestia o desilusión. Simplemente se limitó a escucharla hablar.
Y ahora estaba ahí, parada contra la reja de la fuente de los patos, con la mirada clavada en el agua.
— Yo… — iba a comenzar Lena porque era tan incómodo que no podía soportarlo.
Pero Diana termino hablando primero.
— ¿Qué piensas hacer? — la pregunta de Diana la descocertó.
— ¿Disculpa?
— Me refiero a que piensa a hacer con Kara.
Lena se quedó sin palabras.
En lugar de señalarla, insultarla o bombardearla con cuestionamientos, Diana estaba tomando la noticia de lo más tranquila.
— ¿No estás molesta? — se atrevio a preguntar Lena.
— ¿Yo? ¿Por qué?
— Pues… por lo que te acabo de contar.
Diana sonrió de una forma tan encantadora que la onfucion en Lena creció aun más.
— Por supuesto que no — dijo la más alta — Tú eres quien debería de estar molesta. Hasta ahora solo habías pensado en ayudar a Kara. Y ahora terminas enamorándote de ella, mientras ella está enamorada de alguien más. — Diana dio un paso hacia adelante acercándose a Lena.
Lena estaba muy confundida, pero respondió a las palabras de Diana con una tímida sonrisa.
— Lastima. Parece que te conoci un poco tarde — levantó la mano y tocó su suave mejilla.
Los lentes de Lena se empañaron porque con el tacto sus mejillas se sonrojaron.
— Aunque la verdad no me sorprende. Supe que había algo entre ustedes después de verlas en el hospital. Pero debo de armitir que me desconcertó un poco que me invitaras a salir.
— Yo…
— Ahora tiene sentido. Querias darle celos.
— ¡¿Qué?! ¡No! ¡Yo no…! Diana, te juro que yo no pensaba en eso al invitarte.
— Entonces, ¿eres de los que piensa que un clavo saca a otro clavo?

¿Verdad o reto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora