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Zatanna bajó del auto a toda prisa en cuanto Ben se estacionó, para caer de rodillas sobre la tierra y vomitar.

Ben también bajó del carro y fue a su lado.

— No es para tanto. No seas un bebé.

— ¡¿Cómo pudiste?!— preguntó Zatanna, limpiando con el antebrazo el vómito ácido que tenía en los labios — ¡¿Por qué lo hiciste?!

— ¿Por qué? — regresó la pregunta Ben exaltado — ¡Iba a delatarnos! ¡Teníamos que silenciarla!

— Pero... no tenías que matarla.

— ¡Sí! ¡Sí tenía! — gritó Ben mirándola enfurecido — ¿Qué creíste que iba a pasar? ¿Qué iba a aceptar tu patético intento de venganza? ¿Creíste que estaría satisfecho solo con romperle el corazón?

Zatanna se quedó helada, mientras Ben soltaba una gran carcajada burlándose de ella.

— ¡Quiero mi venganza! ¡Y si eso significa tener que deshacernos de los obstáculos, no dudaré ni un segundo en matar a nadie!

— ¡No puedes hacerlo!

— ¿Por qué no?

— Yo no soy una asesina — aseguró Zatanna, manteniéndose firme ante él.

— No. Eres una maldita imbécil que cree que seguimos en el jardín de niños — se acercó a su compañera hasta quedar a solo un paso de distancia — Tus jueguitos solo sirvieron para abrirme los ojos y darme cuenta de lo que realmente necesito. Hacerlas sentir mal, no será suficiente. Lo que yo quiero es que mueran.

°°°

Kara caminaba de un lado a otro desesperada y nerviosa después de horas y horas en la estación de policía, mientras esperaba que Lena saliera de la sala de interrogatorios.

Brainy, sentado frente a ella, solo la miraba ir y venir en silencio.

Cansado de tanto vaivén, decidió ir por un bocadillo a la máquina expendedora.

— ¿Quieres? — al regresar, ofreció una barra de chocolate a la amiga de Lena. Pero, ella negó con la cabeza y siguió con su caminata.

Kara se había negado rotundamente a dejar ir sola a Lena a la estación de policía. Nadie pudo evitar que se subiera con ella a la patrulla. Logró convencer a los policías de que sería de ayuda puesto que también había estado en el estacionamiento cuando Alex fue arrollada y debía, al igual que Lena, que dar se declaración.

Pero, lo que pensaron solo serían un par de horas, prácticamente les tomó todo el día.

— ¡¿En dónde está?! — Sam apareció de pronto en la estación, igual de alterada que todos.

Brainy tenía un bocado de chocolate pasándole la garganta y con la repentina llegada de su amiga, casi se atraganta.

— ¡Sam!— gritó apenas tragando — ¡Llegaste!

Kara los observaba a un par de metros.

— ¿Dónde está Lena?

— Adentro — le dijo Brainy con resignación — Creo que esto va para largo. Así que... ¿quieres? — a ella también le ofreció chocolate.

Pasó hora y media más, hasta que por fin escucharon la voz de Lena.

— Muchas gracias — le dijo la chica al policía que la escoltaba.

La más joven, iba saliendo de la sal de interrogatorios. Se le veía físicamente cansada, seguía con la ropa de la fiesta. Hacia horas que se había desecho del peinado y del maquillaje. Sus ojos estaban enrojecidos por falta de horas de sueño, tenía los parpados hinchados y la mirada triste.

¿Verdad o reto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora