XXXVII

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Ona

No sabía ni a donde estaba yendo, iba sin rumbo, decidí llamar a Alexia para que me viniese a buscar ya que se hacía tarde y no era plan de quedarme en la calle sola en una ciudad que no conocía.

Obviamente mi amiga me vino a recoger, no hablé en todo el camino, ella sabía que algo había pasado, pero no sé atrevía a preguntar, la que sí lo hizo fue Jana en cuanto puse un pie en su habitación de hotel.

-¿Qué ha pasado?-Preguntó entre curiosa y preocupada.

-Júlia me ha sido infiel-Dije notando como las lágrimas volvían a mis ojos, las dos se quedaron boquiabiertas sin saber qué decir.

-¿Cómo te has enterado?-Preguntó Alexia aún flipando.

-Había un sujetador en su baño, no era suyo, era de la rubia de los cojones-Expliqué con rabia.

-Tía, ¿Estás segura de que te ha puesto los cuernos?, no digo que no sea sospechoso, pero tal vez has interpretado las cosas mal -Dijo Jana dejándome algo pensativa.

-Jana tiene razón, esto es algo que tienes que hablar con ella y no huir, quizás hablando entiendes muchas cosas-Añadió Alexia dejándome con más dudas.

¿Lo había malinterpretado?, empecé a repasar todo lo que había pasado, no le dejé explicarse, vino detrás de mí cuando salí de su casa y yo le di una bofetada, ni yo sé cómo me atreví a ponerle una mano encima a Júlia, empecé a arrepentirme de todo, lo más probable era que ya no hubiese vuelta atrás y que Júlia me hubiese hecho la cruz para siempre.

-Joder, la he cagado, ahora me va a odiar-Dije escondiendo la cara entre mis manos.

-Arrepintiendote no haces nada, llámala-Propuso Alexia seria.

-No creo que me lo coja-Dije con miedo y Jana sacó su teléfono.

Buscó el contacto de Júlia y la llamó, yo estaba muy nerviosa, a saber cómo estaba, quizás no quería saber nada más de mí después de lo que había pasado.

-Hola Jana-Saludó con la voz algo apagada, aunque me di cuenta rápido de que iba borracha.

-Júlia, ¿estás bien?-Preguntó mi amiga preocupada al darse también cuenta de que había bebido.

-Ona se ha ido, piensa que le he puesto los cuernos, te juro que no lo he hecho, nunca le haría eso a Ona, nunca le haría eso a la persona que amo-Al escuchar eso y como se le rompía la voz al decirlo mi corazón se partió en dos.

Después de eso no me lo tuve que pensar más, le pedí las llaves del coche a Alexia y volví hasta su casa, no sabía cómo iba a reaccionar, pero después de escuchar eso necesitaba disculparme.

-Ona…-Dijo impactada al abrir la puerta.

No se podía aguantar en pie, porque estaba apoyada en el marco de la puerta si no se caía de culo, me dejó pasar y vi en la mesa una botella de a saber que con más de la mitad terminada.

-¿Te lo has bebido todo ahora?-Pregunté con preocupación.

-Lo siento…joder, no paro de hacer las cosas mal-Dijo aguantándose las ganas de llorar.

-No has hecho nada mal, he sido yo la que se ha montado una película en la cabeza y después te he tratado como el culo, soy yo la que tiene que pedir perdón-Dije acercándome a ella.

-¿Sabes que cuando me despierte no me voy a acordar de lo que me estás diciendo, verdad?-Dijo seria pero yo escondí una risa.

-Necesitas descansar-Dije acercándome más y cuando lo hice se dejó caer contra mí.

Con dificultad la llevé a su cama y la tumbé para que pudiese dormir y sobre todo dejar de beber.

-¿Te puedo hacer una pregunta?-Dijo cuando ya estaba saliendo y tuve que volver donde ella.- ¿He hecho algo mal para que desconfiaras de mí?-Aquella pregunta me mató, se culpaba de lo que había pasado cuando había sido solo mi culpa.

-No, te lo prometo, ahora duerme-Dejé un beso en su frente y me fui al comedor.

Recogí las cosas que tenía por medio y me senté en el sofá, rato después me empezó a entrar el sueño, no sabía si Júlia querría dormir conmigo así que me quedé en el sofá.

Júlia

Me desperté con un dolor de cabeza brutal, no me acordaba de nada, lo último que recordaba era haber estado en llamada con Jana, de ahí para adelante no sabía nada.

Me sorprendí al ver a Ona dormida en mi sofá, al verla comencé a recordar un poco, si no recuerdo mal vino a pedirme perdón por lo que había pasado, me había tratado bastante mal pero entendía su posición y además era incapaz de enfadarme con ella.

Preparé mis características tostadas y me senté, Ona no tardó mucho en abrir los ojos, al principio la noté algo cortada y decidí hablar.

-En la cocina tienes toast mit Schinken-Ella frunció el ceño y yo reí.

-¿Qué tengo que?-Preguntó confundida aún con voz de dormida

-Tostadas con jamón-Ella se levantó y fue a por el plato de tostadas que le había dejado el la cocina.

-Júlia, lo siento…-Dijo al sentarse, le notaba en la voz que tenía algo de miedo por mi reacción.

-Lo sé, entiendo que reaccionaras así, yo también lo habría hecho, pero no me dejaste explicarte la verdad-Ella agachó la cabeza ante eso y yo seguí hablando- Alicia es mi amiga y se quedó aquí a dormir el domingo porque le estaban pintando el piso, cuando se fue a duchar posiblemente se dejó el sujetador, eso es todo.

-Esque te vi muy cercana con ella, me puse celosa y al ver eso en el baño me emparanoie muchísimo-Explicó mirándome a los ojos para que yo viera que lo decía con sinceridad.

-Alicia es así conmigo, pero si a ti te molesta le diré que pare, tú vas por delante de cualquiera-Dije desde el corazón sin romper el contacto visual.

-Te quiero-Tras decir eso se acercó más a mí y yo tomé su cara para juntar nuestros labios en un beso delicado.

-Prometeme que antes de pensar cosas que no son me preguntarás-Dije separándome y ella asintió.
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Ha sido todo una falsa alarma, la comunicación es la clave en todas las parejas.

Que no se nos olvide que Ona tiene que volver a España y que se volverán a separar.

𝐂𝐀𝐑𝐏𝐄 𝐃𝐈𝐄𝐌-𝐎𝐧𝐚 𝐁𝐚𝐭𝐥𝐥𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora