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Después de varias horas para arreglarse, de pasar maquillando y peinando, perfumando y perfeccionado sus figuras, Cat e Imra por fin estaban listas para ir al baile de máscaras.

— ¿Segura que estas bien? — pregunto Cat mirando a Imra a través del espejo donde observaba su reflejo para dar los últimos toques a su maquillaje.

Imra le regresó la mirada atreves del espejo, y sonrió.

No. No estaba bien, pero lo estaría. Y su cambio de imagen era el primer paso para que su felicidad y paz, regresaran.

— Excelente — mintió a su amiga. No porque quisiera ocultarlo, sino porque necesitaba creer que así sería.

— Bueno, hora de irnos.

Las chicas tomaron sus bolsos, listas para partir, pero Imra se detuvo un momento al recibir un mensaje de texto. No habría tenido importancia de no ser por la sonrisa y la alegría que despertó en ella.

Contesto con entusiasmo, sin percatarse de la mirada intrigada de Cat.
Se le escapo una risa antes de apartar los ojos de la pantalla, luego de responder al mensaje.

— ¿Qué? — pregunto a la defensiva al sentirse cuestionada.

— Nada — Cat se estaba obligando a no preguntar, pero al final su curiosidad gano — ¿Con quién hablas?

— Una amiga — le respondió Imra saliendo de la habitación sin darle importancia.

— ¿Amiga? — se cuestionó Cat quedándose parada algunos segundos para luego correr detrás de su amiga con dificultada por los tacones que llevaba puestos — ¿Qué amiga?
Imra sonrió y se detuvo antes de bajar las escaleras para enfrentarla.

— Tengo otros amigos. ¿O qué? ¿Ahora eso también te molesta?

Eso se ganaba por preocuparse por los demás. Se reprendió mentalmente Cat.

— Está bien. Como quieras. Ahora vámonos o llegaremos tarde.

Fingió que no habían tenido esa pequeña conversación y bajo por las escaleras como si nada.

°°°

Zatanna guardo el teléfono después de responder al último mensaje que Imra le había enviado, saboreando la victoria. Esta era la noche en la que su plan culminaría. Iba a asegurarse de que Imra sintiera lo que es verdaderamente tener un corazón roto, y la desesperación al ver cómo cambia tu esencia por ello. Lograría que ese corazón, supuestamente noble y bueno, se transformara en una manzana podrida y negra. La haría sentir tanto dolor que dañaría todo a su alrededor tratando de darle fin a la desesperación y pena que la consumiría y así, solo así, Kara estaría vengada.

— ¡Lista!— anunció Andrea saliendo de la habitación — ¿Qué tal me veo?
Ben se levantó del sillón y chiflo al ver a la joven.

— ¡Wow! No estas nada mal — dijo, acercándose a ella para intentar besarla.

Pero, Andrea, lo apartó de un empujón, cansada de su actitud.

— ¿Qué dices tú? — preguntó a Zatanna que aún no decía nada.

La chica se acercó a ella, rodeándola para verificar con detalle.

Conseguir el mismo vestido que Imra usaría esa noche no había sido ningún problema. Prácticamente, ella misma se lo dijo donde lo había comprado y el modelo que había elegido. Tampoco había sido difícil que le enviara una foto al terminar de arreglarse para así copiar los mismos patrones en Imra.

Lo realmente difícil había sido convencer a Andrea de cortarse el cabello y hacer lo que le pedía sin discutir.

— Bien — se limitó a decir.

¿Verdad o reto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora