XXVI

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Júlia se acercó donde estaban todos, yo seguía encima suya y tampoco tenía pensado bajarme.

-Ni un momento con mi novia puedo tener-Me quejé mirando a mi hermano.

-Le estabas comiendo el cuello en el medio de la piscina-Dijo mi hermano contraatacando.

-¡Solo ha sido un beso!-Dije subiendo el tono picandome con mi hermano.

Todos miraban la escena con una sonrisa mientras mi hermano y yo nos tirábamos pullas constantemente.

-¡Lia ven!-Gritó Enzo desde la otra punta de la piscina.

-Me reclaman-Dijo Júlia dándome unos golpecitos en el muslo para que bajase de su espalda.

Júlia nadó hasta mis primos los cuales se tiraron encima de ella en cuanto llegó, si Júlia de normal era un ángel con niños pequeños lo era el triple.

Júlia

Estaba con los dos primos de Ona, Paula estaba delante mío contándome cualquier cosa que le venía a la cabeza y Enzo estaba en mi espalda imitando la posición en la que estaba su prima hace escasos minutos.

-¿Que queréis ser de mayores?-Dije haciendo la típica pregunta que se le hacía a los niños.

-Yo quiero ser futbolista, esta temporada me voy a esforzar para que me fiche la masía y así en unos años poder debutar en el primer equipo como tú hermano-Habló el pequeño con entusiasmo aún subido a caballito.

-Yo también quiero ser futbolista, como la prima Ona, pero mis padres no se pueden permitir pagar la ficha de los dos, así que solo juega mi hermano-Contestó Paula algo cabizbaja y a mí me dió un vuelco el corazón, no sólo por el simple hecho de que lo hubiese dicho con aquella tristeza si no porque me vi a mi misma en ella.

Cuando era pequeña yo quería ser futbolista, veía a los chicos jugar en el parque e iba siempre con ellos, tenía la habitación llena de posters de Ronaldinho y Henry, mi hermano también era muy aficionado, a él lo apuntaron al equipo del barrio, a mí no ya que no había equipo femenino y según mis padres no podían permitirse inscribirme en un equipo, vi a mí hermano pequeño crecer como futbolista con orgullo al ver que cumplía su sueño, pero también con envidia ya que también era el mío.

-¿Os la puedo robar un momento?-Dijo Ona apareciendo detrás de mí y segundos después los niños desaparecieron.

Me quedé algo pensativa con las palabras de Paula, no quería que aquella niña se quedase sin cumplir su sueño como me quedé yo.

-¿Qué pasa?-Preguntó Ona dándose cuenta de que estaba algo rara.

-Paula quiere apuntarse a fútbol, tus tíos no pueden permitirse pagarselo-La cara de Ona fue de confusión absoluta.

-¿Estás segura de lo que dices?-Preguntó seria.

-Lo acababa de decir cuando has llegado-En la cara de Ona se mostraba enfado y no sabía si era con la situación o conmigo con entrometerme.

-Perdón si me he metido donde no me llaman-Me disculpé pensando que estaba enfadada por eso.

-No, tranquila, gracias por decirlo-Ninguna de las dos dijo nada y me dió un tierno beso.

En cuanto sus labios tocaron los míos escuché murmullos de dos niños pequeños no tan alejados de nosotras y Ona se giró mirándoles mal con humor.

-¿Qué pasa con vosotros?-Dijo yendo a por ellos y salpicándoles, a veces le salía esa vena de niña pequeña y me enamoraba más de ella.

Yo fui detrás y en cuanto me acerqué Enzo se lanzó encima mío, ese niño me había cogido un cariño increíble en el poco tiempo que llevaba aquí.

Paula imitó a su hermano y se subió a la espalda de Ona, minutos después pillé a Joan haciéndonos una foto, pero no dije nada.

-Júlia, tú teléfono está sonando-Dijo la madre de Ona acercándome el teléfono.

Le pedí a Enzo que bajase de mi espalda y salí de la piscina para contestar, era Marc, me quedé algo sorprendida pero obviamente lo cogí.

-La he liado-Fue lo primero que dijo cuando descolgué la llamada.

-¿Qué has hecho?-Pregunté esperándome cualquier cosa.

-Ayer en la fiesta, subí una foto contigo a las historias, me estás dando un beso en la mejilla, pero parece que nos estamos besando, estaba algo pasado de copas cuando la subí y no me di cuenta, ya la he borrado pero la ha visto muchísima gente-No supe como reaccionar, lo iba a matar, ¿como se podía ser tan inconsciente?.

-Dime porfavor que me estás vacilando-Cuando dije eso Ona se giró a mirarme confusa.

-Júlia lo siento-Se disculpó unas quince veces más pero eso no quitaba lo que había hecho, ya hasta parecía que lo hacía a propósito.

-Mira, solo hay una cosa que puedes hacer, saca un puto comunicado desmintiendo todo o lo que sea, pero no quiero que este tema me siga tocando los ovarios, ¿estamos?-Dije bastante cabreada ya con el tema.

Marc aceptó mi propuesta y después de volver a pedirme perdón colgó, me volví a meter en la piscina y Ona me miraba esperando alguna explicación.

-Marc ha subido una foto en la que parece que nos estamos besando-La cara de Ona fue un plano y lo entendía perfectamente.

No tuve que explicar más ya que lo había escuchado todo, simplemente se acercó a mí y me abrazó, sabía que ella al igual que yo estaba harta de aquello.

Cuando comenzó a oscurecer un poco todos salimos de la piscina, nos volvimos a vestir y nos quedamos en el salón hablando, obviamente como había estado pasando todo el día, tenía a Enzo en mi regazo, aquel niño se estaba ganando mi corazón muy rápido.

-Enzo deja a la pobre Júlia respirar-Le dijo su madre al ver que no se separaba de mí.

El niño no hizo caso y se quedó ahí hasta que tuvimos que irnos, esperó hasta el último momento para despedirse de nosotras.

-Adeu Lia-Dijo abrazado a mí pierna y a mí se me derritió el corazón.

Paula también se despidió de mí con un fuerte abrazo, todavía no se me olvidaba lo que había dicho en la piscina y sabía que a Ona tampoco.

Ona condujo hasta su casa, paró en la puerta de su casa, me miró intentando saber si me quedaría con ella o no.

-Tienes partido mañana, tienes que descansar-Dije pensando en ella antes que en mí, aunque quisiera quedarme.

-Te aseguro que descanso mejor contigo Lia-Reí por como me había llamado, y con la mirada con la que me lo dijo me convenció para quedarme.

Entramos a su casa de la mano y después de ponernos el pijama fuimos directas a la cama, Ona me abrazó por la cintura y se apoyó en mi pecho, como ya era habitual comencé a acariciar su brazo y poco a poco noté como su respiración se hacía más pesada y su cuerpo se relajaba.
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Más momentos familiares pero no sin un poco de drama, nunca puede faltar.

Al parecer a Júlia se le ha quedado el mote que le ha puesto Enzo.

Estoy pensando en hacer una historia con Alexia, un enemies to lovers más concretamente, no tengo muy claro si hacerlo o no pero la idea está ahí 😉

𝐂𝐀𝐑𝐏𝐄 𝐃𝐈𝐄𝐌-𝐎𝐧𝐚 𝐁𝐚𝐭𝐥𝐥𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora