XXXXII

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Después de aquella pequeña conversación volvió a lo que estaba haciendo, no me hizo esperar mucho más y de pronto noté como los labios que hace segundos estaba en mi boca ahora estaban en mi punto íntimo, yo movía las caderas intentando acompañar sus movimientos, este era otra gran talento de Júlia, hacía el amor como si estuviese poseída por el mismísimo Eros.

Yo gemía por cada movimiento que hacía sobre mi centro, fuese con la boca o con los dedos, al fin y al cabo lo que me hacía sentir aquel placer era que fuese ella quién los hacía.

Todos mis músculos se contrajeron cuando noté que llegaba al límite, intenté aguantarme para disfrutar el mayor tiempo posible pero después de unos segundos me fue imposible.

-Te quiero-Le dije cuando llegó a mi altura.

-¿Solo me quieres por el sexo?-Dijo vacilando y dejando un beso en mis labios.

-Eres más tonta a veces-Me quejé dándole un pequeño golpe en el brazo.

-Pues esta tonta te acaba de meter un polvazo el cual has disfrutado de principio a fin-Dijo volviendo a besarme y yo me quedé alucinado con lo que había dicho.

-Eres una burra-Dije riendo y ella me acompañó con otra risa.

-Así me quieres-Dijo chuleando.

-Solo por el sexo-Vacilé ganándome una colleja.

-Entonces, si lo nuestro es solo sexo, ¿puedo quedar con otras?-Preguntó sabiendo exactamente lo que estaba haciendo.

-No juegues con fuego Fort-Dije seria poniéndome sobre ella.

-Me encanta hacerte rabiar-Dijo riendose en mi cara.

-Esque sabes perfectamente cómo hacerlo-Dije para después volver a besarla, no me iba a cansar nunca de sus labios.

No hicimos nada más, de hecho la pobre tuvo que dormir conmigo encima ya que fui la primera en dormirme, cuando desperté estaba tapada con una fina sábana todavía sin ropa, Júlia no estaba en la cama, pero escuchaba ruidos en la cocina así que no me preocupaba.

-Ostia, no pensaba que se iba a marcar tanto-Dije al llegar al salón y ver el chupetón que había en su bíceps.

-Me molesta lo más mínimo, además tú también tienes alguno-Dijo con una risa señalado mi clavícula, cuando miré efectivamente había rastro de que por ahí había pasado Júlia.

No estuvimos mucho rato más juntas, hoy Júlia se iba con los chicos todo el día, yo iba a aprovechar para comenzar a hacer mis maletas, ya que en pocos días empezaban los entrenamientos con la selección para las olimpiadas en París.

Júlia

-Te lo pasaste bien anoche eh-Dijo Lamine señalando mi brazo donde había un chupetón.

-No sabes cuanto-Dije mirando a mi hermano, sabía que estas cosas no le gustaban nada.

-Porfavor, prefiero no hablar sobre la vida sexual de mi hermana mayor-Se quejó con una risa.

-Esque si tenemos que hablar de la tuya estaríamos todos callados-Vacilé yo causando la risa de todos y él se hizo el dolido.

En ese momento estábamos tomando algo en un bar pero rato después estábamos en el mismo sitio en el que acabábamos siempre, mi piscina.

-Dile a Ona que venga-Propuso Lamine antes de meterse al agua.

-Esto es una tarde de chicos plus Júlia, no quiero sujetar velas-Se quejó Héctor ya dentro.

-Eres un cuñado de mierda-Atacó Marc dándole una colleja a Héctor.

-Esque todavía no me acostumbro a que mi hermana tenga novia-Explicó Héctor y yo negué con la cabeza.

-Pues ya va siendo hora, llevamos casi medio año juntas-Dije yo mientras cogía el teléfono, obviamente para llamar a mí chica la cual aceptó el plan.

Todos estaban dentro del agua, pero yo me quedé fuera esperando a que Ona llegase, unos veinte minutos después el timbre sonó.

-Gracias por invitarme, estaba hasta el coño de las maletas-Dijo resoplando y yo reí.

-Dale las gracias a Lamine, ha sido su idea-Dije llevándola hasta la habitación para que se cambiase.

-¿Lamine piensa en mí antes que tú?, me parece muy feo-Habló haciéndose la víctima exageradamente.

-Que dramática-Me quejé sacando el bañador.

-Puedes quedarte, no me va a incomodar que me veas desnuda, he dormido así encima tuyo-Dijo riendo cuando yo iba a salir para dejarle privacidad, ella tenía razón pero era algo que me salía solo.

No tardó en cambiarse, me provocó de todas las maneras que encontró, y en ese momento en lo último que pensaba era en meterme en la piscina, cuando terminó fui a besarla y la cabrona me hizo una cobra dejándome ahí, salió de la habitación y fue directamente a la piscina, eso le iba a salir caro.

-¿Me has hecho una cobra?-Dije al llegar a la piscina y ella se rió de mí.

-Uhh, pelea de pareja-Dijo Lamine con humor.

Ona no dijo nada y me guiñó un ojo vacilando, yo me metí al agua y fui directamente a por ella, mis amigos y hermano solo reían ante eso.

-Ves cómo íbamos a estar de sujetavelas-Dijo mi hermano mientras reía.

-Buscate novia y cállate-Dije yo mientras nos acercábamos a ellos.

Creo que fue bastante mala idea juntarlos a todos, estuvieron todo el rato hablando de fútbol, de cómo veían las olimpiadas
,etc.

-¿Irás a los partidos de Ona o a los míos?-Preguntó mi hermano curioso.

-Estaré en los amistosos del Borussia, no podré ir a París, tengo que trabajar-Dije con algo de pena ya que me hacía mucha ilusión poder ir a ver a cualquiera de los dos.

-Como odio que vivas en Alemania-Se quejó mi hermano resoplando.

-Bienvenido al club-Dijo Ona abrazándome por detrás.

-Mi contrato con el Borussia es solo una sustitución a mitad de temporada ya no trabajaré allí-Todos se sorprendieron ante esa información ya que ninguno la sabía.

-¿Volverás a España?-Preguntó Ona entusiasmada.

-Eso intentaré-Mi chica me abrazó más fuerte y los chicos comenzaron a celebrar, no podían ser más críos.

Ona

Enterarme de que Júlia volvería a España a mitad de temporada fue la mejor noticia de mi vida, justo por esas fechas haríamos un año así que tenerla conmigo sería espectacular.

Los días siguientes no hicimos nada especial, nos quedamos en casa la mayoría del tiempo haciendo nuestras cosas, el último día lo pasamos completamente pegadas la una a la otra, su vuelo salía por la mañana y el mío por la tarde así que en un día estuve dos veces en el aeropuerto, la despedida no fue tan triste como la primera vez, cuando se fue a Alemania por primera vez yo tenía bastante miedo de que algo cambiase o de que no volviese nunca, pero ahora sabía que el amor que nos unía era inquebrantable y que en solo cinco meses volvería a tenerla aquí cada día.
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Júlia vuelve a Alemania, ¿Que pasará con Alicia?

Lamine es literalmente el hijo de Ona y Júlia.

𝐂𝐀𝐑𝐏𝐄 𝐃𝐈𝐄𝐌-𝐎𝐧𝐚 𝐁𝐚𝐭𝐥𝐥𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora