LXV

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Cuando se nos pasó un poco la resaca fuimos a buscar a Nora, al final habíamos decidido que no nos iríamos de luna de miel, si lo hacíamos tendríamos que estar mucho tiempo separadas de nuestra hija y para nosotras el mejor plan era estar con ella.

Todo lo relacionado con la boda ya había terminado, pero yo tenía algo para Júlia, algo que le iba a hacer muchísima ilusión, o eso esperaba, el ir nosotras a buscar a Nora era un poco excusa para que esa sorpresa saliese bien.

Cuando llegamos a casa le dije que no aparcara en el garaje, ella se quedó algo extrañada pero me hizo caso igual, cuando entramos ella no se olía nada y eso era bueno.

-¿Me acompañas un momento?, necesito sacar unas cajas del garaje-Ella asintió y se levantó del sofá, Nora vino con nosotras, ella sabía lo que era la sorpresa, no sé si sabía muy bien lo que era todo eso, pero yo se lo había explicado.

Cuando abrió la puerta del garaje y encendió las luces se quedó de piedra, dentro había aparcado un Audi r8 del mismo color que su antiguo coche.

-¿Te gusta tu regalo de boda?, todos me han ayudado a conseguirlo-Dije viendo su cara de alucinada.

-Dios, no me lo puedo creer…te quiero-Dijo girándose con una sonrisa y dándome un beso.

-Toma, date una vuelta-Sonreí dándole las llaves.

-¿No quieres venir?-Preguntó extrañada.

-Se que lo único que estás pensando es correr con ese coche y a mí no me gusta mucho la velocidad, así que disfruta-Dije dejando un beso en su mejilla.

Abrió la puerta del garaje y se montó en su nuevo coche con la ilusión de una niña pequeña, cuando lo arrancó y se escuchó el ruido del motor se quedó fascinada.

Diez minutos después escuché que alguien aparcaba en el garaje, y cuando entró a casa iba con una cara de felicidad brutal.

-¿Te ha gustado?-Pregunté sabiendo perfectamente la respuesta.

-Creo que no hace falta que te responda-Volvió a besarme y después se puso a Nora sobre su regazo para dejar besos por toda la cara de nuestra niña, la pequeña se moría de la risa mientras yo me sentía la persona con más suerte del mundo, tuve que hacer cosas muy buenas en otra vida para que el destino me pusiese a una persona como Júlia en el camino.

Estuvimos toda la tarde las tres juntas en el sofá, pasando tiempo en familia, mi pequeña y perfecta familia que no cambiaría por nada en el mundo.

Epílogo
16 años después

Nora

-¿Lo dices en serio?-Pregunté sin poder creer lo que me estaban diciendo.

-Que si cansina, que estás convocada con el primer equipo-Contestó la entrenadora, que curiosamente era mi tía Alexia.

-¿No es porque me tienes favoritismo ni nada de eso, verdad?-Seguí preguntando.

-Como no te calles ya te desconvoco Nora, eres como tú madre, hablas por los codos-Dijo con una risa que se me contagió.

-Vale,vale, me callo-Dije con miedo a que cumpliera con su amenaza-Y gracias, eres la mejor Lex-Dije abrazándola y ella me devolvió el abrazo fuerte.

-Oye, dile a tu prima que me llame cuando llegue a casa, últimamente se olvida de que tiene madres-Me dijo antes de que me fuera.

-Es lo que tienen los quince, yo soy más madura-Hablé como si fuese mucho más mayor.

-Tienes 17 recién cumplidos Nora-Dijo riendo y yo encogí los hombros.

𝐂𝐀𝐑𝐏𝐄 𝐃𝐈𝐄𝐌-𝐎𝐧𝐚 𝐁𝐚𝐭𝐥𝐥𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora