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El teléfono de Lena comenzó a sonar, y en cuanto vio que se trataba de Sam, no dudo en responder.

— Bueno…

— En casa de Kara, ¿por..?

—¿Qué..?

— ¿Cuál video?

Al escuchar la palabra “video” el interés de Kara se hizo presente. Se puso de pie y fue a un lado de Lena tratando de escuchar con mayor claridad la conversación.

— ¿Qué sucede? — preguntó pero Lena solo se encogió de hombros.

— ¡Ah! Cierto, ¿Y?, ¿qué? — Lena la miró con los ojos enormemente abiertos. Algo estaba pasando, algo grande — ¿Estas segura…? Contigo, pero… Está bien, está bien. Sí. Vamos para allá.

— ¿Qué…? — trató de preguntar la rubia inmediatamente después de que Lena cortara la llamada.

— Tenemos que irnos.

— ¿A dónde? ¿Por qué?

— A mi casa. Sam descubrió a la persona que gravo el video de Imra y tú besándose.

Kara tenía la mano sobre la perilla de la puerta. La apretó con tanta fuerza al enterarse, que los nudillos se le pusieron blancos.

— ¿Quién? — pregunto apretando los dientes, claramente molesta.

Lena suspiró.

— Fue, Andrea.

°°°

Llegaron a casa de Lena en solo quince minutos. Pero tal y como la más joven lo había asegurado, Cat, Alex e incluso Eve acampaban sentadas en la banqueta esperando a que aparecieran.

— ¿Por qué no contestan el celular? — les reclamo Cat.

— Te dije que estaban juntas — dijo Alex evidentemente cansada y molesta.

Lena iba a responder, pero Kara la tomó de la muñeca para impedirlo. Desconcertada, Lena busco una explicación, pero Kara tenía la mirada clavada en sus amigas.

— Nos vemos luego — le dijo sin mirarla.

— Pero…

— Lo hablamos mañana — Kara le dio un beso en la mejilla — Descansa — sonrió dulcemente, y se fue junto a las chicas.

°°°

Como siempre, terminaron en la casa de Alex, en su sótano.

Ella, había tomado una botella de wisky de la cava de su padre y sirvió cuatro copas.

— ¡Si me hubieran escuchado! ¡Si tú me hubieras escuchado! — le reclamaba Cat a Kara. Claramente era la más alterada de las tres.

— ¿Por qué sigues mencionando cosas que ya no se pueden cambiar? — pregunto Kara en total calma, después de darle un trago al líquido de su copa y que el sentimiento cálido se asentara en su estómago. Hacía meses que no probaba una sola gota de alcohol — ¿Quieres que te diga que tenías razón, que debí escucharte? — Cat no supo que responder — Esta bien. Cat, tenías razón. Intentar tener algo con Imra, más allá de nuestra amistad fue una estupidez ¿Contenta?

Las últimas palabras Kara, estaban cargadas de resentimiento y dolor.

— Si lo que quieres es saber si me arrepiento de habérmele declarado…

— OK, ok — intervino Eve antes de que terminara la oración — Basta. Como bien dice Kara. Ya no tiene caso hablar de lo que no podemos cambiar — miró a Cat y a Alex — De lo que te queremos hablar ahora… es de Imra.

¿Verdad o reto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora