XXXXVII

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Puse un pie en el plato de ducha y ella hizo como que yo no estaba allí, estaba de espaldas y movía su pelo como si lo estuviese lavando, rodeé su cintura con mis brazos y la apreté contra mí, pude ver de lado como una sonrisa se dibujaba en su rostro, comencé a dejar pequeños besos sobre la suave piel de su cuello y ella pasó un brazo hacia atrás para agarrar mi nuca y acercarme más a ella.

-¿Qué buscas?-Susurré en su oído para luego morder el lóbulo de su oreja haciendo que se le escapase un jadeo.

-A ti pecas-Contestó con la voz ronca y eso me encendió más todavía.

Una de mis manos comenzó a jugar con uno de sus pechos mientras que con la otra empecé a dejar caricias en la parte baja de su abdomen, ella comenzó a moverse algo desesperada en busca de algo más, el agua seguía cayendo sobre nosotras, si seguimos así la factura que tendría que pagar el hotel iba a ser la más cara de su historia.

-Qué poca paciencia-Susurré de nuevo en su oreja intentando picarla.

-Llevo esperando más de dos semanas no me jodas...-Dijo entre respiraciones y yo reí.

Las dos estábamos llenas de agua, pero aún así pude notar la humedad que había en su entrepierna impaciente por mí, no la quise hacer esperar más y lentamente pasé dos dedos por encima de su punto, cuando hice eso un gemido salió de su boca, aquel era sin duda mi sonido favorito.

Repetí ese movimiento varias veces, ella gemía y jadeaba cada vez que lo hacía, su cuerpo cada vez pesaba más contra el mío, signo de que estaba perdiendo toda la fuerza, sin avisar uno de mis dedos se coló dentro de ella y ahogó un gemido de sorpresa, movía mis dedos en su interior mientras seguía dejando besos y pequeños mordiscos por su cuello.

Notaba que no se aguantaba de pie y con el brazo que tenía libre la agarré de la cintura para sujetarla contra mí, notando así su piel erizada a causa de lo que le estaba haciendo.

-No aguanto más...-Dijo con la respiración agitada y yo aumenté la velocidad.

No duró mucho más y cuando llegó al límite gimió de una forma que podrían haber escuchado hasta las de las habitaciones de al lado, cosa que esperaba que no fuese así.

Seguía sujetándola ya que si la soltaba posiblemente se caería sobre el plato de ducha y no quería eso, cuando recuperó las fuerzas se dió la vuelta y me besó.

-Vamos a dejar sin agua a toda Francia-Dije separándome un momento.

-Que se jodan los gabachos-Soltó divertida y yo reí junto a ella.

Después de todo aquello salimos de la ducha, al coger el teléfono vi un mensaje de las chicas diciendo que me esperaban abajo para merendar, al verlo Júlia y yo nos vestimos en tiempo récord y bajamos.

-Perdón por tardar, me estaba duchando-Me excusé cuando llegamos.

-¿Llevas una hora duchándote?-Preguntó Jana con una risa.

-¿Que iba a estar haciendo si no?-Dije algo nerviosa sentándome en la mesa.

-No te digo que no tengas razón pero el cuello de Júlia me dice que no solo te estabas duchando-Cuando Laia dijo eso mi chica se puso roja de la vergüenza y yo maté con la mirada a mí amiga.

-Todos los problemas de pareja se solucionan con un buen polvo-Cuando Leila dijo eso Júlia casi escupe el agua, de hecho Alexia tuvo que darle unos golpes en la espalda para que no se ahogara.

-Mejor cambiamos de tema, por favor-Dijo Júlia algo avergonzada.

Le hicimos caso a Júlia y empezamos a hablar de otras cosas, sabía que en teoría no estaba permitido que ella estuviese aquí, pero me daba igual, si tenían que decirnos algo, yo lo harían.

-Mierda-Exclamó Júlia llamado mi atención, y cuando me giré pude ver que se había manchado la camiseta con el chocolate de la napolitana que se estaba comiendo.

Yo negué con la cabeza riendo y todas empezaron a reír, ella incluida, le dejé la tarjeta de la habitación para que subiese a cambiarse y ella me lo agradeció con un beso delante de todas, al final la echaban de aquí.

Júlia

Subí rápido a cambiarme y al salir alguien me cogió por detrás, pegué un grito por el susto y al girarme vi a mi hermano descojonándose en mi cara

-Mira que eres gilipollas-Dije dándole un golpe en el pecho mientras seguía riendo.

-¿Qué hacías en esta habitación?-Preguntó Héctor curioso.

-Allanar habitaciones de hotel es mi pasatiempo-Contesté sarcástica y el rió.

-¿Lo has arreglado con Ona?-Preguntó ahora poniéndose más serio.

-Prefiero no hablar de esto en medio del pasillo-El asintió y me guió hasta su habitación, la cual estaba al fondo del pasillo, en la misma planta que Ona.

-Ahora sí, ¿vuelve a ser mi cuñada?-Preguntó dejándose caer en la cama y yo asentí sonriente.-Creo que al principio dió la sensación de que no me gustaba que estuvieras con ella, pero desde que estáis juntas te veo diferente, a pesar de todas las putadas que te han hecho ella te hace sonreír, como cuñada le da mil vueltas a todas tus exs, espero que como novia también-Cuando dijo eso yo sonreí como una boba y él se rió de mí.

-Hace unas semanas estuvimos hablando de como sería si tuviéramos hijos, Joan dijo que los consentiría y que se ganaría el título de tío favorito, quiero mucho a mi cuñado, pero no te dejes ganar así de fácil-Dije tumbándome junto a él, hacía tanto tiempo que no teníamos una conversación los dos a solas, estos momentos con mi hermano valían oro.

-Obviamente yo sería el tío guay, soy futbolista-Dijo chuleando.

-Su madre también sería futbolista-Dije riendo.

-Yo sería el tío futbolista que juega en el Barç… Bueno, que sería el tío guay y ya, ¿por qué Ona y yo tenemos tantas cosas en común?, a ver si va a ser mi alma gemela en vez de la tuya-Dijo riendo y yo le miré mal.

-Por muy parecidos que seáis ella ya ha elegido a una Fort, a la mejor obviamente-Dije despeinandolo, no había cosa que le diese más rabia.

-Eso te lo voy a devolver-Amenazó mientras me levantaba.

-¿Vienes abajo?, tienes que merendar-El asintió y ambos bajamos donde seguían las chicas.

-Me he encontrado un niño abandonado por los pasillos-Les dije a las chicas riendo y mi hermano me dió un colleja por detrás.

-No le pegues a tu hermana mayor, te puede salir caro-Habló Ona riendo y Héctor rodó los ojos divertido.

-Le he dicho a Héctor lo que hablamos con tu hermano, dice que él va a ser el tío guay-Expliqué riendo.

A Ona no le dió tiempo a contestar ya que yo pegué un bote de mi silla al notar agua completamente congelada caer por mi espalda.

-He dicho que te la iba a devolver-Dijo Héctor riéndose en mi cara.

-Te mato-Dije enfadada mientras él seguía riendo.

-Mido 16 centímetros más que tú, si quieres pelear te tumbo-Dijo calmando su risa.

-No vaciles tanto, se demasiadas cosas de ti, ¿Quieres que cuente que el primer día de cole tuve que ir a buscarte a tu clase porque estabas llorando y diciendo que querías ver a tu tata?-Dije contraatacando y él se calló al instante.

-Lo que callamos las hermanas mayores -Dijo Alexia riendo.

-Oye, que ser la pequeña tampoco es fácil-Se quejó mi chica.

-Alguien que me entiende, gracias cuñada-Dijo mi hermano chocando el puño con Ona.
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Parece que Ona y Júlia se han reconciliado de la mejor forma

Héctor se ha picado no va a perder el título de tío guay tan fácil

En el caso de que Júlia y Ona sean madres, claro😉






𝐂𝐀𝐑𝐏𝐄 𝐃𝐈𝐄𝐌-𝐎𝐧𝐚 𝐁𝐚𝐭𝐥𝐥𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora