LXIV

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Júlia

Después del beso todos comenzaron a aplaudir, tuve que hacer de nuevo el camino hasta la entrada, pero ahora con mi mujer al lado, ahora había un pequeño pica pica y una fiesta familiar, la fiesta de verdad venía después.

Ona y yo nos cambiamos y nos pusimos unos vestidos elegantes pero más cómodos, cuando volvimos todos ya estaban atracando la comida.

Fuimos directas hacía nuestra familia, los niños jugaban algo apartados de los demás, pero cuando el primo de Ona me vio llegar corrió hacia mí, lo que me quería ese niño no era normal.

-Estabas preciosa-Dijo Enzo entusiasmado.

-Tu más con este smoking-Dije revolviendole el pelo.

Enzo me pidió que lo levantase como solía hacer siempre, el niño ya tenía diez años así que me iba a costar, pero si podía levantar a su prima podía levantarlo a él, se subió a caballito, me daba igual si no era momento para comportarme así, cuando había niños yo era una más y me lo quería pasar bien.

-Alguien está celosa-Dijo Ona llamando mi atención y cuando giré la cabeza vi a Nora mirándome con cara de enfada.

-Igual de celosa que la madre ha salido -Dije riendo y Ona se hizo la ofendida.

El enfado se le pasó cuando Alexia y Mapi fueron a jugar con ella, en ese momento se le olvidó que estábamos todos allí.

Un rato después apareció la hermana del mono que tenía en mi espalda con algo de nervios.

-Lia, tengo una cosa que decirte-Dijo jugando con sus manos.

-Puedes decirme lo que quieras-Dije escuchándola atenta.

-Me quieren fichar en el levante las planas, ¿Debería aceptar?-Preguntó nerviosa y yo sonreí por la noticia.

-Lo que tú quieras, si tú prefieres el equipo en el que estás ahora quédate si no prueba en el levante, para tomar decisiones así solo tienes que escuchar lo que te dice el corazón-Le dije sincera y ella sonrió abrazándome.

-Eres la mejor-Dijo feliz y acto seguido fue a darle la noticia a Ona.

Cuando el pica pica terminó empezó la música, no era música tranquila, era música a nuestro nivel y al de nuestros invitados, los cuales la gran mayoría eran futbolistas que amaban la fiesta.

Ona y yo fuimos en busca de Nora y bailamos las tres juntas, la pequeña se lo estaba pasando genial, y eso nos hacía inmensamente felices a las dos.

-Te la robo un momento-Le dijo mi hermano a Ona mientras me cogía del brazo.

-¿Que quieres?-Le pregunté sabiendo que tramaba algo.

-Puede que haya apostado a tu costa-Dijo con una sonrisa con la que parecía que no había roto un plato en su vida.

-¿Qué tengo que hacer?-Pregunté rodando los ojos y el río.

-¿Te acuerdas del uno contra uno en tu casa con Fermín?, pues tienes que repetirlo-Reí ante su explicación y fui donde estaban los chicos.

Cuando me acerqué ya tenían el balón preparado, no sé si eran más niños ellos o los niños de verdad.

-Antes de empezar, ¿Has apostado que gano o que pierdo?-Le pregunté a mi hermano y él simplemente encogió los hombros dejándome con la duda.

Era al mejor de 3, valían goles en una pequeña portería de plástico que había y caños, nos tiramos unos diez minutos empatados, el tenía bastante ventaja ya que no iba con un vestido, pero aún así le volví a hacer lo mismo que la última vez, amague y caño, todos los chicos tuvieron la misma reacción, me elevaron al aire y yo sentí que en cualquier momento me iba a caer, después empezaron a vacilar a Fermín.

-Me debes diez pavos-Le dijo mi hermano a Gavi mientras reía.

-Yo quiero cinco de esos diez-Dije riendo mientras me alejaba de aquella panda de cafres.

-Impresionante-Habló Alexia con orgullo cuando llegué donde estaban ellas.

-Mi mujer es la mejor lateral del mundo, algo he aprendido-Dije dándole algo de mérito a Ona la cual sonrió y me abrazó de costado.

-¿Cuando empieza la fiesta de verdad?-Preguntó Mapi con una copa de champán en la mano.

-Cuando oscurezca y se vayan los niños-Contestó Ona sonriente.

Nora se quedaría en casa de los padres de Ona esta noche para que nosotras pudiéramos disfrutar de la verdadera fiesta, cuando se tuvieron que ir Nora ya estaba dormida, se la llevaron en el coche y todos los que nos quedábamos a la fiesta fuimos a la parte de discoteca donde íbamos a disfrutar de verdad.

-Aquí está mi compañera de copas-Dije pasando un brazo por los hombros de Cata.

-Olga, controlalas que tú no bebes mucho-Cata y yo nos aguantamos la risa ante ese comentario de Alexia, si la capitana viese cómo se ponía su novia cuando salíamos de fiesta solas no nos dejaría a su cargo.

Ona

Las horas pasaban y Alexia y yo solo podíamos reír viendo cómo nuestras parejas cantaban y bailaban, llevábamos unas dos horas allí y dos horas que se habían tirado bebiendo.

-¿Cuánto llevas sin beber?-Me preguntó Alexia llevándose una copa a los labios.

-Desde que se quedó embarazada-Contesté haciendo lo mismo.

-Pues lo está compensando eh-Miré a Júlia y vi como iba, quizás era hora de que parase un poco.

-A ver borracha, vamos a sentarnos un rato-Dije quitándole la copa y sentándola en un sofá que había.

-¿Te has enfadado?-Preguntó con miedo.

-Que va, solo que no quiero que te entre un cómo etílico-Contesté para después beber un poco de su copa.

-Coño, ¿Que lleva esto?-Dije con cara de asco.

-Vodka, ginebra y Fanta de limón-Contestó intentando coger su copa pero yo se la aparté.

-Esto de fanta lleva un 5% máximo, es puro alcohol-Dije aún notando el sabor de la copa, estaba asqueroso.

-Oye,no te lo he dicho antes, pero estabas guapísima, es que al verte tan guapa no me salían las palabras-Dijo con una sonrisa sincera y a mí se me derritió el corazón, cada cosa bonita que saliese por su boca me volvía loca.

-No se si lo dices porque estás borracha o porque lo piensas de verdad-Hablé riendo y ella se puso seria.

-Ya no estoy tan mal, y los digo de verdad, estabas guapísima, bueno, eres guapísima, cada día más-Me sonrojé al instante cuando dijo eso.

-No se que contestar cuando me dices estás cosas-Dije con una risa nerviosa.

-No hace falta que digas nada-Tras decir eso me besó, un beso que si no hubiese tanta gente delante posiblemente habría terminado en otra cosa.

Esa otra cosa la terminamos haciendo ya en casa, al final las dos terminamos borrachas y cuando mezclas el alcohol con la lujuria se convierte en una bomba de relojería.

El dolor de cabeza de la mañana siguiente era una mierda, pero valió totalmente la pena, me desperté sin voz, no sé si por la fiesta o por lo que pasó después, pero parecía chucky, al parecer no era la única con ese problema ya que Júlia se despertó igual, hablé con mis amigas y todas tenían la voz bien, definitivamente era por lo que habíamos hecho después de la fiesta.
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Júlia de fiesta es un descontrol absoluto.

Ahora sí que sí, creo que el siguiente capítulo será el último😞

𝐂𝐀𝐑𝐏𝐄 𝐃𝐈𝐄𝐌-𝐎𝐧𝐚 𝐁𝐚𝐭𝐥𝐥𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora