42

107 17 4
                                    

Clark se encontraba en la cocina de la casa preparando hotcakes para la cena. No era la opción más saludable pero, era la favorita de Ariel y se lo había prometido.

Su pequeña hija, estaba con él, con un delantal color rosa con conejos blancos, sentada en su sillita, comiendo algunas uvas mientras su padre vertia la mezcla sobre la sarten calienta para preparar el primer hotcake, cuando Kara entro a la habitación.

— ¿Qué haces? — preguntó nadamas entrar — ¿Desayuno cena? ¿Qué es lo que estamos festejando?

Clark se giró apenas para mirarla y saludar.

— Hola— dio la vuelta al hotcake sobre la sartén — Creí que estarías con Imra.

— Tía Kara ¿quieres una uva? — Ariel extendió el brazo para ofrecerele el fruto.

Kara se inclinó para recibirlo en la boca, y luego saludo a su sobrina depositando un beso sobre su cabeza.

— De allá vengo — respondio la pregunta de su hermano tomando otras dos uvas del plato de Ariel.

— ¿No ibas a quedarte a dormir? — preguntó Clark al mismo tiempo que sacaba el esponjoso panque del sartén. Como el bowl con la mezcla y vertió un poco más sobre el sartén caliente.

— Cambio de planes — fue la respuesta de Kara. Se acerco a una gaveta aun lado de la estufa y sacó una bolsa de chispas de chocolate. Sin pedir permiso, soloco unas cuantas sobre el hotcake que se cocinaba — Los mios serán con chispas, ¿quieres Ariel?

— ¡Sí! — gritó la niña entusiasmada.

— Eres una glotona — le recrimino Clark.

— Me lo dice el hombre que prepara una bomba de azúcar para la cena.
Clark sonrío y regresó su atención a la estufa.

— Entonces, ¿por qué no te quedaste con Imra?

Kara suspiró tratando de decidir por donde empezar.

— Necesito un consejo — soltó finalmente colocando más chispas sobre el nuevo hotcake.

— ¿Sobre qué? — preguntó Clark sin mirarla.

— Comencé una relación con Imra… en plan romántico — la sorpresa en el rostro de Clark apareció de inmediato — Pero, hay muchos peros — Clark se quedó mirándola con la boca entre abierta — Todo empezó una noche en la que, jugamos a la botella…

— Kara…

— No, escucha— le pidió con desesperación — Primero escúchame. —Clark asintió y regresó su atención al hotcake antes de que se quemara — Estábamos jugando a la botella y salió a tema las preferencias de Imra. Después, salí a colación porque hace años, cuando estaba descubriendo mis propios gustos nos besamos. En ese tiempo ninguna sintió nada. Nuestros amigos se enteraron de eso y nos pidieron que volviéramos a besarnos para que ella pudiera estar segura de que en realidad no le gustan las mujeres. No pensé que fuera a haber problema y acepté. Luego del beso ella dijo que no sintió nada. El problema fue que yo sí sentí. Me obsesioné con eso y estaba segura de que todo este tiempo había estado enamorada de ella, y que ella sentía lo mismo solo que no se había dado cuenta. Hice muchas cosas para… animarla a que aceptara sus verdaderos sentimientos y al final lo hizo. Pero… ahora que estamos juntas, las cosas no se sienten como yo pensé que lo harían. Es como si siguiéramos siendo mejores amigas. Y… ella no quieres besarme. No estoy segura, pero me da la impresión de que… no le gusta.

El silencio cayó entre los hermanos. Kara jugueteaba con las chispas de chocolate, nerviosa por lo que Clark le diría, mientras que él seguía sin apartar la mirada de la sarten. Lo unicó que pudo teminar de golpe con el silencio incomodo, fue el plato vacio de uvas que a Ariel se le había caído de las manos.

¿Verdad o reto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora