XXVIII

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Después de un rato más allí finalmente salimos de la ciutat esportiva, Ona iba con muletas, debía estar una semana de reposo absoluto y ya después tendría que ir apoyando poco a poco hasta estar totalmente recuperada, como era obvio el aguantarse el dolor le había pasado factura.

Ona y yo quedamos en que se quedaría en mi casa, durante la primera semana no podía hacer nada así que se quedaría conmigo para poder ayudarla en todo.

Pasé por su casa para coger algunas cosas para la semana que se quedaría, y también nos llevamos a Coco ya que no se iba a quedar siete días solo.

La noticia de la lesión de Ona no tardó en salir, el teléfono de mi chica no dejaba de sonar, ella estaba bastante seria, sabía que no le gustaba estar así.

-¿Necesitas algo?, voy a sacar a Coco-Dije cogiendo la correa del perro.

-Estoy bien, no tardes-Dijo desde el sofá con un libro en la mano, al menos había encontrado algo para matar el tiempo.

Dejé un beso en sus labios y salí de mi casa junto al perro, lo llevé a un parque cercano a mí casa y lo solté para que corriera un poco.

-¿Has adoptado un perro?-Me sobresalté al escuchar una voz en mi espalda y al girarme vi a la última persona que quería ver.

-No es mío-Contesté seca.

-Ay chica qué humor-Dijo sarcástica y yo buscaba a Coco con la mirada deseando que se acercara para irme de allí.

-Me pegaste un empujón y te encaraste conmigo cogiéndome del cuello de la camiseta-Dije repasando lo que había pasado la última vez que nos vimos.

-Qué dramática eres hija-Habló con su característico tono insoportable.

-Bueno, ha sido un placer volverte a ver-Dije con sarcasmo cuando Coco se acercó y lo até con la correa.

-¿El perro es suyo,no? es de esa guarra-Ese comentario me cabreó muchísimo pero no iba a entrar en su juego.

-El perro es de mi novia-Dije directa y su cara cambió.

Intentó decir algo más pero me fui, dejándola con la palabra en la boca, me hice la dura pero tenerla otra vez enfrente me había dejado algo trastocada.

Llegué a casa y Coco fue directamente hacia su dueña, en el regazo de Ona se encontraba Kion y el perro se quedó algo bloqueado ante eso.

-Ya se han conocido los hermanos-Dijo Ona con una sonrisa, yo también sonreí al verla así, había recuperado el ánimo y eso me hacía feliz.

-¿Hermanos?-Pregunté sonriente sentándome junto a ella, o lo más cerca que pude ya que había dos animales por el medio.

-Son nuestros hijos-Dijo con voz tierna acariciando la cabeza de ambos y yo reí.

-Pues mi hijos podrían dejarme algo de espacio para poder estar con su madre -Cuando dije eso Ona le dió unos golpecitos a Coco en la espalda y el perro bajó del sofá para tumbarse en el suelo,mi gato no era tan obediente así que tuve que cogerlo y quitarlo de encima de Ona.

En cuanto estuve lo suficientemente cerca Ona tomó mi cara y me besó, un beso poco delicado a decir verdad, obviamente no lo corté y estuvimos así hasta que se vino un poco arriba y quiso subirse a mi regazo.

-Ona-Regañé separándome de ella al ver lo que intentaba.

-¿Qué?-Preguntó sin entender lo que pasaba.

-Reposo absoluto-Dije seria y ella resopló.

-Sin fútbol y sin sexo, ¿me quieres matar?-Dijo algo irritada.

-Yo tampoco quiero eso, ¿crees que no me muero de ganas de tenerte encima?-Se sonrojó al instante cuando dije eso y yo reí.

-Oye, mi familia se ha enterado de la lesión y quieren venir a verme, ¿te importa que vengan?-Preguntó cambiando de tema.

-Para nada, depende a qué hora vengan yo estaré con los chicos, he quedado con ellos, pero pueden venir igual, yo ya llegaré-Ella asintió ante mi respuesta y me agradeció que le dejara mi casa para su familia con un tierno beso.

Ona volvió a coger el libro y se puso a leer mientras yo miraba mi teléfono y acariciaba su muslo a la vez, todo estaba muy tranquilo, tan tranquilo que ni siquiera me di cuenta en qué momento me quedé dormida.

Ona

Júlia ya se había ido con los chicos, estaba sola en su casa sin poder casi moverme, me sentía inútil así, pero al menos tenía a Júlia apoyándome en todo.

Solo me levanté para abrirle la puerta a mi familia, los cuales me envolvieron en un abrazo cada uno en cuanto me vieron.

Éramos las mismas personas que el otro día en casa de mi hermano, mis primos se quedaron jugando con Coco mientras yo volvía al sofá con los mayores.

-Madre mía con la fotógrafa, entre el coche y la casa parece que cobra más que tú-Dijo mi hermano dándole un repaso a la casa.

-¿Donde está Lia?-Preguntó Enzo volviéndose a referir a Júlia con aquel tierno apodo.

-No tardará mucho en llegar, ¿no me querrás cambiar por ella?-Dije hablándole al más pequeño de la familia.

-No, pero esque Lia es súper guay, y encima es la hermana de Héctor Fort, conoce a todos los jugadores del Barça y además es súper graciosa y cariñosa-Dijo mi primo entusiasmado.

-Queremos que estés con ella para siempre-Añadió Paula haciendo que mi corazón se derritiera.

Una media hora más tarde escuché que alguien abría la puerta, Júlia entró la primera seguida de su hermano y de algunos chicos del Barça.

En cuanto mis primos vieron a la gente que acababa de entrar se quedaron boquiabiertos, los jugadores les saludaron y ahí entendí porque habían venido, Júlia les habría dicho que mis primos estaban aquí y ellos vinieron para hacerlos felices.

-Quiero a Kion algunos días-Escuché decir a Héctor mientras se acercaba a nosotros junto a su hermana.

-Tu flipas chaval, a mí hijo no se lo lleva nadie-Hector bufó pero no dijo nada más, era gracioso ver lo sumiso y obediente que era cuando se trataba de su hermana.

Los dos hermanos se sentaron con nosotros en el sofá no sin antes saludarnos uno por uno, al parecer Héctor ya estaba algo más conforme con nuestra relación, desde que empezamos tenía la impresión que a el no le parecía del todo bien.

Mi padre, mi tío y mí hermano empezaron a hablar con Héctor mientras que en el otro lado del sofá estábamos mi madre, mi tía, Júlia y yo.

-Júlia, ¿Un FIFA?-Pregunté Lamine con el mando de la play en la mano.

-No sabes dónde te estás metiendo-Dijo Júlia levantándose y cogiendo el mando.

-Todos ya conocéis a la Júlia cariñosa y amable, ahora os toca conocer a la picada y competitiva-Anunció Héctor causando la risa de casi todos.

Lamine y Júlia encendieron la consola y todos nos pusimos a ver cómo jugaban,  éramos como unas quince personas, pero nos las arreglamos para estar todos viendo el partido de FIFA.

-Madre mía, 7-4, Lamine yo que tú me centraría en el fútbol real eh-Vaciló Héctor molestando a su amigo.

No sé cómo el mando acabó en las manos de mi hermano y ahora era el que estaba jugando contra Júlia, hacía cosas en el juego que ni siquiera entendía, a saber la de horas que había jugado para saber todo eso.

-Venga ahora te toca contra tu novia -Dijo mi hermano pasándome el mando al acabar.

Jugué el partido, lo gané, no sé ni cómo, cuando terminó Júlia se giró a mirarme con una sonrisa, la cabrona se había dejado ganar.

-Madre mía, desatale un poco la correa anda-Volvió a vacilar Héctor ganándose una colleja de su hermana.
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Más momentos de la familia Batlle-Fort aunque no sin la super necesaria aparición de vuestro personaje favorito Andrea🥰

Héctor ya ha aceptado la relación y ya se atreve hasta a vacilar a Ona y Júlia

𝐂𝐀𝐑𝐏𝐄 𝐃𝐈𝐄𝐌-𝐎𝐧𝐚 𝐁𝐚𝐭𝐥𝐥𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora