Al día siguiente, Cate se despertó temprano sintiendo la ausencia de Alice a su lado. Sabía que su esposa estaba en el hospital trabajando. Se dirigió al baño y se dio una ducha rápida. Se puso ropa cómoda, un vestido azul suelto y unas sandalias, y se preparó algo de comer: un tazón de avena con frutas y un jugo de piña. Después de desayunar, se dirigió a la clínica para realizarse la ecografía y ver cómo estaban sus hijos. El viaje en coche fue tranquilo, aunque Cate no podía evitar sentir un poco de nerviosismo, era un día importante y esperaba encontrarse con Alice allí. Cuando llegó a la clínica, se dirigió directamente al área de ginecología. Sentada en la sala de espera, no podía dejar de acariciar su vientre, sintiendo los suaves movimientos de los bebés. Su gran panza era evidente, mostrando orgullosamente la gestación avanzada de sus pequeños. Después de unos minutos, la puerta de la sala se abrió y Alice apareció con una sonrisa en el rostro.
— ¡Cariño! — exclamó Cate, levantándose para abrazar a Alice.
— Hola, amor. — Alice la besó tiernamente. — ¿Lista para ver a nuestros pequeños?
— Más que lista — respondió Cate, tomándola de la mano mientras se dirigían a la sala de ecografías.
La doctora Mar Sloan les dio la bienvenida y comenzó a prepararse para la ecografía. Cate se recostó en la camilla, y Alice se quedó a su lado, sosteniendo su mano.
— Muy bien, Cate. Vamos a ver cómo están esos bebés. — La doctora Sloan aplicó el gel sobre el vientre de Cate y comenzó a pasar el transductor.
La pantalla cobró vida y las imágenes en blanco y negro mostraron a sus dos bebés moviéndose dentro de Cate. Los latidos de sus corazones resonaron por toda la sala, llenando de emoción a ambas mujeres.
De repente, la doctora puso una cara de evidente sorpresa. Cate y Alice la miraron preocupadas.
— ¿Qué pasa, doctora Sloan? — Preguntó Alice, apretando la mano de Cate.
La doctora sonrió, aún sorprendida.
— Ya no son dos niños… ¡son tres!
Ambas mujeres se quedaron mirando la pantalla, incrédulas. Cate sintió un nudo en el estómago y Alice quedó en shock.
— ¿Tres? — Cate apenas pudo susurrar.
— Sí, tres. — La doctora asintió, señalando la imagen en la pantalla donde se veían claramente los tres pequeños.
El silencio llenó la habitación mientras ambas procesaban la noticia. Cate comenzó a respirar con dificultad, sintiéndose abrumada. Alice, aún en shock, intentó tranquilizarla.
— Cariño, respira. Todo estará bien. — Dijo Alice, aunque su propia voz temblaba.
Después de unos momentos, salieron del trance y se miraron con una mezcla de asombro y alegría.
— Tres bebés... — Alice murmuró, finalmente sonriendo. — Vamos a tener tres bebés.
Cate asintió lentamente, tratando de calmarse.
— Sí, tres. — Repitió, empezando a sonreír también. — Vamos a ser una gran familia.
La doctora Sloan se aclaró la garganta y les preguntó:
— ¿Les gustaría saber el sexo de los bebés?
Cate y Alice intercambiaron miradas emocionadas.
— ¡Sí, por favor! — exclamó Alice.
La doctora movió el transductor lentamente, observando con atención la pantalla.
— Bueno, parece que uno de los bebés es un niño. — Dijo con una sonrisa.
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Emergency de un romance
RomantizmEn el corazón del Reino Unido, en la pintoresca ciudad de Cotswold, se desarrollará una historia cautivadora entre la renombrada doctora Cate Blanchett y su alumna Alice Evans. La doctora Blanchett, una eminente académica, ha dedicado su vida a la m...