Capítulo 17

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El día siguiente amaneció soleado y prometedor. Alice, Cate y Chloe se despertaron temprano, llenas de emoción por su próximo destino. Después de un desayuno ligero, pasaron la mañana recorriendo la ciudad una vez más, sabiendo que esa noche volarían finalmente hacia la isla de sus sueños: Bora Bora.

Al anochecer, regresaron al hotel para recoger sus maletas y dirigirse al aeropuerto. El vuelo nocturno fue tranquilo, y las tres mujeres aprovecharon para descansar, arrulladas por el suave zumbido de los motores del avión. Aterrizaron en Bora Bora a la 1 de la tarde, ansiosas por explorar este paraíso tropical.

—Por fin llegamos a nuestro destino.

—Estaba tan aburrida de volar seguidamente —dijo Alice haciendo una morisqueta de desagrado y cansancio.

—Dímelo a mí —dijo Cate, aunque ya no le daba tanta ansiedad viajar en avión, gracias a que Alice había aplicado técnicas de psicología conductual en ella para superar su miedo a volar.

El calor tropical y el aire salado las recibieron al salir del aeropuerto. Un colectivo las esperaba para llevarlas a los overwater bungalows. El viaje en el colectivo les permitió ver las impresionantes vistas de la isla: playas de arena blanca, aguas turquesas y exuberante vegetación.

—¡Es hermoso! Deberíamos venir a ver las artesanías que hay —dijo Cate anonadada mirando por la ventana del auto.

—¡Sí! —dijeron ambas chicas.

Al llegar a los bungalows, fueron recibidas con una cálida bienvenida. Cada una tenía su propia habitación en esos encantadores bungalows sobre el agua, lo que les proporcionaba la privacidad y el confort que tanto deseaban. Dejaron sus maletas y, sin perder tiempo, se dieron una ducha rápida para refrescarse.

Alice, Cate y Chloe se pusieron sus bikinis y vestidos ligeros, listas para su primera aventura en la isla. Decidieron almorzar en el restaurante del complejo, donde se deleitaron con una deliciosa comida mientras disfrutaban de las vistas al océano.

—Este lugar es increíble —dijo Chloe, admirando el paisaje.

—Es como un sueño hecho realidad —añadió Alice, mirando a Cate con una sonrisa—. Quiero casarme en este lugar algún día.

Cate tose ante tal comentario y las chicas ríen.

—Al parecer quedaste muy enamorada del lugar… —dijo Chloe de forma pícara a su amiga—. Ahora solo falta buscarte una pareja.

—Chicas, basta, están jóvenes para eso, disfruten la vida —exclamó Cate, nerviosa y molesta al pensar que Alice podría estar con alguien más que no fuera ella.

—Mamá, es una broma, además no es algo que aún pasará, ¿cierto Alice?

—Estás en lo cierto, amiga —sentenció burlonamente Alice.

Después del almuerzo, caminaron hacia la playa cercana. El agua estaba cálida y cristalina, perfecta para un baño refrescante. Se sumergieron en el mar, riendo y jugando como niñas. La sensación de libertad y felicidad era palpable en el aire.

— No puedo creer lo hermosa que es esta playa — comentó Cate, flotando en el agua.

— Y apenas hemos comenzado a explorar — respondió Alice, sonriendo.

Cate no dejaba de ver el trasero de Alice, le parecía tan grande, quería tenerlo en su cara, era una pervertida de lo peor. Por otro lado, Alice le pasaba lo mismo que a la rubia, solo que con todo el cuerpo de Cate, la enloquecía pero ambas tenían que disimular.

— Cariño. — Cate se acercó a Alice amistosamente para que su hija no se diera cuenta de nada. — ¿No crees que ese bikini muestra demasiado?

Alice rió y dijo. — Claro, es la idea, estamos en la playa. — la castaña tenía un bikini amarillo de dos piezas,  la cual la de abajo era muy delgada en la parte de atrás.

Emergency de un romance Donde viven las historias. Descúbrelo ahora