LXI

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1 año y dos meses después
Júlia

Quedaba una semana para la boda, había sido un acierto aplazarla hasta ahora, nuestra relación se había consolidado muchísimo más sobre todo gracias a la pequeña que teníamos en casa, estábamos en la etapa en la que empezaba a aprender las cosas primordiales, empezó a andar hace unos meses, todavía no lo hace muy segura, pero cuando coge confianza no para quieta, también aprendió algunas palabras, obviamente todavía no era capaz de formular una oración entera, pero sabía hacerse entender.

Su primera palabra fue “mama” cosa que nos hizo muy feliz a las dos, la siguiente fue algo más curiosa, y como culpables teníamos a sus dos tíos, y a todas sus titas, mi hija se pasaba todo el santo día diciendo “Barça” por la casa, posiblemente no sabía ni el significado pero le había cogido el gusto a la palabra.

Hoy habíamos quedado cada una con nuestras amigas para ver nuestros respectivos vestidos, Nora se quedaría con Héctor y los chicos, cosa que me daba bastante miedo, Ona se fue con Alexia, Jana, Mapi e Ingrid, mientras que yo me fui con Olga, Jill, la cual se quedaría aquí hasta el día de la boda y Alicia, que haría lo mismo que Jill.

Tenía claro qué vestido iba a llevar el día de la boda, pero quería saber la opinión de mis amigas, y también quería elegir el vestido para cuando acabase la ceremonia y empezase la fiesta.

-Dios santo Júlia, pareces una princesa -Dijo Olga al verme salir con el vestido puesto y yo reí avergonzada.

-Es hermoso y capta perfectamente tu esencia, a Ona se le va a caer la baba-Añadió Alicia con una sonrisa.

Mis amigas subieron haciéndome cumplidos al nivel de acabar sonrojándome, cosa que a las capullas les hizo gracia, buscar el vestido para después tampoco fue muy complicado, opté por uno blanco ajustado con escote cruzado, en los pies llevaría unos tacones al principio y luego mis Air Jordan 1 mid negras de siempre, no iba a estar toda la noche con unos tacones ni de coña.

Después de terminar de elegir y que me dejase un riñón en todo salimos de la tienda y nos dirigimos a mí casa, no sin antes pasar por la que seguían compartiendo Héctor y Marc para recoger a Nora.

-¡Mami!-Dijo la pequeña emocionada correteando hacía a mí, yo me agaché a recibirla y la elevé para cogerla en brazos.

-Os estáis pasando ya eh, tiene más camisetas de fútbol que normaled-Dije viendo que mi hija llevaba una camiseta nueva del Barça con el dorsal de Lamine.

-¿Y lo malo?-Preguntó el más joven haciéndonos reír a todos.

-Gracias por quedaros con ella-Dije agradecida antes de irme.

-Siempre que lo necesites nos quedamos con esta renacuaja-Dijo Héctor haciéndole cosquillas a Nora.

-¿Tienes ya traje para la boda?-Le pregunté ya casi fuera de la casa.

-Que va, iré con la camiseta del Barça supongo-Contestó vacilando y supe que al decir eso mi hermano me la acababa de liar.

-¡Barça!-Gritó mi hija entre risas.

-Te mato, ahora no parará de decirlo en todo el día-Dije regañando a mí hermano y el río.

Héctor dejó un beso en mi mejilla y en la de su sobrina y salimos de allí, llegamos a casa y las demás todavía no estaban, sabía que Ona era bastante indecisa con estas cosas así que le estaría costando la vida encontrar el vestido perfecto.

Unas horas después la puerta se abrió y Nora corrió hacía ella sabiendo que la que iba a entrar era su madre, como hizo conmigo en cuanto la vio saltó a sus brazos.

𝐂𝐀𝐑𝐏𝐄 𝐃𝐈𝐄𝐌-𝐎𝐧𝐚 𝐁𝐚𝐭𝐥𝐥𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora