Capítulo 20

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Cate se había dado cuenta de que haría cualquier cosa por ver la sonrisa de Alice, y eso conllevaba hacer cosas románticas, algo que nunca había hecho antes. Llevaban tres días en Bora Bora y, por fin, iban a una fiesta en la isla, rodeadas de luces brillantes, música vibrante y la suave brisa marina. Cate observó a Alice mientras se reía con Chloe. La conexión entre ellas era palpable, pero la sonrisa de Alice tenía un efecto particularmente devastador en Cate.

Con el corazón latiendo rápido, Cate se acercó a Alice con una copa en la mano. — Amo la violencia con la que tu sonrisa me destruye la rutina. — dijo Cate, su voz firme pero llena de emoción. Alice la miró con sorpresa y luego sonrió de nuevo, esa sonrisa que desarmaba a Cate completamente.

Chloe, ajena a la tensión creciente entre las dos mujeres, propuso que fueran a la barra a probar unos tragos exóticos. — ¡Vamos, chicas! ¡Hay que aprovechar que estamos en Bora Bora! — exclamó Chloe, tomando a ambas de la mano y llevándolas hacia la barra.

En la barra, las tres mujeres pidieron unos cócteles coloridos. Alice, aún tratando de asimilar la declaración de Cate, se sentía a la vez nerviosa y emocionada. Chloe hablaba animadamente sobre lo hermoso que era el lugar, sin percatarse del sutil juego de miradas entre Cate y Alice.

— ¿No es increíble estar aquí? Siempre soñé con venir a Bora Bora. — decía Chloe, mirando a su madre y a su amiga con una sonrisa radiante.

Cate, intentando mantener la compostura, respondió: — Sí, es un lugar mágico. Y mejor aún, compartirlo con ustedes dos lo hace más especial.

Alice levantó su copa y miró a Cate con una mezcla de gratitud y algo más profundo. — Gracias por eso, Cate. Significa mucho para mí.

Chloe, sin notar la intensidad del momento, brindó alegremente. — ¡Por nosotras y por una noche inolvidable!

Mientras la música continuaba y las luces de la fiesta brillaban a su alrededor, Cate no podía dejar de pensar en la promesa que se había hecho: haría cualquier cosa para ver esa sonrisa nuevamente, sin importar lo que costara.

— Cariño vamos a bailar, al parecer Chloe lo está haciendo con aquel chico.

— ¡Dios! No puedo creerlo — exclamó, llevándose las manos a la cabeza mientras observaba la escena con sorpresa. — Chloe está bailando con un chico nuevo. Ella me dijo que estaba enamorada de Thomas. — Rió por la situación desconcertante que su amiga estaba creando. — Maldita Chloe. — agregó entre risas, incapaz de contener la divertida ironía de la situación.

— Bueno se ve feliz, faltamos nosotras Alice, quiero bailar contigo, ¿aceptas?

La pasión se desborda entre Alice y Cate mientras bailan pegadas al ritmo sensual de la bachata de Romeo Santos "Eres Mía".

— Pequeña, puedes pedirme lo que quieras… — Susurra Cate con desespero y sensualidad, sintiendo el calor del momento.

— ¿Lo que quiera? — Pregunta Alice con picardía, consciente de los deseos de Cate.

— Si… — Suspira Cate en el cuello de Alice, dejando entrever su debilidad.

— ¿Podrías dormir junto a mí hoy? — Pregunta Alice con ternura, deseando la cercanía de Cate.

— ¿Solo dormir? — intenta sonar seductora, pero la necesidad en su voz es palpable.

— Sí… — Suena como un gemido cuando Cate la aprieta más contra ella, moviendo sus caderas al ritmo de la música.

— Está bien, pequeña.

Después de bailar un par de canciones más, decidieron ir a beber algo, mientras observaban cómo Chloe se marchaba con un joven. Al quedarse solas, Alice y Cate se dirigieron hacia su bungalow, anticipando una noche llena de amor y pasión.

Emergency de un romance Donde viven las historias. Descúbrelo ahora