Capítulo 32

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Cate estaba en la cocina, preparando algo de comer para distraerse. Su teléfono vibró con un mensaje de Alice.

— Hola, Cate. Solo quería decirte que te extraño. Espero que estés bien.

— Hola, Alice. También te extraño mucho. Estoy bien, solo deseando verte.


Estos intercambios simples le daban a Cate un poco de consuelo en medio de la tormenta emocional. Sintió la necesidad de escuchar la voz de Alice, así que la llamó. No sabía que John aún estaba en la casa, escondido en un rincón del pasillo, escuchando en silencio.

— Hola, Cariño — dijo Cate al teléfono, su voz suave y cariñosa.

— Hola, preciosa. Te he echado tanto de menos hoy — respondió Alice desde el hospital, tratando de mantener su voz baja para que Amanda no la oyera.

— Yo también te extraño, Alice. Necesito verte, sentirte cerca. Esta mañana ha sido muy difícil — confesó Cate, dejando escapar un suspiro de alivio al escuchar la voz de su amada.

— Me encantaría estar contigo ahora mismo, abrazarte y hacer que olvides todo lo malo — dijo Alice con un tono apasionado. — Sabes cuánto te deseo, Cate. Eres todo para mí.

— Y tú para mí, Alice. Cada día me haces sentir más viva. No puedo esperar para estar juntas otra vez, para sentir tus labios en los míos — respondió Cate, su voz llenándose de emoción y deseo.

John, que estaba escondido y escuchando todo, sintió una oleada de rabia. Su rostro se contorsionó en una mueca de celos y odio, pero se mantuvo en silencio, escuchando cada palabra con atención.

— Sabes que te adoro, ¿verdad? — dijo Alice, tratando de mantener la calma a pesar de la pasión que sentía. — No puedo dejar de pensar en ti.

— Lo sé, y yo a ti. No sabes cuánto me has ayudado a ser más fuerte. Gracias por estar siempre ahí para mí — respondió Cate, sintiendo una mezcla de amor y gratitud.


John, sin querer escuchar más, salió sigilosamente de la casa sin que Cate se diera cuenta. Se prometió a sí mismo que encontraría una manera de recuperar el control sobre ella.

— Tengo que volver al trabajo ahora, pero hablamos más tarde, ¿de acuerdo? Te quiero, Alice — dijo Cate, tratando de ocultar la tristeza en su voz.

— Te quiero también, Cate. Mantente fuerte. Estamos juntas en esto — respondió Alice antes de colgar.


Mientras tanto, Alice regresó a sus pasantías, donde Amanda, el monstruo narcisista de su hermana, no perdía oportunidad para criticarla.

— Alice, ¿dónde estabas? ¿Crees que puedes perder el tiempo mientras hay pacientes que necesitan atención? — espetó Amanda con severidad.

— Lo siento, Amanda. Solo tomé un breve descanso — respondió Alice, tratando de mantener la calma.

— Más te vale concentrarte. Tenemos una cesárea programada y necesito que estés en tu mejor forma — dijo Amanda, dándole una mirada que mostraba su desdén.

Alice asintió y se dirigió al quirófano, enfocándose en su trabajo. Sabía que necesitaría toda su concentración para manejar el día y apoyar a Cate en su lucha.

Cate aún estaba en la cocina, tratando de calmarse después de la llamada con Alice y la tensa situación con John, cuando escuchó la puerta principal abrirse. Chloe había llegado a casa. Al verla entrar, Cate sintió una mezcla de alivio y enojo.

Emergency de un romance Donde viven las historias. Descúbrelo ahora