Capítulo 26

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LUNES

*Kara*

— ¿Qué se supone que debemos hacer? — preguntó Lena a Kara, mientras iban caminando por el estacionamiento de la universidad.
— ¿Hacer? - regresó la prefunta la rubia algo confundida - Nada. Tú y yo, seguimos con nuestra relación normal.
— Pero dijiste que querías darle celos a Imra.
Kara sonrió y detuvo su andar
— ¿Qué? - preguntó Lena deteniéndose también.
— Con que nos vea juntas es suficiente. Ella ya cree que estamos saliendo así que…
— Oh… — Lena bajó la mirada a sus pies.
Y al verla, a Kara se le ocurrió una idea.
— Ahora que si quieres… — Lena la miró con atención, esperando a que completara la frase — Podemos besarnos.
El color rojo fue subiendo por el rostro de la ojiverde, hasta llegar al punto de ebullición. Mientras, Kara se soltaba a reír a carcajadas.
Molesta, pero aun sonrojada, Lena comenzó a golpearla.

°°°

*Imra*

Ben apagó el motor después de estacionarse en el lugar de siempre pero, no bajó del auto. Se quedó sujetando el volante, mirando al frente, mientras esperaba que Imra dijera algo.
Esa mañana, había pasado por ella a su casa, como acostumbraba a hacerlo todos los lunes para ir juntos a la universidad. Pero esa no había sido como cualquier otra mañana de lunes. No, había algo diferente en la actitud de Imra.
Estaba triste, eso se le notaba a kilómetros. Sus ojos, siempre brillantes y alegres, habían perdido su destello, y trasmitían un gran cansancio. De hecho, Ben podía asegurar que la chica no había dormido lo suficiente.
Lo segundo que puso en alerta al joven, fue le recibimiento de Imra. Siempre que iba a buscarla a su casa, él se quedaba parado junto a su auto, esperando a que saliera. Y cuando por fin aparecía su amaba tras de la puerta, le sonreía y corría a abrazarlo.
Esta vez no fue así.
La chica salió de su casa sin ánimo alguno. Arrastró los pies por el sendero del jardín y simplemente se metió en el auto apenas saludandolo con una inclinación de cabeza.
No había dicho ni una sola palabra en todo el camino, y ahora estaba ahí, esperando a que se liberaran los seguros de la puerta para marcharse.
— Imra… ¿Qué es lo que pasa? — se atrevió por fin a preguntar.
— Nada.
— Si no hablas conmigo, no podré ayudarte.
— ¡No sucede nada! — gritó Imra perdiendo el control.
Ben se sorprendió por la repentina actitud de su novia. Lo que menos quería era pelear, así que quitó el seguro de la puerta.
Imra se dio cuenta de que se había sobrepasado, así que suspiró y trató de calmarse.
— Lo siento. Es Solo que… estoy un poco cansada. No me he sintiendo bien estos últimos días. Quizá me estoy enfermando y…
— ¿Es por Kara? — preguntó Ben con las manos aferradas al volante y la vista al frente.
Furiosa, Imra se desabrocho el cinturón, tomó sus cosas y salió del auto azotando la puerta.
— Sí. Eso creí— agregó Ben después de que la chica se marchara.

MARTES

*Andrea*

— ¿En dónde estabas?
— Perdóname, Andrea. Tuve que ir hasta la otra pastelería. Aquí ya no había galletas— le explicó Kelly tratando de recuperar el aliento.
— ¿Pero las trajiste?
— Sí. Aquí están.
De su mochila, Kelly sacó una bolsita de celofán llena de besos de nuez. Andrea se las arrebató y sonrió satisfecha. Sin dar si quiera las gracias, salió corriendo en busca de Kara.
Solo tardó unos quince minutos en encontrarla cruzando el patio de la facultad.
— ¡Kara!
Kara se detuvo al escuchar que gritaron su nombre. Y cuando se giró, casi choca de frente con Andrea.
— ¡Wow! — Exclamó la más grande — ¿Qué sucede?
— Toma, te traje galletas.
Kara tomó la bolsa de celofán y, aunque desconcertada, la abrió.
— ¿Galletas? ¿Por qué? — preguntó justo antes de comerse una.
— Para que aceptes salir conmigo.

°°°

*Imra*

Alex, Cat e Imra, caminaban juntas por los corredores de la universidad.
Los pensamientos en la cabeza de Imra no lograban calmarse y durante toda esa mañana, apenas si había prestado atención a lo que sucedía a su alrededor. Lo único en lo que podía pensar era en Kara, y en eso que había comenzado a descubrir que sentía. No estaba segura de lo que era, pero se había abierto en su pecho como una rosa en primavera.
Una hermosa rosa, llena de afiladas e hirientes espinas.
Lo peor era que ella estaba segura de amar a Ben. Lo que sentía por él, quizá podía compararse con lo que sentía por Kara, pero al mismo tiempo eran cosas totalmente diferentes.
No podía amarlos a los dos, eso era claro, suponiendo que realmente estuviera enamorada de Kara y no se tratara solo de una confusión por todo lo que había pasado. Lo que menos quería era lastimar a alguno de los dos.
— ¿Y si mejor dejo la escuela y me encierro en un convento?
Se preguntó a sí misma, incapaz de controlar su mente.
— ¿De qué demonios estás hablando? — preguntó Alex confundida, deteniendo sus pasos al escucharla.
Imra, había pensado demasiado fuerte. Iba a tratar de explicarse inventando cualquier mentira pero lo que sucedió después, lo impidió.
— ¡Kara! — una chica gritó a medio patio y corrió hasta donde la rubia se encontraba.
En silencio, vieron aquella escena.
Como la chica que parecía una boba, le entregaba algo a Kara y como esta, sin ningún problema lo recibió y lo comía, mientras la joven le decía algo que claro, aunque Imra quería escuchar, no podía.
La furia de nuevo se apodero de todo su ser, y lo único que pudo hacer para contenerla, era apretar fuertemente los puños.
— Ese Kara — comenzó a decir Alex sin apartar la mirada de la pareja — No ha perdido el toque.
— Ni el tiempo — agregó Cat mirando a sus amigas — Esa chica no es Lena.
Eso era verdad, pensó Imra.
Esta tipa era otra imbécil que al parecer quería la atención de Kara.
— Lo bueno — dijo Imra apretando los dientes — Es que estaba locamente enamorado de mí.
Alex y Cat se miraron confundidas por el comentario y la ira contenida que puso en cada una de sus palabras.

MIERCOLES.

*Eve*

Habían estado por lo menos veinte minutos enfrascados en aquella discusión. Aunque ahora Eve solo se dedicaba a escuchar a Mike y Fred.
Si se querína matar, que se mataran entre ellos.
— ¡Dijiste que no te gustaba! — gritó Fred.
— Dije que no estaba interesado en ese momento. Nunca dije que no me gustara.
— Sabes perfecto que me odia. Me ha hecho la vida imposible desde hace años
— ¡Estas exagerando!— comenzó a gritar también Mike poniéndose de pie — Además, saldra conmigo. Tú no tienes nada que ver
— ¡Soy tu amigo! ¡Y por lealtada a nuestra amistad debiste rechasarla!
La verdad era que la presencia de Eve estaba de más en aquel lugar. Así que cuando vio a la nueva amiga de Kara pasar fuera de la cafetería, no dudo en tomar sus cosas e ir tras ella.

°°°

*Lena*

— ¡Disculpa! — escuchó que algien dijo detrás de ella, pero sabía que no le estaban hablando, así que continuó caminado como si nada.
— Disculpa… ¿Lena?
Se giró al escuchar su nombre, y se encontró de frente con una chica muy hermosa.
— ¿Hola?
— ¿Tu eres Lena, cierto? — preguntó la joven con una cálida sonrisa.
— Sí — respondió confundida, mirando con detenimiento a la desconocida.
— Soy Eve. Amiga de Kara. Nos vimos la semana pasada en las mesas del jardín. Cuando Imra… bueno, eso no importa.
— ¡Ah sí! Ya recuerdo ¿Qué puedo hacer por ti?
— Quiero hablar contigo sobre Kara.
— ¿Sucede algo malo?
Eve sonrió y le pidió que siguieran caminando.
— Eres de primer año, ¿cierto?
Lena, simplemente asintió.
— Entonces, ¿cómo conociste a Kara?
— Es mi tutora — se había prometido a si misma  que no iba a mentir solo por ayudarla.
— ¿Kara entró al programa de tutoría?
— Creo que la directora la obligó.
— Eso tiene más sentido. Kara no suele hacerles mucho caso a los de nuevo ingreso. Por eso nos sorprendimos mucho el día que llegaste con nosotros.
— Ah…
Dieron algunos pasos más hasta que Eve hizo una nueva pregunta.
— ¿Y se llevan bien?
Lena se detuvo, miró a Eve y suspiró.
— ¿Qué es lo que quieres saber en realidad?
Eve no dejó de sonreír en ningún momento. A Lena le parecía una chica muy dulce y nada tonta.
— Estoy segura de que ya sabes lo que pasó entre Kara e Imra — Lena no dijo nada — Conozco muy bien a Kara y sé que algo está tramando, así que… ¿Eres la novia de mi amiga o no?

JUEVES

*Imra*

— Explícame.
— ¡No tengo nada que explicarte! ¡Sabes bien lo que hiciste!
— ¡Yo no hice nada! — gritó Ben perdiendo la paciencia.
Estaba peleando con Imra de nuevo. A un lado de los edificios de la facultad.
Ya era tarde, así que eran pocos los estudiantes que pasan por ahí. Parecía que el objetivo de la semana era discutir todos los días, y por cualquier estupidez. Imra estaba de un humor de los mil demonios. Hablar con ella era prácticamente imposible. Y aunque, Ben trató de ser lo más comprensivo posible, había llegado a gastar toda su paciencia.
— ¡Exacto! — gritó Imra — ¡No haces nada!
— Estás loca.
—  ¿Entonces no te importa?
— ¿Qué es lo que se supone que debe de importarme? ¿Tus idioteses?
— ¿Idioteses? ¡Lo único que quería era que te quedaras despierto conmigo! ¿Era eso muy difícil?
— ¡Eran las cuatro de la mañana! ¡Estaba muy cansado! ¡Pero eso ni siquiera te importa! ¡Lo único que importa eres tú!
— Solo quería…
— ¡Yo no soy Kara! ¿De acuerdo?
Imra se quedó muda ante el comentario. Tenía corazón herido, porque aunque no quisiera aceptarlo muy en el fondo sabía que lo que quería era justo eso. Que Ben fuera Kara.
— No sé qué es lo que te pasa, pero estoy seguro que tiene que ver con ella. Has estado así desde que se pelearon. Desde que… — parecía que Ben quería decir algo, pero se lo pensó mejor y no lo menciono — Yo te quiero, Imra. Pero no podemos seguir así. No puedo.
Dicho eso último, se marchó.

*Kara*

— ¿Qué has sabido de Imra? — preguntó Iris caminando a un lado de la rubia.
— Nada — respondió sin interés.
— ¿No has hablado con ella?
— No.
— ¿Y no te importa?
— Es a ella a la que no le importa.
— Kara… — Iris apretó fuertemente los libros que llevaba entre los brazos contra su pecho. No quería meterse en todo este asunto, pero dadas las circunstancias, tal vez debía hacerlo — ¿De verdad vale la pena?
— ¿Qué?
— Perder una amistad como la que tenías con Imra. Mandar todo al demonio por un sentimiento que puede traerte más lágrimas que alegrías.
— ¿Crees que una relación entre nosotros terminará en el fracaso?
— No lo sé — aceptó Iris deteniéndose frente a Kara — Solo quiero que entiendas… El amor es pasión, pero la amistad es paz. No deberías querer perder esa paz entre ustedes.

VIERNES

*Lena*
— ¡¿Cómo pudiste aceptar hacer algo así?!
— ¡Yo Solo quería ayudarla!
— Sí. Eso lo entiendo. Pero esa no es la forma, Lena.
— Ya lo sé, Winn. Por eso quiero que se acabe lo más rápido posible. Aunque al paso que vamos…
— ¿Y qué fue lo que te dijo Eve? — preguntó Sam.
Los tres amigos estaban en los jardines de la universidad platicando después de una larga semana de trabajo. Sam le había platicado a Winn sobre el trato que Lena hizo con Kara, y el chico no había reaccionado de la mejor manera. Se había molestado tanto, que en cuanto Sam terminó de hablar, la tomó de la mano y la arrastró por todos lados buscando a Lena.
— Quería saber si soy la novia de Kara.
— ¿Y qué le dijiste? — preguntó Sam sorprendida.
— ¡Que no, por supuesto!— aseguró Winn, pero al ver como Lena se quedaba callada, bajaba la mirada y comenzaba a jugar con sus dedos, supo que no era esa la respuesta — ¡¿Le dijiste que sí?!
— ¡Claro que no!— respondió ella — Pero… tampoco le dije que no.
— ¿Por qué? — era evidente que Sam era la más tranquila de los tres.
— Es amiga de Imra — comenzó a explicarse, Lena — Si le decía que no, era probable que ella se lo contara, y entonces de nada iba a servir.
— ¿Y entonces que piensas hacer? — insistió Winn.
— No lo sé. Yo solo quiero que esto aca…
La oración se quedó inconclusa porque a unos cuantos metros delante de ellos, iba caminado Kara y de frente a ella, iba Imra platicando con alguien más.
Se iban a encontrar de frente por primera vez en toda la semana, según lo que le había contado su tutora. Entonces se le ocurrió una gran idea.
— Esperen aquí.
— ¿Qué vas a hacer? — le preguntó Winn.
— Darle un empujón a esto.

¿Verdad o reto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora