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Kara no entendía por qué Imra había salido corriendo pero, se sentía profundamente decepcionada por su actitud.
— ¿Nos quieres explicar qué está pasando? — exigió Cat.
— Creo que no necesita explicación — le respondió sin mucho animo. Se sentía confundida y dolida por la forma en la que las cosas se estaban desarrollando. No había pensado en Mike en ningún momento. No se había preocupado por como tomaría las cosas ninguno de ellos. No le dio importancia porque creyó que todos lo recibirían bien.
— ¡Sí la necesita! — Cat estaba mucho más alterada que ninguna de las chicas — ¡¿Qué es esa estupidez de que Imra y tú son pareja?!
— No es ninguna estupidez — se defendió Kara intentando mantenerse serena, pero la reacción de Cat se lo ponía difícil — Es lo que somos.
— ¿Pero es acaso que no te das cuenta del error que están cometiendo? ¡Jodieron todo!
— Cat… — Alex trató de calmarla, pero nada de lo que hiciera iba a impedir que hablara.
— Toda esta mierda solo está en tu jodida cabeza, Kara. No sé cómo diablos convenciste a Imra, aunque claro, no es difícil de entender. Esa siempre se deja manipular por todos. Y ahora…
— Ahora cállate si no quieres que te tumbe los dientes.
Kara apretó los dientes, mientras sus dedos comenzaron a hormiguear.
— Como si fueras capaz de hacerlo.
— ¿Quieres intentar?
— Por qué no. Así podré sacarte a golpes esta estúpida idea.
Las dos, dieron un paso adelante, pero los demás reaccionaron y se interpusieron antes de tener que separarlas de otra pelea.
— ¡Quítate Alex! — ordenó Cat — ¡Solo la golpeare hasta que me canse y salga sangre de esa piedra que tiene por cabeza!
— ¡Suficiente! — gritó Kara tratando de lanzarse sobre ella pero los fuertes y delgados brazos de Eve, la sujetaron por la cintura y la alejaron unos paso más.
Kara se remolineo como un gusano, hasta que pudo liberarse.
— ¡Ustedes son los del problema! — gritó fastidiada y molesta — ¡Todos! Díganme, ¿en qué les afecta mi relación con Imra? — Esperó a que alguno respondiera solo un segundo — ¡En nada! ¡Solo lo hacen por joder! Por joderme…
— Kara, eso no es… — Eve intentó intervenir.
— ¡Sí es! — con su grito volvió a silenciar el lugar — No tengo porque darles explicaciones. No veníamos a pedirles aprobación, ni a poner nuestra relación a votación. Lo único que queríamos era informarlos. Esperábamos…— miró el rostro de cada uno de sus amigos — un poco de comprensión. Pero tampoco la necesitamos.
— Estas hablando por dos personas — le dijo Cat — Y yo solo te veo a ti.
Kara no supo que decir. A ella también le estaba costando entender por qué Imra había salido huyendo.
Pero se dio cuenta que nadie iba a apoyarla. Nadie parecía tener la intención de decir alguna palabra que no la hiciera sentir como una tonta. Lo único que había en ese lugar, eran varios ojos que lo juzgaban como a una criminal.
Las cosas no habían salido en nada como lo esperaba. Supo un poco tarde, que no tenía caso seguir ahí.
Se dio la vuelta, y subió por las escaleras sintiendo cada paso más pesado que el anterior mientras que la mirada de todos caia sobre su espalda.
A medio camino escuchó un último comentario de Cat que la hizo detenerse por un momento.
— ¿No crees que estas llevando esta locura demasiado lejos?
Kara no tenía, o no quería buscar las palabras para responder, así que siguió su camino sin mirar atrás.
— Que peresa con esas dos — soltó Eve en cuanto Kara se marchó.
°°°
Sumergida en sus pensamientos, Kara caminó sin rumbo y en silencio durante un rato. Se sentía tan frustrada, molesta, confundida, señalada, desesperanzada y… estúpida  que no prestaba atención a nada a su alrededor.
Su primer instinto al salir de la casa de Alex fue ir tras Imra. Pero, luego de correr algunos metros, fue deteniendo su paso poco a poco hasta quedarse parada a mitad de la calle.
Su mente era un mar furioso de pensamientos emociones y preguntas. Tantas cosas que la molestaban y la lastimaban. Tantas personas que estaban en su contra.
¿Y por qué?
¿Por qué una relación con Imra era tan mal vista?
¿Qué tenía de malo?
No. No iría a buscar a Imra, se sentía más dolida y traisionada por su abandono que por la actitud que habían demostrado sus amigos.
No estaba segura de porque había escapado corriendo, pero por ahora, ante sus ojos, la única explicación que se le ocurría, era que había sido una cobarde.
Quizá fue su subconsciente quien la llevó hasta aquel lugar o quizá necesitaba un lugar seduro para hablar y olvidarse de todo lo que había pasado, porque terminó frente a la casa de Lena.
Lena era su amiga, y había demostrado durante las últimas semanas más apoyo y compresión que cualquiera de sus otros amigos. Contarle sus penas no iba a hacer que de pronto todo fuera mejor ni que se esfumara, pero por lo menos alguien la escucharía.
Dudo en momento, ya que recordó que le había prometido no volver a involucrarla en temas que se refirieran a Imra. No quería faltar a su promesa pero, de verdad necesitaba hablar sobre lo que había pasado.
Sin darle más vueltas al asunto, fue directo a la puerta y cuando estaba a punto de tocar el timbre, escuchó el rugir de una moto detrás suyo. Se giró, apartando el dedo del botón y se encontró con una pareja estacionándo a un lado de la cera.
Llevaban los cascos puestos, así que no fue hasta que se los quitaron que Kara supo de quien se trataba.
Miró sorprendida como una melena oscura y risada, caía sobre la espalda de Lena después de quitarse el casco.
— ¿Kara? — preguntó la joven la verla — ¿Qué haces aquí?
— Yo… — Kara se quedó sin palabras. De pronto su mente estaba en blanco. No podía dejar de mirar a Lena mientras bajaba de la motocicleta con la ayuda de su acompañante.
¿Quién era? Se preguntó sin saber que no le gustaría para nada la respuesta.
— ¿Qué sucede? — Lena parecía sorprendida de verla — ¿Estás bien?
— Sí, yo… — Kara volvió a enmudecer al ver el rostro de la acompañante de Lena cuando bajó de la moto y se quitó el casco.
Al principio, no la reconoció, porque la primera vez que la vio, llevaba puesto un traje y no le había prestado atención. Luego, la había visto en el hospital, con esa extraña pijama que los médicos de urgencias usan, el cabello recogido en un chongo, la bata puesta y unos lentes que eran mas pequeños que los de Lena. Y en aquella ocacion pese a que no le había agradado en nada, no se había tomado la molestia de grabarla en su memoria. Sin embargo, el fantasma de sus facciones se removia en mente.
Fue el recuerdo de los labios de Lena pronunciando el nombre de aquella extraña lo que la llevo a saber con repulsión de quien se trataba.
No le animaba en nada la presencia de aquella intrusa y mucho menos que hubiera estado con Lena.
— Hola — la saludo la mujer estirando la mano y con una sonrisa sincera en el rostro.
Kara tardo algunos segundos en responder el saludo. Decidiendo si debía de ignorarla, o exigirle que no se volviera a acercar a Lena.
— Hola — finalmente decidio responder pero se aseguró de apretar su mano con mucha más fuerza de la normal. Luego se dirigio a Lena — ¿Qué demonios hace aquí?
La pregunta había sonado más como reclamo que simple curiosidad, pero no le importó. En serio quería, no, necesitaba una explicación.
Lena se sonrojó sin poder ocultarlo y desvió la mirada.
Siempre que se ponía nerviosa miraba a un lado, como si eso activara un súper poder que la volvía invisible. Cuando la verdad era que solo hacía más evidente su incomodidad.
— Nosotros… — parecía que Lena estaba intentando inventar un amentira — Fuimos a dar una vuelta.
— Queria mostrarle a Lena lo rápido que mi nuevo bebé puede correr — intervino Diana.
Al escuchar su voz, la furia en el interior de Kara crecio y no pudo evitar mirarla con desprecio.
— No te lo pregunté a ti.
Diana se encogio de hombros sin darle mucha importancia a su comentario. En lugar de molestarse, sonrio aun más.
— Que horribles modales tienes — le dijo.
Kara no estaba dispuesta a tolerar que una desconocida se burlara de ella. Iba a lanzarle un puñetazo, pero Lena la detuvo sujetándola de la mano.
— No.
La rubia no supo identificar lo que el contacto de Lena le hizo sentir. O no quiso pensar en ello en ese momento. Pero sin duda, movió algo en su interior.
— ¿Por qué estás aquí? — volvió a preguntarle Lena tratando de desviar el tema mientras colocaba el casco sobre el asiento de la motocicleta — No esperaba verte hoy. Me dijiste que estarías ocupada todo el día.
— Lo sé… pero… — Miró a Diana de nuevo. No iba a contarle nada frente a ella — Solo pasaba por aquí a saludar y pensé que podríamos ir a tomar algo.
— Eso no se va poder — dijo Diana — Lena esta conmigo.
Kara rodo los ojos y la ignoró.
— ¿Lena?
— Yo… — Lena desvió la mirada hacia Diana.
Kara se dió cuenta y su furia aumento más ¿qué diablos significaba eso?
— ¿Desde cuando tienes que pedir permiso? — le reprochó.
— No, espera…
¿De verdad Lena iba a elegir a aquella estúpida fanfarrona en lugar de a ella? ¿Tenía derecho de ponerla a elegir?
— Está bien. Ya entendí. Lamento haberlas interrumpido.
Y después sin daber muy bien por qué. Tal vez en un intento por provocar en Lena la misma sensación extraña que ella misma estaba experimentando, agregó mirando a Diana.
— Permiteme felicitarte por lo que te llevas. Lena es la persona más hermosa, leal, inteligente y maravillosa que conozco y se merece lo mejor del mundo.
— Gracias, gracias — dijo Diana sonriendo ampliamente — Lastima que yo no pueda decirte lo mismo de Imra.
— ¿Quien te crees…? — gritó Kara empujando a Diana contra la pared — ¡Repitelo!
Pero, Diana parecía divertirse al haberla hecho enfurecer. Ya que no dejaba de reir.
— ¡Kara! ¡Sueltala! — le exigió Lena intentando separarlas — ¡Que la sueltes!
Lena logró empujarla hacia atrás y se puso en medio de las dos.
— Ella… — la rubia intentó justificarse ante la evidente molestia de Lena, pero la ojiverde no se lo permitio.
— No.
— Pero, Lena…
— Que poco autocontrol tienes — se burlo Diana — Que fácil es hacerte explotar. Cuanta ira contenida. Uno pensaría que al haber obtenido lo que deseabas serías feliz.
— ¡Diana! — Lena la reprendió.
Kara no era ninguna cobarde pero, no podía estar allí más tiempo aparentemente haciendo el ridículo. Miró una última vez a Lena con reproche y sin decir nada más, se marchó.
°°°
Lena intentó ir detrás de ella, pero Diana la detuvo por la muñeca obligándola a permanecer a su lado.
— ¡¿Por qué lo hiciste?! — le reclamó soltándose de un tiron.
— Perdoname. No pude evitarlo — le explicó Diana con calma — Creo que hacerla enfurecer es algo que me gustará mucho hacer. Además, no tentiendo que hace buscándote.
— ¡Somos amigas!
Diana sonrió de Lado.
— Pero tú no quieres ser solo su amiga ¿o sí, Lena?
Lena no repondió.
Diana suspiró intentando recobrar la paciencia. Miró a Lena y trató de no ser dura con su amiga. Algo un poco difícil dada la cituacion en la que estaban.
— No vas a cometer los mismos errores que ella, Lena. Ok, tal vez acabo de ayudarte a que cometas uno de eso errores. Y sé que no me lo pediste — se apresuró a decir Diana al ver que Lena abria la boca — Pero, ya te explique que no pude evitar divertirme haciéndola enfurecer. Estuvo a punto de lanzarme un puñetazo.
— Tú la provocaste.
Diana rió.
— Bueno sí pero — su expresión se volvió seria — Lena. No es justo para ti. O le dices lo que sientes o deberías de alejarte de ella.

¿Verdad o reto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora